La página de El Parto es Nuestro es un referente para quienes nos interesamos en temas relacionados con partos respetados.

Cuando yo conocí esa web ya había pasado por un parto traumático y mi primera impresión al leer toda la información que daban allí y leer los testimonios de otras madres fue pensar: ¡Qué nombre tan bien elegido tiene esta Asociación!

Porque muchas nos sentimos así, que nos habían robado nuestro parto y que queríamos luchar por hacer de parir lo que es en realidad, algo nuestro.

Desde entonces he hablado de esta web y de su labor a casi toda mujer embarazada que ha llegado hasta a mí preguntando, aunque preguntara por otra cosa.

Curiosamente hay un apartado en esa web que nunca pensé que fuera a recomendar nunca. De hecho no recuerdo haber leído esas historias con calma hasta hace bien poco. Se trata del apartado «Siempre en el Corazón». Rincón destinado a dar a conocer esos otros partos de los que se habla tan poco. Esos testimonios que son doblemente dolorosos, porque en un parto «malo» el hijo ayuda a superar el trauma, pero en un aborto  no hay bebé que abrazar y que mitigue esa sensación.

En ese apartado, desde hace unos días se encuentra nuestra historia:

«Llorar la pérdida de un hijo… aunque se trate de mi hijo no nacido»

Como me ha escrito hace poco una compañera «virtual», a veces entre las propias madres que han sufrido la muerte gestacional o perinatal hacemos distinciones entre un dolor y otro por la edad del bebé perdido. Ojalá conocer más historias así nos ayude a darnos cuenta que el cariño  y la pena no se miden por el tamaño de un hijo, y entre todos consigamos que se trate a esas criaturas con todo el respeto que se merecen y a los padres con la empatía que necesitamos.

Curiosamente en el parto de Iker estuve rodeada de gente extraña, no noté que salió (ya tenía epidural) y los primeros en tocarle fueron otras personas. Con Altair estaba sola (como quería), noté cómo salió de mi cuerpo y la puede tocar y mirar en intimidad. La lloré a solas, la limpié, la traté con todo el cariño que supe y pude. Al final ese parto fue más mío que el otro.
Creative Commons License