Aitana  contactó conmigo para saber si podía ayudarla a ella y a su familia a afrontar la separación de su bebé de acogida.

Me explicó la situación y le respondí que no tenía experiencia en esas situaciones, pero que lógicamente esa separación iba a signifcar un duelo, y que todos los duelos tienen cosas en común, por lo que algunos consejos  y pautas serían aplicables también a su proceso de despedida definitiva del bebé en acogida.
A partir de esa conversación y de algunas otras me di cuenta de que este tema nunca había sido abordado en el blog. Me ofrecí a colaborar con ella si decidía hacer algo para mejorar o hacer más llevaderos estos procesos a las familias, teniendo en cuenta mi experiencia en las necesidades de los bebés por un lado, mi experiencia en porteo, masaje y contacto como elementos favorecedores del vínculo por otro y mi experiencia en duelo.
Durante esas conversaciones le propuse a Aitana que escribiera lo que sentía. La escritura es una excelente forma de ayudarnos a afrontar situaciones difíciles y dolorosas, puede ser parte también de los rituales de despedida. Aceptó y fuimos más allá pensando en hacer una entrevista para dar a conocer la realidad de esos niños y sus familias de acogida.

Quiero agradecerle a Aitana su generosidad.
Su generosidad para contarnos su vivencia con ilusión a pesar de que me consta ha sido difícil poner en palabras algunas de las intensas emociones que ha vivido esto años, y que aún siente.
No me canso de decir que la mayoría de lo que sé la he aprendido de personas generosas como ella que en algún momento de sus vidas compartieron conmigo su intimidad. Mujeres  ( y algún hombre) que me permitieron acompañarles y escuchar sus vivencias, sus emociones, sus experiencias…
Hoy le agradezco  a Aitana que haya querido compartir su historia  con el resto del mundo. Sé que es una entrevista larga y que no es un formato que suele gustar en blogs, pero no sobra ni una coma, ni un punto, ni un párrafo.
Te pido que la leas, que escuches la voz de esta madre de acogida a través de sus palabras… y que nos ayudes compartiéndola.
Gracias Aitana, a ti y a esas maravillosas criaturas que pasaron por tu vida y que te han ido convirtiendo en la maravillosa persona y madre de acogida que eres hoy.

 

ENTREVISTA

  • ¿Quién eres?, cuéntanos algo de ti

Soy una mujer de 38 años, sin hijos. Profesionalmente no me dedico a nada relacionado con los niños, no obstante me encantan y me parece que son un gran ejemplo a seguir.

Soy una persona normal y corriente, con mis propios proyectos, inquietudes, ideales y sentimientos.

Hace unos 4 años y pico, a través de un anuncio de la televisión de la Comunidad de Madrid, conocí la existencia de este programa. Me informé de si en Canarias existía algo parecido y empecé a hacer los trámites para ser familia de acogida.

 

  • ¿Qué es ser familia/madre de acogida?

Para mí, ser familia de acogida es dedicarte, en cuerpo y alma, al menor acogido. Generalmente estos menores tienen una historia de vida difícil, con carencias a todos los niveles.

 

MAdre de acogida

 

 

  • ¿Hay un límite de edad de los niños para ser acogidos (por pequeños o por grandes)?

Hay niños de todas las edades susceptibles de ser acogidos. Hay madres que, desde que están embarazadas, tienen claro que sus condiciones personales imposibilitan la atención que precisa su hijo y los ceden voluntariamente en adopción, o son los propios servicios sociales los que deciden la retirada de los menores de su familia biológica, así son declarados menores en desamparo y pasan a familias de acogida o a centros de menores hasta que su situación familiar se estabilice o se establezca otra medida para ellos. A los 18 años ya no son considerados legalmente menores lo que implica que este servicio de acogimiento familiar se extingue al cumplir la mayoría de edad, no obstante, si el menor y la familia acogente están de acuerdo, la convivencia continua.

Los menores institucionalizados reciben apoyo de la administración hasta los 21 años. Desde la Asociación de Familias Acogentes en Ajena de Canarias estamos trabajando para que los menores acogidos que cumplan 18 años en familias de acogida y, bilateralmente, decidan continuar conviviendo, reciban ayudas de la administración.

