Lactancia y portabebés están muy relacionados.

Muchos padres ven por primera vez un portabebés de los llamados tradicionales en los grupos de apoyo a la lactancia, otros buscando en Internet una ayuda para continuar cómodamente la lactancia de sus hijos. Los niños amantados pasan mucho tiempo en brazos de su madre, por lo que ésta busca alguna forma de sujetar a su bebé de forma más cómoda, sin tener que soportar únicamente con los brazos ese peso, que aumenta día a día. La necesidad se hace mayor cuanto más crece el bebé. Además, los portabebés permiten a la madre amamantar al bebé cómodamente mientras realiza, si es necesario, otras actividades.

En casos en que la lactancia ha sido interrumpida y se quiere volver a recuperar (relactación) los portabebés son muy recomendables, pues permiten hacer «piel con piel», recomendado para estimular la oxitocina y animar al bebé a coger el pecho, si es preciso, 24 horas al día.

 

VENTAJAS DEL PORTEO DURANTE LA LACTANCIA

Después de pasar más de 9 meses en el vientre materno, acurrucado, escuchando la voz y los latidos del corazón de su madre, sintiendo el calor de su cuerpo, siendo balanceado suavemente al ritmo de sus pasos, los portabebés permiten al bebé continuar con esas sensaciones al ir pegado al cuerpo de la madre o el padre. El uso de portabebés durante la lactancia tiene muchas ventajas.

Atendiendo la necesidad de contacto

Al nacer, poner a nuestro bebé piel con piel es la forma más natural y mejor de recibirle. Allí, sobre nuestro cuerpo desnudo, se sentirá protegido, seguro y bienvenido. Si extendemos el piel con piel más allá de las primeras horas de vida del bebé ayudados con el uso de un portabebés, estaremos prolongando todo el tiempo que deseemos esas sensaciones placenteras que el bebé tenía en el útero: el bebé seguirá meciéndose igual que lo hacía en el vientre materno con el deambular de mamá, mientras oye nuestros latidos, el sonido que mejor reconoce, la banda sonora de su corta vida.

Amamantando en ruta. Bebé de 1 mes

Amamantando en ruta. Bebé de 1 mes

La necesidad de contacto humano en el hombre es ancestral; ya desde tiempos remotos las madres llevaban en brazos a sus hijos porque así, instintivamente, calmaban su llanto y les protegían de los peligros externos. Aún hoy, para la madre, esta cercanía es una forma de prevenir la depresión posparto. Esto es debido a que, ocupándonos así de nuestros pequeños, somos capaces de reconocer más rápidamente las señales que nos hacen conocer sus necesidades, afianzando nuestra propia seguridad en nosotras mismas y de ser buenas madres. Además de las ventajas a nivel psicológico, existen factores bioquímicos que contribuyen a que esto suceda: la secreción de oxitocina se estimula cuando sentimos cerca a nuestros bebés y numerosos estudios afirman que esta hormona ayuda a la madre a llevar mejor los cambios hormonales y emocionales implicados en la maternidad, especialmente durante el puerperio.

La fase en brazos comienza desde el nacimiento y concluye en el momento en que el gateo se inicia voluntariamente. Ese es el momento en que el bebé puede marcharse y volver desde y hacia las rodillas de la persona encargada de cuidarlo. A partir de ese momento las subidas y bajadas de los brazos de mamá o papá serán frecuentes. Habrá momentos en los que el niño reclame mucho suelo, pero aún nos quedará mucho tiempo de llevarlo en portabebés… De hecho, saber caminar no significa que quieran hacerlo siempre. Seguirán necesitando que los llevemos muy a menudo, mientras caminamos, paseamos o hacemos cualquier otra actividad fuera de casa y piden, a la vez, ser amamantados. En estos casos el portabebés puede ser un buen aliado de la madre que amamanta a un bebé mayorcito.

Siguiendo nuestro instinto

03-dic-en-el-parque-1En cualquier caso, es necesario escuchar las necesidades de cada bebé y de cada etapa: hay bebés que prefieren estar tumbados, otros erguidos; bebés que no aguantan tener la cabeza cubierta y otros que prefieren quedar bien tapados por la tela; hay bebés que no quieren mamar metidos en un portabebés y otros que pueden pasar horas en una bandolera sin despegar la boca del pezón… E incluso en esto los niños pueden cambiar sus preferencias según van creciendo o por alguna circunstancia nueva (enfermedad, crisis de crecimiento, cambios en el entorno, etc.). Por ello, es importante no partir de ideas preconcebidas y amoldarse a la necesidad de cada niño, que puede cambiar con los días, las semanas y los meses.

