Hace 1 mes recibí este comentario en el blog al post de Mayim Bialik sobre el colecho:

Una cosa es confiar en el natural desprendimiento de determinadas cosas, y otra muy diferente dejarle al niño la responsabilidad de ponerse sus propios límites.
Por naturaleza como decís, los humanos queremos comodidad y nos asusta todo lo ajeno. Tal y como yo lo veo, la tarea de los padres es enseñarle al niño cómo adquirir fuerzas para ir enfrentándose al mundo (sin que eso suponga un trauma).
Dormir con ellos no me parece mal dependiendo de cómo se actúe el resto del día con ellos o el porqué . Creo es fácil de comprobar hasta qué punto es “inconveniente” para los niños compartir cama. Si el niño un día tiene que quedarse en casa de algún tío, abuela, amigo… o tiene que dormir en su cama o en otra cama (por enfermedad o lo que sea…) y siente gran ansiedad, a medida que crezca y no supere esa ansiedad se hará más dependiente.
Si es capaz de hacerlo, o si es capaz de ir a un campamento en verano o ir a excursiones con el cole, pues no hay problema.
Pero lo que sí no veo nada recomendable es alimentar del pecho a un niño de 2 o 3 años de edad, porque como decís, naturalmente si le salen dientes, es por algo, y el niño no tiene la culpa de querer la rica leche de la mamá para siempre.. al igual que cuando crezca querrá gominolas o chocolate para merendar todos los días, ¿O confiaréis también en su decisiones a la hora de alimentarse cuando tenga más edad? Creo que todo tiene un límite. Y no creo que las mamás que no puedan dar el pecho y la compren tengan por qué sentirse culpables por alimentar así a sus hijos.
Un saludo

He tardado en responder porque creí que este comentario merecía una respuesta de algo más que una frase. Y por fin aquí está:

Para EH:
Los argumentos del «por si acaso» no me suelen gustar demasiado, porque supeditan el ahora real con una situación  futura concreta que puede ser a veces improbable o incluso  inexistente.

Si al niño y a los padres les gusta dormir juntos, no veo ningún inconveniente. Pensar en no hacer algo que les gusta a todos los implicados solo porque «igual a lo peor un día no se puede y ocasiona problemas» es aventurar mucho. Me recuerda al texto «El Acostumbrador Enmascarado»


 Los miedos se alimentan de inseguridad. Si un niño se siente más seguro durmiendo con sus padres , eso no le va a hacer ser  más miedoso que el que duerme solo sin querer hacerlo, muchas veces llorando sin ser atendido, porque sus padres creen que es lo que se debe hacer.

 Como siempre, vemos las cosas del revés. Darle al niño mucho apego  y seguridad, no les hace más inseguros sino al contrario: el que ha pasado miedo e inseguridad de forma reiterada en la infancia arrastrará esa sensación quizás de por vida.

Si a un niño, duerma donde duerma, le crea ansiedad dormir solo, la solución no es obligarlo antes de tiempo, sino acompañarlo hasta que llegue el momento en que ese miedo se disipe. Al menos con los adultos actuamos así ¿ no?

Yo durante un tempo tuve verdadera fobia a las cucarachas, y te aseguro que la solución no pasó por dejarme encerrada en un cuarto con ellas a ver si aprendía o se me pasaba… si alguien lo hubiera intentado conmigo a modo de «terapia de choque» te aseguro, en primer lugar,  que no sé cómo hubiera reaccionado, es decir, podría haberme dado un ataque de pánico como poco y haber hecho cualquier locura, y lo segundo, esa persona podría ser acusada de maltrato en toda regla. ¿Creemos que es diferente si lo hacemos con nuestros hijos?

Ignorar así el sufrimiento que causa el miedo es maltrato, tenga la edad que tenga el sujeto. Y si un niño no quiere ir a un campamento de verano, o a casa de un tío, porque no se ve preparado para dormir fuera de casa, lo más sensato sería esperar a que lo esté, repito: duerma donde duerma a diario.