 

  • ¿Se requiere algo especial para ser familia/madre de acogida?

Para ser familia de acogida lo principal es estar convencido de querer serlo. Hay un servicio del Gobierno de Canarias que ofrece un curso informativo a aquellas personas interesadas. Cuando se conocen en profundidad los detalles y lo que conlleva el acogimiento de un menor, se rellena y se registra la solicitud. Posteriormente, una comisión multidisciplinar de técnicos (psicólogos, trabajadores sociales, educadores, etc), hace una valoración de la familia para declarar su idoneidad/no idoneidad. Una vez recibida la idoneidad, la familia pasa a formar parte del banco de familias de acogida y a estar disponible para que un menor, varios menores, grupos de hermanos, etc, se inserten en su familia como un miembro más.

Los acogimientos pueden ser de diferentes tipos: acogimiento de urgencia, acogimiento simple, acogimiento permanente, acogimiento profesionalizado… Además, cada familia puede elegir el número de menores a acoger, el rango de edad, y otras características.

 

  • ¿Por qué te/os decidisteis a participar en este programa?

Madre de acogida Se me parte el alma al pensar en un niño sin familia. Me siento socialmente responsable de contribuir, con mi granito de arena, a evitar que ésto suceda.

Hay muchos niños pasando momentos difíciles, cerca de nuestras casas, que no pueden estar con sus familias biológicas.

Desafortunadamente, no puedo cuidar de todos ellos pero, al menos, pretendo que, aquellos que pasen por mis manos, puedan conocer la infancia como un periodo feliz, de calor familiar, seguridad, amor incondicional y atención individualizada.

Los niños de ahora son los adultos del futuro y creo que, entre todos, podemos construir una sociedad más amable, más solidaria, un mundo mejor. Una infancia sana es fundamental para llegar a ser un adulto completo, sin carencias, resiliente, altruista, feliz.

 

  • ¿Cuántos niños has tenido de acogida, qué edades tenían y cuánto tiempo?

Ya han pasado por mis manos cuatro bebés.

La primera fue una niñita prematura, la acogimos cuando le dieron el alta hospitalaria, con un mes de edad y 2,5 kg de peso, era preciosa y creció, durante los 3 meses que la tuvimos, a velocidad de vértigo.

La segunda fue otra niñita de 10 días, todavía con su cordoncito umbilical, nos ocupamos de ella durante casi 5 meses, fue una delicia y una alegría.

Al poco tiempo nos avisaron para acoger a un bebé, tenía casi 6 meses, fue una urgencia, cuando se encontró otra medida más estable para él se fue de nuestra casa, sólo estuvo 2 meses, era un bebé muy tranquilo y glotón, aprendió a gatear con nosotros y a reirse a carcajadas.

Por último, tuvimos, durante 16 meses a un bebé que llegó con 5 meses, está muy reciente su despedida y me cuesta mucho trabajo hablar de él, tengo la herida todavía abierta.

  • ¿Cómo se enfrenta una madre de acogida al momento de la separación definitiva?

Yo sólo puedo hablar de mi experiencia personal y de lo que he sentido en cada una de las despedidas de mis cuatro maravillosos bebés.

Madre de acogida

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Mi compromiso como familia de acogida es el de involucrarme durante un periodo máximo de 6 meses en el cuidado de un menor entre 0 y 3 años. Soy familia de acogida de urgencia y pueden avisarme en cualquier momento de que hay un niño que, en ese momento, necesita de mí.

Los primeros tres bebés que llegaron a mis manos estuvieron, el que más, 5 meses conmigo. La separación siempre es dura. Mi vida gira en torno a ellos durante ese tiempo, día y noche, entre biberones, pañales, colechando y porteándolos, allá donde voy yo vienen ellos conmigo. Dejo mi vida personal de lado y entro en el mundo bebé de forma inmediata. Mis amigas, que a veces se pierden con tanto bebé, me preguntan si estoy en fase “yanomami” (ya no mami) para poder contar conmigo.