Si estamos intentando superar algún problema con la lactancia: mala postura, grietas, confusión tetina-pezón, etc., se debe tener paciencia para llegar a amamantar cómodamente con portabebés. Incluso puede ser preferible esperar a solucionar esos problemas o a que la lactancia esté bien establecida antes de dar de mamar en un portabebés.

Beneficios para el bebé del uso de portabebés durante el período de lactancia:

  • En bebés nacidos prematuros, el índice de mortalidad es menor entre aquellos  que disfrutan de los  Cuidados Madre Canguro. Ganan peso más rápidamente y su oxigenación y ritmo cardíaco es mejor. Esta práctica  contribuye a facilitar la lactancia incluso en bebés de muy bajo peso, bien por animarles a agarrarse al pecho, bien aumentando la producción y facilitando la extracción de leche materna para alimentar al bebé cuando no lo puede hacer directamente.
  • El balanceo incrementa el desarrollo neuronal estimulando el sistema vestibular (responsable del equilibrio). Los niños amamantados en portabebés disfrutan de este balanceo incluso mientras se alimentan.
  • Les calma en situaciones de estrés. El pecho es el calmante natural de los bebés. Ir en un portabebés les permite tener al alcance el seno materno rápidamente, por eso estos bebés, en general, lloran menos, son menos nerviosos.
  • Duermen con más facilidad y más tiempo. La mayoría de los bebés que se duermen al pecho se despiertan cuando la madre los deja en la cama, la cuna o el moisés. El portabebés permite al bebé seguir en brazos de mamá tras la toma con lo que duermen más plácidamente.
  • Tienen un índice menor de cólicos y regurgitaciones. El portabebés nos permite mantenerles erguidos sobre el pecho tras las tomas, lo que previene y ayuda a curar el reflujo. Esta postura les proporciona un masaje natural (calor y movimiento en la tripa), a la vez que le ayuda a expulsar los posibles gases gastrointestinales.
  • Como el portabebés nos facilita atenderl al bebé prontamente, antes de que llegue a llorar de hambre, prevenimos la ingesta de gases que se produce frecuentemente en bebés muy hambrientos cuando se ponen al pecho.


Beneficios para la madre del uso de portabebés durante el periodo de lactancia:

 

  1.  Manos libres. Usar un portabebés puede permitirnos realizar otras actividades a la vez que amamantamos, como caminar, comprar, escribir en el ordenador, hablar por teléfono, tareas de aseo personal… y, la más importante de todas, atender a nuestros hijos mayores, lo que contribuirá a evitar o atenuar los problemas de celos que puedan surgir por la llegada del bebé. También podemos simplemente descansar, o dormir recostadas, cuando el bebé duerme con la tranquilidad de que no se va a caer de nuestros brazos.
  2.  Cercanía. Llevar cerca a nuestros bebés nos ayuda a conocer mejor a nuestros bebés. Aprendemos a reconocer sus señales y a identificarlas (sueño, hambre, cansancio, malestar, …) con lo que les atendemos más fácilmente. Esto evita, en el caso de la necesidad de comer, que el bebé llegue a llorar por hambre, lo cual además reafirma la confianza de la madre en su instinto maternal.
  3.  Disponibilidad. La mamá, y por tanto el pecho, están siempre disponibles para calmar el hambre, sed o necesidad de succión no nutritiva del bebé al más mínimo signo de ésta. No perderemos tiempo en coger al bebé y colocarlo al pecho cada vez que lo reclame, lo que nos proporcionará una ganancia de tiempo considerable teniendo en cuenta que, sobre todo los primeros días, nuestro hijo puede reclamar su toma muy a menudo y estas tomas pueden durar bastante tiempo
  4. Comodidad. El peso del bebé está sostenido por el portabebés, que lo reparte por toda nuestra espalda, tronco superior y, en ocasiones, cintura; no únicamente por nuestros brazos y hombros. Nuestro cuerpo se va adaptando progresivamente al aumento del peso del bebé, lo que puede contribuir, junto con una buena higiene postural, a mejorar nuestro tono muscular y prevenir otro tipo de dolencias (dolor de espalda o cuello).
  5. Discreción. Si lo deseamos, el portabebés nos permite amamantar en cualquier lugar y/o circunstancia sin que se vea el seno. Nos proporciona la intimidad que a veces necesitan tanto la madre como el bebé. Además, el portabebés resguarda al pecho materno del frío o el calor.

