Respondiendo a una consulta del blog acerca de si los bebés han de dormirse solos o no, le comenté a esa mamá que pensara en las nanas. Esas canciones que madres y abuelas de todas las culturas han cantado a sus bebés mientras les mecían en sus brazos.

Me ha dado por pensar en esta mágica costumbre y he encontrado cosas muy interesantes, como algunas letras que tranquilizan al niño asegurándole que mamá velará su sueño o que puede estar tranquilo sobre su pecho.

Estas mujeres entendían lo que nuestra sociedad nos ha hecho olvidar, que para los bebés dormirse solos es algo impensable, que necesitan la compañía de mamá, papá, la abuela, de alguien conocido que les dé tranquilidad.

Que para conciliar el sueño hay que estar tranquilo, seguro y relajado… de ahí que todas estas canciones tengan ese ritmo suave y cadencioso. Nada que ver con esas teorías que intentan rendir al niño de puro estrés, miedo,  angustia y desesperación por sentirse solos y desatendidos por las personas encargadas de cuidarles.

La importancia de la nana.

Según la Profesora en Letras, Graciela Pacheco de Balbastro, la canción de cuna nace en el momento en el que la madre musicaliza su ternura y hace un nido de sus brazos. Para ella, este género literario es el primero que el hombre disfruta en su vida. Y agrega que pasaron varios años antes de que estas canciones pudieran plasmarse en hojas de papel, y dejar sólo el ámbito de la oralidad.

Las nanas son fundamentales para los bebés. A través de ellas, las madres los cobijan, cuidan y aman. Esto, estrecha la íntima relación madre hijo, donde todo el mundo parece parar y solo existen esas dos personas, una cantando, otra oyendo y ambas sintiendo. La canción sirve como un puente que ayuda al niño a dejar caer sus párpados y vencerse a la tentación del sueño, cayendo seguro en un sueño placentero.

(Fragmentos extraídos de www.univisión.com)

Es curisoso que se haya utilizado el título de la nana más famosa en castellano  «Duérmete niño» como título de un libro que es justo lo opuesto al espíritu de una canción de cuna…

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=jM08HuSWlFg]

Me imagino que el autor del libro (no del método pues ni siquiera es suyo) lo escogió para adornarlo con un halo de humanidad y ternura de las que evidentemente el libro carece. Por no hablar de que al ser una canción transmitida oralmente y sin autor reconocido se libra de pagar derechos de autor.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=8sxdUTVclnc]

He encontrado una página llena de nanas preciosas cantadas a capella (Lullaby Link), con letras tan bonitas como esta:

Sleep my baby on my bosom
Warm and cozy will it prove
Round thee mother’s arms are folding
In her heart a mother’s love

There shall no one come to harm thee
Naught shall ever break thy rest
Sleep my darling babe in quiet
Sleep on mother’s gentle breast.

Sleep serenely, baby, slumber
Lovely baby, gently sleep;
Tell me wherefore art thou smiling
Smiling sweetly in thy sleep?

Do the angels smile in heaven
When thy happy smile they see?
Dost thou on them smile while slumb’ring
On my bosom peacefully.

Do not fear the sound of a breeze
Brushing leaves against the door.
Do not dread the murmuring seas,
Lonely waves washing the shore.

Sleep child mine, there’s nothing here,
While in slumber at my breast,
Angels smiling, have no fear,
Holy angels guard your rest.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=AaxTgYzCw2Q]

Mirad por favor las imágenes que acompañan esta canción y que alguien me diga si hay algo mejor que esa sensación de tener a nuestros hijos dormidos cerquita de nosotros…

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=drx6Ya4AKkI&feature=related]

Qué pena esos padres que se pierden esas sensaciones … crecen tan rápido que dentro de poco muchos de nosotros añoñaremos estos días de cama y sueños compartidos.

Cuando nuestros hijos crezcan y nos pregunten cómo les dormíamos de pequeños… algunos podremos hablarles con una sonrisa en los labios y  tranquilidad en el alma de esas pequeñas canciones que acompañaron esas noches, otros, desgraciadamente, sólo podrán evocar llantos desgarradores en una habitación a oscuras y tras eso, el silencio, silencio que enmascara  soledad y miedo. A nosotros nos toca decidir qué recuerdos  tendrán nuestros hijos  y nosotros de esos días.