Desde que, el servicio de menores, avisa de que el acogimiento está llegando a su fin, el nudo en el estómago es inevitable. Los bebés no entienden lo que pasa, pero no me cabe duda de que, aunque no dominan el lenguaje oral, perciben el estado emocional que conlleva esa fase. Así que siempre les cuento lo que está pasando y lo que va a pasar próximamente. Ya me empiezo a despedir de ellos.

vacíoEs inevitable que se te pase por la cabeza, en los últimos días, que es la última vez que vas al parque con él, el último baño, el último cambio de pañal, etc. Mi familia se implica mucho, compartimos mucho tiempo con ellos, y lo pasan muy mal cuando se van. Soy consciente de que ellos no han elegido ser familia de acogida y que, por mi elección personal, les ha tocado serlo. Esta cuestión ha hecho que me plantee muchas cosas como distanciarme de mi familia mientras se esté desarrollando un acogimiento, pero no soy capaz de hacerlo, además no sería justo ni para el bebé ni para ellos.

Os podreis imaginar la dureza de la situación cuando vuelves a casa sin él, encuentras vacío, un vacío tan grande que se requiere tiempo para recuperarse emocionalmente.

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El caso del último bebé fue diferente al resto, se trataba de un caso complicado, por la presencia de su familia biológica y su interés por recuperar la tutela del pequeño. Lo que iba a ser un acogimiento de pocos meses, se convirtió en casi un año y medio de convivencia, desde los 5 meses hasta los casi 2 años de edad. Lo vi aprender a darse la vuelta en la cama, lo vi gatear, caminar y correr, había empezado a hablar y a llamarme. El hecho de pensar que tendría que separarme de él me desgarraba. Realmente no podía imaginarme la vida sin él. Mi vida había estado paralizada durante un año y medio y me dediqué a él en exclusiva, exactamente igual que lo haría con mi hijo.

madre de acogida

  • ¿Hacéis algún tipo de ritual de despedida?

libro de vidaOtra vez sólo puedo referirme a mi caso personal.

Cuando la despedida se acerca, intento racionalizar la experiencia e intento que, la noticia de que va a tener una familia definitiva, sea motivo de celebración. Lo solemos celebrar con mi familia, aunque es una celebración agridulce.
Además, les preparo una maletita para que se la lleve su nueva familia con sus cosas personales, algún juguete al que tenga especial cariño, algunas mudas de ropa, sus biberones, etc.
Lo más significativo para mí es el libro de vida que les preparo, en ese libro cuento cómo han transcurrido los meses de nuestro camino en común, cuento los avances, coloco fotografías y otros recuerdos, es como un diario que relata el día a día con ellos. Además, la nueva familia se lleva, en formato digital, todas las fotos y videos que le hemos hecho al bebé (que no son pocos) con la intención de que ellos mismos conozcan a su hijo los meses previos a la adopción.

Cuando se van, lo primero que hago es recoger cualquier artículo que me recuerde a ellos, cambio el mobiliario de lugar y dejo fluir el sentimiento de vacío que siento, esa tristeza profunda, ese saber que ya nunca voy a volver a tenerlo entre mis brazos.

 

  • ¿Preparas al niño de algún modo?

Madre de acogida

 

En el último y más duro de los 4 acogimientos, la Administración pública junto con la organización colaboradora, creyeron conveniente realizar un periodo de adaptación con la nueva familia antes de llevárselo definitivamente. El bebé, con casi dos años, se sentía muy apegado a mí, su figura de referencia. Este periodo duró 48 horas, el primer día el bebé pasó la tarde con sus padres y volvió a dormir a casa, y el día siguiente, lo recogieron por la mañana y hasta la noche no lo volvimos a ver, sólo para darle la cena y dormir. El tercer día, por la mañana, se fue para siempre y no he vuelto a tener noticias de él. Está siendo muy duro.

Con los 3 primeros bebés no hubo periodo de adaptación, en cuestión de una hora, los bebés se fueron con su nueva familia, totalmente desconocida para ellos.

 

  • ¿Sigues teniendo contacto con él/ellos?