CÓMO DAR PECHO CON UN PORTABEBÉS

¿Tumbado o erguido?

Delante para "repostar"

Delante para «repostar»

Una vez la lactancia está establecida, el pecho materno se dota sabiamente de una elasticidad natural de la piel, lo que hace que éste sea muy flexible. Esto hace que podamos dar de mamar en múltiples posiciones.

Aunque la posición cuna o tumbada es la primera que se nos viene a la mente a la hora de dar el pecho, el bebé puede también mamar erguido sobre el pecho de la madre. Esto va a depender fundamentalmente del portabebés que utilicemos o del anudado con el que lo estemos llevando. En general, y salvo en el caso de algunos anudados en particular, basta con recolocar al pequeño un poco más abajo de su posición habitual (que debe ser a la altura de nuestros besos), bien colocándole, como ya hemos dicho, en la posición de cuna, o manteniéndolo erguido con su boquita a la altura de nuestro pecho. Una vez que la toma ha terminado, podemos volver a la posición inicial reajustando de nuevo el portabebés de manera cómoda, práctica y sencilla.

¿Qué ropa es más adecuada?

Lo ideal es usar ropa que pueda abrirse, bajarse o subirse fácilmente para dejar a descubierto el pecho sin tener que retirar ni descolocar el portabebés. Existen camisetas especialmente diseñadas para la lactancia, que se abren fácilmente y evitan que sintamos frío o que dejemos la barriga, escote o espalda al descubierto. Las camisetas de tirantes con cuello amplio o camisetas con escote «palabra de honor» son muy prácticas para usar como camiseta interior incluso en invierno y conseguir el mismo efecto que una camiseta de lactancia. También son útiles las camisetas de cuello amplio o de pico.

Es preferible evitar camisas con botones, cremalleras o corchetes prominentes, que pueden molestarnos a nosotras y al bebé, incluso resultar peligrosos si algún elemento se suelta. Sin embargo, a algunas madres no les resultan molestos estos tipos de cierre y prefieren utilizar camisas o prendas con cierre delantero de cremallera o botones para poder facilitar rápidamente el acceso al pecho. En todo caso, evitaremos cualquier elemento peligroso en solapas o camisetas como pins, broches, etc.

Distintas posibilidades

Para amamantar a bebés muy pequeñitos que sean llevados en pouch o bandolera, simplemente tendremos que ajustar la altura a la que los llevamos, si es que hace falta, para que su boca quede a la altura de nuestro pezón, y descubrirnos el pecho

Si lo que estamos utilizando es un fular y no llevamos al bebé en la posición cuna, podemos cambiar la posición del bebé de vertical a horizontal, hasta conseguir que su boca quede a la altura del pezón. Hay varias formas de anudar el fular que nos permiten hacer el cambio sin hacer y deshacer nudos, como por ejemplo la cruz envolvente o la cruz simple, y la cruz doble, asi como algunos anudados a la cadera. En la posición de cruz envolvente y en la posición tumbado es conveniente dejar primero al pequeño coger el pezón e instalarse con la manita más cerca de nosotras envolviéndonos y, después, reajustar el nudo con ambas tiras características de este nudo recogiendo y sujetando al bebé. Algunas madres llegan a realizar variantes de los anudados con una capa de tela sobre el bebé (canguros), para colocarlos en posición cuna y así amamantarlos.

No siempre es necesario bajar el portabebés para dar pecho

Cuando los niños son algo más mayorcitos podremos simplemente aflojar un poco el nudo para que la cabeza del bebé se sitúe a la altura de nuestro pecho, tanto llevando al niño delante como a la cadera y con cualquier tipo de portabebé, lo que posiblemente nos ahorrará tener que escuchar llantos cuando estemos, por ejemplo, en el supermercado o en la cola del banco y nuestro peque quiera mamar. Cuando la lactancia ya está establecida y si el seno de la madre tiene suficiente flexibilidad, simplemente podemos ayudarles y llevarles nosotros el pezón a la boca sin necesidad de modificar la posición del bebé.

 

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