Como sabéis este embarazo no está siendo fácil en ningún sentido.  Ha sido igual que los otros 2 anteriores en cuanto a cómo reacciona mi cuerpo durante los primeros meses, viviendo en una naúsea constante, y a eso se le suma el miedo casi omnipresente de que acabara igual que el de Altair, más el gran disgusto de la muerte repentina de mi madre hace poco más de un mes.

Hablando con una buena amiga sobre la dificultad de gestionar las emociones por mucha teoría que se sepa y de lo complicado  de vincularse en estas circunstancias (tema del que espero hablar en detalle en otro momento) me comentaba que al final todo es amor… Cuando queremos a alguien tememos que le pase algo malo y al final es cierto… hasta este miedo es otra forma de amor. Lo que hay que intentar es que no nos paralice hasta el punto de quedarnos solo ahí…

Desde el principio quise vivir este embarazo libre de las presiones habituales del entorno sanitario, análisis, revisiones rutinarias, pruebas invasivas… al menos los primeros meses… No quise emplear mis fuerzas en «pelearme» con un/a tocólogo/a que ni me conoce, para explicarle por qué no quería ecos vaginales o por qué no quiero hacerme el Test de O ´Sullivan del modo que  te ofrecen,  o por qué mi hijo de 5 años aún mama…. Necesitaba todas mis energías positivas no vivir cada visita como un examen o una confrontación…

Así que hasta el 4º mes no acudí a ningún médico ni profesional sanitario. Con esto no recomiendo que nadie siga mi  ejemplo. Yo conozco mi cuerpo, tengo experiencia e información  y he comprobado que hay embarazos que llegan felices a término y otros que no, independientemente de la supervisión médica… simplemente esta vez no quería tener que discutir con gente que de seguro no va a cambiar su opinión por mucho que yo les explique la importancia de tratar a la mujer embarazada con respeto.

El caso es que tengo la oportunidad de escoger y tengo una ginecóloga respetuosa, que acepta lo que quiero y no quiero, sabiéndome responsable e informada y aunque lloré en su consulta antes de hacerme la primera eco temiendo en el fondo del alma no oír el latido del bebé como la última vez… al final lloré, pero de alegría, de alivio, de gratitud, hacia la vida, y hacia ese bebé fuerte que a pesar de los miedos de su madre y de las condiciones no ideales en las que se estaba gestando seguía vivo…significado de Mencía

Es un bebé grande… de hecho al parecer estoy embarazada de más tiempo del que pensaba… así que incluso sabemos ya que es una niña y se llamará Mencía.

Quería compartirlo con vosotros, con quienes leéis el blog, unos ocasionalmente, otros fieles seguidores, muchas amigas de verdad, de las cercanas y en la distancia… comadres que me acompañáis en este camino solitario en que se convierte la maternidad en nuestros tiempos… hombros en los que me he apoyado en los peores momentos y con quienes he compartido también muchas cosas felices… Incluso con quienes me leen y discrepan… porque tomarse el tiempo de leer y responder a quien no piensa como tú al final es una forma de aceptar que algo se ha removido… y de eso se trata…

Este blog no es una guía de maternidad, porque al final cada madre, cada bebé, cada familia es única, con sus circunstancias y antecedentes particulares. Pero sí hay una premisa que siempre intento que quede: no te quedes con lo que te dicen… busca más información y sé humilde para aceptar que puede que estés equivocado… no mires sólo el resultado, piensa que el camino es igual de importante, o más, que el destino… Nuestros hijos no son productos manufacturados, sino personas formadas con todas las experiencias vividas, y cuando tomamos conciencia de ello y comprendemos el alcance de nuestra responsabilidad cambiamos…, poco o mucho, pero cambiamos y nos replanteamos el modo, a veces casi autómata, en que la sociedad pretende que les criemos.

Yo he ido aprendiendo de cada uno de mis hijos… Iker me enseñó lo que es ser madre DE VERDAD, lo que nadie te enseña en libros. Altair me mostró la cara dura de la maternidad, la de sentirse madre sin bebé. Y Mencía me está enseñando lo fuerte que podemos ser a pesar de todo lo que nos rodea y de las circunstacias adversas. Eso y, una vez más, el no juzgar a quienes expresan no estar haciendo lo que se supone se debe hacer… Y sobre todo, que la vida sigue… y que la alegría vuelve… cuando el miedo no nos la quita por completo.

Gracias a los 3… porque gracias a ellos sé que soy mejor persona.

Dedicado a mi madre

La última foto con la "abu"