De los cuatro niños a los que he acogido, a día de hoy, tengo contacto con la mitad de ellos. Al tercer bebé, sólo lo tuvimos un par de meses y lo desviaron a otra familia de acogida con la que tuvimos relación un tiempo. Con las familias adoptivas de las dos primeras niñitas tenemos muy buena relación, los consideramos y nos consideran parte de la familia. Es complicado de llevar el pensar que mantener contacto con el bebé depende exclusivamente de la familia a la que se vaya, además, me consta que los técnicos del servicio de adopción recomiendan a las familias adoptivas que corten vínculos con los acogentes. Con mi pequeñín, que se fue hace un mes y medio, no tengo ninguna relación a día de hoy. No te imaginas el dolor que me causa y el alivio que sería que su familia me dijera que está bien, que está adaptado, que es feliz.

 

  • Cuando hay hijos propios ¿cómo viven estos la “partida” del bebé acogido?

En mi caso no tengo hijos y no puedo contestar a esta pregunta en primera persona pero creo que los niños tienen la capacidad de adaptación mucho más desarrollada que los adultos, por lo tanto pienso que los hijos de las familias acogentes se adaptarán rápidamente a la vida sin el niño acogido.

 

  • ¿La familia que adopta qué relación suele tener con vosotros?

Con las dos familias que han adoptado a mis niñitas tenemos una relación preciosa, ellos se sientes agradecidos por habernos dedicado, durante meses, al cuidado de sus hijas. Y nosotros, muy agradecidos por permitirnos seguir en contacto con ellos y poder ver lo felices que están y cómo se desarrollan y crecen las niñas.

 

  • ¿Eres consciente de que hay un duelo?

A día de hoy soy consciente del duelo que hay que pasar cada vez que se va un niño.

Resulta difícil llamarlo así porque generalmente se relaciona la palabra “duelo” con muerte, no obstante, el vacío que se siente es similar. Por fortuna, racionalmente, es más fácil de llevar que un duelo por fallecimiento. Cuando llega el momento de la separación sabes que ya ha finalizado tu labor, te sientes orgullosa de lo bien que lo has hecho y tienes la satisfacción de haber dado lo mejor de ti, también sabes que está con una familia que lo va a cuidar bien (cuando se va a adopción suelen ser familias que llevan una media de 8 años esperando para adoptar un bebé, así que los reciben con mucho amor). Esta parte racional no quita que emocionalmente te quedes destrozada y que tengas que pasar un duelo, un duelo que a veces tarda muchos meses en pasar y que te va dejando cicatrices en el corazón.

 

  • ¿Qué te resulta más difícil?

maletaPara mí, lo más difícil del acogimiento, es la fase de la despedida. Lo más difícil empieza en el momento en el que te avisan, con una llamada telefónica, de que se le está buscando familia. Son muy duros los últimos días con el bebé y es muy duro cuando se va y dejas de tenerlo en tus brazos, cuando tienes que recoger sus cosas de la casa, cuando no lo oyes corretear, cuando no lo oyes llamarte y sabes que ya se acabó. Cuando pasan unos días, noto cómo se va alejando la sensación de estar con él, su olor, su tacto, la sensación de llevarlo en brazos, de dormir con él, se va alejando de mi memoria, de mis sentidos, y eso duele mucho. Duele tanto que a día de hoy, un mes y medio después, todavía me duele mucho, todavía no soy capaz de ver sus fotos y sigo soñando casi a diario con que sigue conmigo.

Lidiar con la Administración tampoco me resulta fácil, a pesar de tener los mismos intereses. Siento que no se consideran seriamente las opiniones de las familias acogentes y que no se valora la labor social que hacemos. Noto falta de empatía y de colaboración. También creo que la Administración debería sensibilizar a las familias que van a adoptar a nuestros niños y explicarles que nosotros no hacemos esto por dinero, que nos implicamos emocionalmente con sus hijos tanto como con los nuestros y que no somos de piedra. Es muy difícil admitir que la familia a la que se va no quiere mantener contacto con nosotros. Creo que esta parte es la más dura y que podría tener solución si la Administración se lo propusiera.

