Buscaba un título al post y al final, escogí la opción más sencilla: usar las 2 palabras clave  del artículo.

A quienes colechamos (compartir la cama con el bebé/niño) no nos hace falta el artículo porque, evidentemente, ya hemos encontrado la forma de compaginar las 2 cosas, a ver si no cómo seguimos con pareja y hemos concebido más hijos… Pero quienes se acercan a este tema suelen preguntar si el dormir con el bebé (en la misma cama, o con camas/cunas pegadas) no interfire en la vida de pareja, refiriéndose concretamente al plano sexual.

Porque que un hijo interfiere en la vida de pareja es obvio…. como dice Carlos González: » una pareja con un hijo ya no son más una pareja, son una familia». Así, toda la vida de la pareja cambia en varios sentidos. Esto muchos padres lo tienen claro ( desgraciadamente no todos, por eso hay tantos puerperios y crianzas con más angustia y sufrimiento de lo necesario), pero se tiende a pensar que esos cambios afectarán a la vida diaria… entendiendo por «diaria» a  la del día. Hay como una especie de bulo colectivo que hace creer a los padres que por el día es normal que estés más o menos dedicado al bebé, pero que la noche ha de ser para ti… y para la pareja.

Así, el hecho de dormir con el bebé se considera desde peligroso, antihigiénico, poco saludable, psicológicamente perjudicial, parlalizante del desarrollo del niño a todos los niveles y, sobre todo, motivo de  problemas de pareja.

Sobre cada uno de los «argumentos» anteriores hay un sinfín de evidencia en contra, no voy a entrar ahora en detalles porque hay mucha información en el blog recopilada sobre el tema, pero sí me gustaría dedicar un artículo al tema del colecho y  la vida de pareja, al sexo vaya.

Primero me gustaría plantear una reflexión:

¿Desde cuándo la sociedad ha dispuesto de casas con varios dormitorios para ir repartiendo los hijos cada uno en el suyo? Pensemos que antes, además, el nº de hijos era mucho mayor que el nuestro (1,3 es la estadísitca española actual,creo). Porque nos creemos tan modernos con nuestras casas de 3 y 4 dormitorios que olvidamos que nuestros abuelos con bastante probabilidad vivían en casas con 2 ó 3, algunos incluso ni eso, pero con muchos más hijos… Mi abuela por no ir más lejos tuvo 6 hijas  en una casa de 2 dormitorios En mi infancia  la casa más grande que hemos tenido tenía 3 dormitorios y éramos 5 hermanos . O sea que las cuentas no me salen… Y eso sin mencionar periodos de vacaciones con abuelos, tíos y primos de visita… Podíamos juntarnos 15 o más para dormir, con lo cual… el compartir cama (o suelo) era obligado. Y mira que de todos mis hermanos y primos, no tengo ninguno con problemas psicológicos o sociopáticos.

Parece de perogrullo, pero es la realidad.

Mirad esta imagen:

Las casas no tiene repartición todos los miembros de una familia duermen en un único dormitorio.Las casas no tiene repartición todos los miembros de una familia duermen en un único dormitorio.

Esa es la realidad para aún hoy, gran parte de la humanidad. Y antes de la época de clases sociales, burguesía y grandes casas, una realidad universal y atemporal: los hijos dormían con los padres.

Si eso hubiera interferido en el sexo sencillamente se habría extingido la humanidad ¿no creéis?

Ahora, además tenemos otra realidad en nuestro propio mundo civilizado. Multitud de familias que no han podido hacer frente a sus hipotecas se han visto obligados a entregar sus casas e irse a vivir con los abuelos, lo que supone una misma familia de padre e hijos durmiendo en un mismo cuarto. Sin elegirlo, sin plantearse si es bueno o no, sencillamente por necesidad.  Anoche mismo vi un reportaje  en TV de una familia de 16 miembros en una casa de 40m2. A ver si a esos padres el pediatra les dice que los niños tienen que dormir solos… o a ver si creemos que esas parejas no encontrarán la forma de tener la intimidad que necesitan en algún momento u otro.

Quien afirma que un bebé en la habitación impide las relaciones sexuales o bien no conoce a los bebés o no conoce las relaciones sexuales o no tiene imaginación.

  • Primero: limitar el sexo a la cama familiar  ( o a la noche) es dar mucho por sentado. Cada pareja se «organiza» un poco como quiere o puede. Algunas parejas no tiene problema en tener sexo con el bebé o niño durmiendo cerca. Otros sencillamente van a otro lugar de la casa y luego vuelven a dormir a la cama. Los hay que se tapan y los que no… eso es personal, como debe ser y cada pareja encuentra la fórmula que mejor les funciona
  • Segundo: los bebés si se despiertan no tienen conciencia de si sus padres están practicando sexo o  leyendo un libro o jugando al cucu-trás. A veces el problema lo tienen los adultos que no son capaces de «normalizar» la nueva situación.

Pero ante una obviedad como esta sigo leyendo consejos por doquier de expertos que alertan contra lo malo, malísimo que es dormir con los hijos… paradójicamente en medio de esa corriente de pensamiento mayoritaria hace tiempo que vengo notando como hay cada vez más anuncios publicitarios en Tv con imágenes de padres y madres compartiendo cama  y actividades varias con el bebé:

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=_idJI9ncjiU]

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=M2W89sCB47A]

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=K9noffzWH_U]

Y este me ha encantado!!!!

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=vS_9uLe7axs&NR=1]

¿Por qué la publicidad usa estas imágenes si al parecer es algo tan malo?

Porque los publicistas no apelan al consciente sino al subconsciente, a los instintos primarios y básicos del ser humano. Por eso se usa tanto el sexo en la publicidad: el sexo siempre vende y los publicistas lo saben muy bien.

Y usar imágenes de familias disfrutando de estar juntas, abrazadas, de padres con sus bebés durmiendo sobre ellos transmite una idea ancestral necesaria para la supervivencia de la especie:  seguridad.

Seguridad que es uno de los valores que quieres transmitir si quieres que la gente confíe en tu compañía de seguros

Confianza: para una empresa de telefonía

Y sobre todo el deseo natural de no separarse del bebé, que todas las madres ( y padres) tienen si se les deja decidir, como demuestran los spots de camas famliares o consolas de deporte.

Así resulta que cuando quieren vendernos accesorios de crianza nos dicen que mejor separados… pero cuando quieren transmitirnos valores fundamentales… apelan a lo inmutable. ¿De qué campañas nos fiamos más???

Y volviendo al tema del sexo, a quienes preguntan:

Que no, que de verdad que si algo interfiere en el sexo con hijos es el cansancio de vivir la maternidad sin ayuda y tener que llegar a la noche cansada de compaginar el cuidado del bebé con una casa enoooorme, con la plancha, con ir a la compra, con limpiar, con cocinar, con estar solas la mayor parte del día, recibiendo consejos y mensajes totalmente contradictorios y negativos sobre lo que de verdad queremos. Y eso sin olvidar que tenemos que seguir «divinas de la muerte»… no se vaya a ir el marido con otra más guapa o más joven o más delgada 🙁

Por eso , a nuestras parejas, un consejito 😉 :

Si queréis una noche de pasión como las de antes… no nos compréis un picardías… contratad a una asistenta!!!

Si te gustó este artículo, puedes leerlo editado y ampliado en mi libro «LA Maternidad Sin Tabúes» .
Ya  a la venta en edición impresa o en versión Kindle.

Libro la maternidad sin tabues