El texto, no obstante deja claro lo que muchas familias pensamos. Dormir es dormir, y cada uno duerme como mejor puede para descansar. Para muchos padres dormir cerca de los hijos nos hace descansar mejor porque nos evita paseos por los pasillos para alimentarles, cuidarles, consolarles o cualquier otro «les» que surja.

Para la mayoría de los hijos es la mejor forma de conciliar el sueño de forma tranquila, relajada,  agradable y segura.


Sigo sin entender por qué molesta tanto esta práctica a quienes no la eligen. Es como si yo fuera haciendo apología de las camas de matrimonio en lugares donde se acostumbra a usar camas separadas. Cada pareja duerme como quiere y/o puede. Como he comentado en más de una ocasión, creo que la norma a seguir es : «En mi casa lo hacemos así».


Esa obsesión por juzgar el colecho de verdad que lo único que me hace pensar es que toca algún resorte en quienes no lo hacen que ni ellos mismos controlan.


Sobre el tema que comentas de que «no ves nada recomendable alimentar al pecho a un niños de 2 o 3 años»… pues es que no sé si responderte la verdad.


No entiendo qué tienen que ver los dientes ( llamados de leche por otra parte por algo, piénsalo) con tomar o no tomar leche.

Me atrevo a preguntarte si tú misma tomas leche…¿¿ y tienes dientes?? es que no le veo la relación.  La aparición de la dentición en el bebé suele ir aparejada con el interés y la necesidad de tomar otros alimentos que complementen la lactancia, pero no  sustituirla…  A mi me siguen diciendo que con 6 años mi hijo DEBE tomar al menos medio litro de leche al día… ¿por qué entonces ese comentario? ¿Por qué la de vaca sí y la mía no?

Y hablas de la «rica lechita»  y la comparas a  caramelos o gominolas… de verdad que con todo el respeto que me mereces, creo que tienes un profundo desconocimiento de la lactancia materna en particular y de la alimentación y el desarrollo del ser humano en general.


Tienes razon en que todo tiene un límite… no conozco ningún joven de 15 años que mame… aunque la mayoría de adultos que conozco curiosamente sí toman «rica lechita que sale de la teta de las vaquitas»… ¿eso sí lo ves normal y recomendable?

Por último tu comentario final es el que más luz me arroja sobre el resto:
«no creo que las mamás que no puedan dar el pecho y la compren tengan por qué sentirse culpables por alimentar así a sus hijos.»
¿¿Quién ha hablado de culpa aquí??? ¿Por qué cuando veis madres amamantar salís con ese argumento?

Creo que nadie puede hacernos sentir culpables salvo nosotros mismos… Cuando uno hace las cosas con seguridad de hacer lo correcto según las circunstancias de cada cual, no hay cabida para ese tipo de culpa. Y si la hay, si la sombra de la culpa aparece es porque algo dentro nos dice que hemos actuado en contra de lo que consideramos nosotros mismos como «lo bueno». Pero entonces es algo que hemos de lidiar nosotros mismos. Mi sentimiento de culpa no va a desaparecer por afirmar que es otro el que me lo envía. Y perdona pero en este texto no he encontrado nada que haga pensar que esta mujer acuse a quien no hace lo que ella hace, más bien expone sus argumentos de por qué hace cosas que la mayoría  califica de «rarezas» .

Creo de verdad que la mayor prueba de que este tipo de prácticas son la forma  intrínsecamente humana de actuar con nuestras criaturas es la capacidad que tiene para hacer saltar resortes. 

Creo que lo positivo es plantearnos estas cosas, debatirlas, cuestionarlas… pero con sinceridad y por supuesto con coherencia y sin prejuicios.

Como siempre les digo a las mamás… si quieres saber si algo es bueno para tu bebé, imagina que te quedaras en una isla desierta con él, solos tú y tu bebé, sin entorno, sin medios, sin publicidad, sin guías para padres, sin expertos, sin pediatras ni revisiones de niño sano… ¿Lo harías???
Yo estoy segura que al menos en lo que toca a qué leche les doy como alimento y cómo duermen sería así.. quizás no tan cómodos… pero seguro que juntos  y con barra libre 🙂

Y vosotros que me leéis… ¿Qué pensáis? ¡ Compartidlo con nosotros!