No me cabe duda de que lo más importante para cualquier familia de acogida es que, cuando llega la hora de separarse del menor, el niño no sufra, que no viva la separación como un nuevo abandono y que la transición sea lo más suave y fluida posible. Me consta que cualquier niño se va a adaptar, con mayor o menos velocidad, a su nueva familia, sea como sea esa transición, pero también me consta que si no se hace bien ese proceso el niño puede vivirlo de forma traumática, y, aunque en el momento no se desvelen las consecuencias, cuando llegue a la adolescencia y a la adultez podrán aparecerle secuelas de aquella separación. En esta última fase del acogimiento, la actuación de la Administración debería ser impecable y no lo es. Ésto es lo que más nos preocupa a las familias.

Secundariamente también noto que no se nos cuida, muchas familias coincidimos en un sentimiento de desazón y desamparo cuando nuestros niños se van. Hay familias que acaban tan insatisfechas que no vuelven a acoger. Deberían cuidarnos y conseguir la fidelización de las familias al programa de acogimiento y la incorporación de nuevas familias. Debería ser una experiencia satisfactoria en todas las fases, incluyendo la de separación.

 

  • ¿Crees que es positivo para el bebé que se ha vinculado con una madre de acogida romper todo lazo con ella?

El principal objetivo del acogimiento es que los niños vuelvan a incorporarse con sus familias biológicas, si ésto no sucediera, opino que, lo ideal para el bebe/niño sería quedarse, para el resto de su vida, con la familia de acogida, con la que ha creado un vínculo y con la que se siente seguro. Por ley no funciona así.

He estado leyendo algo sobre el tema y entiendo que una separación brusca del niño con su figura de referencia puede ser traumático y tener repercusiones en su vida adulta.

Supongo que, el apego profundo que se produce en los primeros años de vida con la principal figura de referencia, debe ser roto cuando se produce una adopción para que el niño pueda vincularse a otra persona, aunque no creo que lo más acertado sea una separación brusca. Pienso que esa confianza en su nueva familia tiene que ser construida paso a paso. Desgraciadamente, también soy consciente, de que los recursos de la Administración son limitados y los periodos de adaptación extremadamente cortos.

 

  • ¿Crees que es bueno que el niño mantenga contacto con su madre de acogida?

Por supuesto que sí.

Creo que cuanta más gente quiera a un niño va a ser mejor para él.

madre de acogida 

  • ¿Recibís algún tipo de apoyo psicológico?

El programa de acogimiento cuenta con psicólogos para atender a las familias de acogida, durante el acogimiento o tras su finalización. Mi experiencia personal indica que los recursos son insuficientes y que no se satisfacen las necesidades de apoyo a las familias.

 

  • ¿Grupos de apoyo o similar?

Actualmente no contamos con grupos de apoyo en el programa de acogimiento familiar del Gobierno de Canarias. Hace unos meses, en la Asociación de Familias de Acogida en Ajena de Canarias (www.asfaca.es), surgió la idea de crear grupos de apoyo entre familias y solicitar a la Administración ayuda profesionalizada para dirigir estos grupos. Se está trabajando en ello.

 

  • ¿Qué cambiarías del proceso?

Bufff, muchas cosas cambiaría y eso que yo sólo conozco una pequeña parte de la realidad del acogimiento familiar. Voy a enumerar los principales puntos e intentar resumirlos.

