De la misma forma que no me planteé nunca otra opción que no fuera amamantar a mi bebé, tampoco pensé nunca en cuánto tiempo lo haría…

A pesar de haber nacido en plena cultura del biberón, vi cómo mis hermanos fueron amamantados…pero la verdad es que aparte de ellos no recuerdo haber tenido más contacto con la lactancia materna.

Una vez, antes incluso de estar embarazada oí a una conocida que le había dado teta a su hija hasta los 4 años…y a pesar de ser algo «nuevo» para mí…curiosamente dije : «!qué bien!»…No sabía por qué pero me pareció que aquéllo era algo bueno y bonito…

Durante el embarazo acudí por primera vez a  un grupo de apoyo a la lactancia materna y recuerdo ver a una mamá con su niño de unos 3 años…venir, levantarle a su madre la camiseta y mamar…Era la primera vez que veía a un niño «grande» mamar…y he de reconocer que me chocó; aunque luego pensándolo y comentándolo con mi marido (que se sorprendió más que yo con la naturalidad de la madre ante ese gesto… gesto que ahora repito yo en el grupo y que hace a los nuevos padres reaccionar igual que mi marido entonces) coincidimos en que era algo muy bonito.

Después de nacer Iker y de aprender más sobre el tema descubrí que no hay una edad para destetar, que todos los niños, si se les deja a ellos la decisión, acaban destetándose solos…unos a los 2 años, otros a los 4…otros a los 7… No me puse metas de fechas ni años…pero decidí que fuera mi hijo quien decidiera cuándo acabaría nuestra lactancia.

Y en eso estamos…ya llevamos casi 2 años y medio y lo seguimos disfrutando los 2…de hecho el papá bromea diciendo que cuando Iker se destete me costará un disgusto a mí…

Os pongo una foto de nuestro último viaje, con Iker teteando en el avión…se ve que nos gusta a los 2…no?