Puedo adornar este post siendo políticamente correcta y explicando lo de que «la lactancia es cosa de 2″ y todo eso de que «ambas partes tienen derecho a ponerle fin cuando deseen » y sería cierto. Pero últimamente la corrección y el deseo de no ofender ( muy buen deseo por cierto) hace que usemos eufemismos para casi todo. Y los eufemismos no dejan de ser, cuando te dedicas al asesoramiento, paternalismo.
Por supuesto que en cualquier relación de dos hay que tener en cuenta que estén a gusto ambas partes, pero lo que no puedo es apelar a mi derecho de poner fin a una relación con otro que quiere seguir y encima decir que le estoy respetando . Una cosa es el derecho y otra la justicia. Así que hablando con sinceridad:
Cuando es la madre la que decide destetar mientras el bebé sigue reclamando teta, la palabra «respetuoso» junto a destete es un eufemismo.
[Tweet «En «Destete respetuoso» si el bebé sigue reclamando teta, «respetuoso» es un eufemismo.»]
Es como si me deja mi pareja mientras yo sigo enamorada. Por supuesto tiene derecho a irse si no me quiere o no le compensa estar conmigo o lo que sea, pero que no me diga: «te dejo porque te quiero» o «esto es lo mejor para los dos».
Que sí, que es cierto que si alguien está contigo sin quererte mejor estás sin esa persona, pero en ese momento tú no estás para muchas razones. A ti te han dejado y el dolor del hoy no lo calma la tranquilidad del mañana. Cuando estás de duelo sólo sientes la emoción del momento y te sientes de todo menos respetada. Cuando te abandonan te sientes abandonada.
Si yo que soy adulta he sentido eso, imagina un bebé de meses o de pocos años que es incapaz de razonar, cómo se sentirá cuando su madre le dice que «ya no hay más teta» por la razón que sea. Cuando quieres teta y no te dan teta no te sientes respetado.
No digo con esto que haya que seguir amamantando si no de desea. No quiero imaginar lo que debe suponer para un bebé ser amamantado por una madre que no desea hacerlo. Sólo digo que seamos sinceras con nosotras mismas y con nuestros hijos.
¿Soy mala madre por querer destetar?
Esa es la pregunta que suele surgir y que por supuesto me niego a plantear ni a responder.
No estoy criminalizando el destete ni el negar el pecho en determinados momentos -cuando ya el bebé puede comer y beber por sí mismo claro-. Yo misma a mi hija le digo que no muchas veces cuando me pide teta (cosa impensable para mí con el mayor). Lo que creo es que flaco favor nos hacemos disfrazando nuestras decisiones de otra cosa.
Si quiero destetar tengo derecho a hacerlo. Pero tengo que reconocer que mi deseo va a chocar de frente contra el derecho de mi bebé. A él no le «engañan» las etiquetas de «respetuoso», «sin lágrimas», «amoroso», etc… Para él una negación a algo que no solo desea, sino que necesita, de parte de la persona que más le importa, la encargada de atender sus necesidades, es de todo menos respetuoso, ausente de lágrimas y amoroso.
Creo que cuando buscamos una forma de destete «sin que el bebé sufra» en el fondo buscamos que alguien nos diga que lo que hacemos no es malo, o no tan malo, que tenemos motivos justificados y que podemos hacerlo sin efectos secundarios. Y creo que del mismo modo que nadie es nadie para juzgar a otro en si decide dar o no dar teta, nadie es nadie para dar la absolución buscada. Usar eufemismos enmascara un juicio negativo hacia el acto en sí. Y si haces algo que tú misma crees que es negativo la única forma de afrontarlo sin peores secuelas es aceptándolo como es.
Si quieres dar teta la das y si no quieres no la das y vives sin culpar a otros de tu decisión.
Y si quieres destetar destetas sin buscar fórmulas mágicas que borren las consecuencias negativas de tu decisión.
[Tweet «Si quieres dar teta la das y si no quieres no la das y vives sin culpar a otros de tu decisión. «]
Dicho esto repito que no criminalizo el destete, sino la manía de vestirlo de respeto cuando sólo lo hay por una de las partes implicadas. Que no es lo mismo disolver un contrato de mutuo acuerdo que un despido improcedente.
Y añado que por supuesto no soy de las que aboga por mantener una situación que resulte insoportable a la madre por mucho que sea lo mejor para el bebé. Tampoco me gusta la frase esa de «mejor un bibe con amor que la teta de mala gana».
Creo que sólo hay una cosa «mejor» que es que la lactancia sea disfrutada y placentera para ambas partes de principio a fin. Todo lo demás es intentar minimizar los daños colaterales al hecho de no tener lo que tendríamos que tener.
Pero como no vivimos en el mundo ideal, ni tenemos las circunstancias ideales, ni la disposición ideal, ni el entorno ideal ni lactancias ideales, pues la mayoría de las madres llega un momento que decimos: «quiero destetar», a pesar o no, de haber dicho que nosotras esperaríamos al destete natural por parte del bebé.
Y como dije en otro post sobre el destete, mientras la decisión sea de la madre y no mediatizada por otros o por información errónea, es totalmente lícita.
.
Motivos para destetar
Hay tantos como personas aunque los más frecuentes son:
- Agotamiento por tomas nocturnas.
Algunos niños tienen frecuentes despertares que por mucho que se practique colecho acaban siendo agotadores, sobre todo cuando la madre tiene que madrugar y no tiene tiempo de dormir durante el día. Una cosa es despertarse una o dos veces y otra despertarse 8 o 10 cada noche. - Agitación del amamantamiento.
Una sensación de rechazo a amamantar. No es dolor y no es cansancio en sí. Las madres que lo experimentan no soportan tener al niño pegado y el grado pasa desde una pequeña sensación de intranquilidad al rechazo más absoluto.