  • Los periodos de adaptación de los niños cuando salen en adopción, deberían personalizarse, deberían contar con las familias de acogida para idear el plan de acoplamiento y permitir que la familia de acogida esté presente en el mismo, si así lo desea. Además, bajo mi punto de vista, los bebés, independientemente de la edad que tengan, también necesitan unos días de adaptación con su nueva familia, actualmente la entrega se hace en una hora.
  • Los periodos de adaptación deberían ser más pausados, y no pretender que en dos días, un niño de casi dos años, que ha convivido con la familia de acogida por casi un año y medio, esté adaptado a una nueva familia. Pienso que dedicar más tiempo a esta fase del acogimiento por parte de los técnicos del Gobierno de Canarias y de Aldeas Infantiles, si procede, aseguraría que la pérdida que sufren los niños al cambiar de familia, al romper con las familias que ellos consideran propias, no sea traumático. Actualmente me duele mucho pensar que mis niños hayan vivido ese cambio como otro abandono más en sus vidas.
  • Se podría mejorar la asignación de los niños con las familias. Hay muchas familias que tienen la idoneidad para un tipo de acogimiento y les asignan niños destinados, previsiblemente, a otro tipo de acogimiento. Este punto también va relacionado con las prolongaciones excesivas de los acogimientos. Mi último caso pasó de ser una urgencia, de una duración máxima de 6 meses, a una convivencia de 16 meses.
  • Las visitas con la familia biológica. Este tema es bastante delicado. Es un derecho de los niños y de sus familias el tener contacto y las familias de acogida estamos dispuestas a facilitarlo aunque tengamos que invertir nuestro tiempo en ello, además de los nervios que supone dejarlo en el punto de encuentro. El problema surge cuando el niño no se queda bien con su familia. El caso de mi último acogimiento fue así. Mi bebé nunca se quedó tranquilo con su familia biológica, a veces se pasaba prácticamente la hora entera llorando. Sus padres desaparecieron durante un periodo de 6 meses y a la vuelta se restablecieron las visitas con ellos, lo que supuso nuevamente un suplicio para el menor. Creo que los técnicos deberían prestar más atención al interés superior del menor, hay casos en los que es obvio que las visitas no le sientan bien. Si necesitan orden judicial para interrumpir las visitas sería cuestión de solicitarla.
  • Cuidar a las familias de acogida creo que es uno de los temas cruciales para fidelizar a las familias que hacen esta labor social, las familias de acogida necesitan apoyo. Este es el principal objetivo de ASFACA, Asociación de Familias Acogentes en Ajena de Canarias.
  • La formación continua a las familias de acogida creo que sería un punto relevante a tratar por parte de la Administración. Yo llevo más de 3 años en este programa y nunca me han avisado para asistir a cursos, charlas, talleres, etc.
  • La Administración podría organizar la información que van a necesitar las familias que se incorporan al programa, de tal forma que sepan los trámites que tienen que gestionar.
  • Agilizar los procesos y solucionar lo antes posible los casos de menores en desamparo. La mayoría de los procesos van muy despacio.

 

  • ¿Qué le dirías ahora a ese bebé si pudieras?

Le diría que siempre va a estar en mi corazón, que me ha llenado de amor, que nunca lo olvidaré aunque no podamos vernos, que ha sido un regalo para mí poder compartir mi vida con él durante este tiempo, que siempre podrá contar conmigo, que somos su familia….

 

  • ¿Qué le dirías cuando tenga edad para comprender su historia?

Yo, desde el principio, desde que los cojo por primera vez les explico la historia de su vida, por lo tanto, ya crecería sabiendo que ha pasado en su vida y lo normalizaría. Estos niñitos tienen muchas familias que los quieren; la biológica, la de acogida y la definitiva.

 

  • ¿Qué le dirías a los padres que adoptan?

Les diría que no nieguen a sus hijos el conocer su historia, que no les nieguen el amor de toda la gente que los quiere.

Con respecto al acogimiento les diría que se pusieran en el lugar de las familias de acogida, que empatizaran con ellas e hicieran una pequeña reflexión. Ellos tienen la capacidad de que pasemos un duelo mucho más llevadero.

 

  • ¿Qué nos dirías al resto que desconocemos esta realidad?

Aunque hay muchas cosas para mejorar en el programa de acogimiento familiar en ajena de Gobierno de Canarias, la realidad es que el mejor lugar para que un niño se desarrolle de forma integral es una familia.

La vida no nos trata a todos igual y, desgraciadamente, hay muchos menores tutelados por el Gobierno de Canarias, más de la mitad está en centros.

Desde aquí aprovecho para animar a la gente a acoger. Es una experiencia inolvidable y gratificante.

A pesar del sacrificio que conlleva, el amor dado y recibido compensa todo con creces.

Llevo casi 4 años en el programa y no tengo idea de salirme de él, pienso que eso dice mucho.

 

Quiero agradecer la oportunidad de hacer esta entrevista. Ojalá que sirva para dar a conocer la realidad del acogimiento familiar y divulgar el programa del Gobierno de Canarias.

Para recibir información sobre acogimiento familiar pueden llamar al 012 o ponerse en contacto con la Asociación de Familias Acogentes en Ajena de Canarias. www.asfaca.es

Aitana Oliva
Madre de acogida