No creo que haya una sola causa para sentirlo, aunque a veces está asociado al deseo de la madre de «recuperar» su cuerpo tantos meses al servicio del o de los bebés, a la vuelta del deseo sexual y de la necesidad de recuperar espacios propios no tan maternales. - Deseo de tener otro hijo.
Por norma general la lactancia inhibe la ovulación durante un tiempo. Y aunque haya ovulación, si hay deseo de otro embarazo y no llega algunas madres deciden destetar pensando que igual la lactancia afecta. - Embarazo.
Durante el embarazo los pezones vuelven a ser muy sensibles y eso unido a la baja producción puede hacer que las tomas del niño se alarguen o se intensifiquen y la madre sufra dolor y/o molestias. Esto junto con el miedo a que la lactancia afecte al embarazo* puede animar a buscar el destete. - Nacimiento de otro hijo.
La lactancia en tándem puede tener muchas ventajas pero también es un desafío en sí mismo. No siempre es fácil ajustar las necesidades de los 2 hijos y no todas las madres encuentran placentera ni cómoda la situación de amamantar a dos. - Separaciones
Las circunstancias personales, familiares y/o laborales pueden hacer necesario que la madre se separe del bebé/niño y se decida destetar. - Cansancio
Sin más. A veces sencillamente no se desea seguir. - Etc …
*No hay evidencia que la lactancia afecte negativamente al embarazo normal, pero lo que importa es lo que crea la madre, sobre todo en caso de que ocurra algo inesperado.
.
.
Cómo minimizar el sufrimiento del niño durante el destete
Esa sería para mi la forma correcta de afrontar este proceso. Nombrándolo tal cual es:
El niño lo va a pasar mal y yo voy a intentar minimizar ese malestar.
Reconocer las emociones negativas es positivo para todos los implicados. La madre porque toma conciencia de que va a necesitar paciencia y escucha y proveer más apoyo y presencia al niño para compensar de algún modo un proceso que él no ha pedido, y el niño porque necesita sentir que la negación de su deseo no es porque no merezca ser escuchado o atendido. Que el destete no es por algo que él haya hecho mal.
Llevará tiempo que el niño acepte que no habrá teta, pero debe sentir que no es un castigo. De ahí la importancia de explicarle que es una decisión de mamá, y no usar expresiones que le incluyan a él y que confunden del tipo «ya eres grande para tomar teta».
Cuando justificamos nuestra decisión usando frases que echan la responsabilidad en el niño en el fondo estamos descargándonos nosotros y dando a entender que su deseo de seguir es incorrecto. Nosotras tenemos derecho a querer destetar, el mismo derecho que tiene él a no querer destetarse. Y dado que nosotras tenemos el poder de decisión final, al menos concédamosle el derecho al pataleo.
Sería mucho más apropiado utilizar expresiones que reflejen más la verdad y que pueden ser más abiertas o cerradas dependiendo si hemos decidido hacer un destete gradual o uno brusco.
- «Mamá YA no quiere dar teta»
- «Mamá AHORA no quiere dar teta»
- «Mamá está cansada»
- «Prefiero no darte teta ahora»
- «Ahora no me apetece darte teta»
O usar algún tipo de negociación si la edad del niño lo permite:
- «No me gusta que me cojas la teta sin pedir permiso»
- «Las tetas son de mamá y yo decido si en este momento me apetece o no darte»
- «Primero voy a acabar esto que estoy haciendo y después te doy teta»
- «Te doy teta 1 (o x) minutos»
- «Te doy teta mientras contamos hasta 20 (o x)»
- «¿No prefieres ahora jugar un rato con mamá y dejamos la teta para después ( o para la hora de dormir, etc)?
Este tipo de frase no van a eliminar la sensación de frustración, tristeza, rabia, enfado o desconcierto del niño, pero al menos ponemos en palabras la situación real, no una disfrazada.
Y por supuesto, intentaremos, como siempre que nuestro hijo sufre, hacerle saber que estamos ahí, que es normal que sienta frustración, tristeza, rabia, enfado o desconcierto. Que le entendemos y queremos mucho.
.
¿Fórmulas Mágicas?
No hay fórmulas mágicas para conseguir resultados idílicos. En el mundo de la lactancia se puso de moda la frase «No ofrecer no negar», que la verdad, no sé si a alguien le ha funcionado alguna vez, yo no he conocido aún a ninguna.
Cada caso es diferente porque cada madre y cada hijo son diferentes.
Algunas madres una vez iniciado el proceso lo consideran algo inamovible y no retroceden nunca y otras cambian de idea y destetan varias veces al mes…Destetar y acompañar con respeto las emociones y reacciones que desencadena en el niño esa decisión puede ser más agotador que mantener la lactancia, y eso hay que tenerlo en cuenta. A veces los perjuicios no compensan el supuesto beneficio.
[Tweet «Destetar y acompañar con respeto las emociones y reacciones que desencadena en el niño esa decisión puede ser más agotador que mantener la lactancia»]
Sea como fuere, todo es válido, porque cada una hará lo que sepa, pueda y quiera con las herramientas que tiene.
Como un día escribí:
Jugamos lo mejor que podemos y sabemos con la mierda de cartas que nos tocan en la partida.
Igual un día nuestras hijas no conocerán la palabra «destete», ni los términos «asesora de lactancia» o «crisis de lactancia» ni otras similares, porque hayamos conseguido normalizar lo que nunca debió dejar de ser normal. Igual un día las madres, todas, disfrutamos la lactancia tanto o más que nuestros hijos y seamos nosotras las que hagamos el duelo cuando ellos ya no pidan más…
O igual no… quién sabe…
Trackbacks/Pingbacks