El Dr. Luis Papagno ha publicado un nuevo libro fruto de evidencias clínicas adquiridas a través de cuarenta años de ejercicio profesional, aunadas al aporte de los nuevos conocimientos sobre aprendizaje, memoria y ansiedad.

Síntesis del libro:

La propuesta a desarrollar es que la forma de nacer puede un factor determinante en los rasgos fundamentales de la conducta, independiente de su constitución genética. Esto incluye:

  • Discriminar cuales fenómenos de conducta observados en el nacimiento obedecen a causas fisiológicas e inevitables y cuales al entorno.

  • Comprobar la asociación entre estímulos – fisiológicos o no – y expresión de las emociones y, en consecuencia, la posibilidad de generar patología.

  • Verificar la factibilidad de que esta situación altamente displacentera – como es el nacimiento – pueda persistir a través del tiempo -trauma – quedando incorporado a la biografía de la persona

  • Factibilidad de un sustento anatómico que permita elaborar un modelo etiopatogénico como sustento de la asociación hecho traumático-recuerdo-síntoma.

Se analiza la crisis del nacimiento; ésta genera en el recien nacido, un estado altamente displacentero, aumento de la tensión, determinando un estado de intensa angustia (angustia primaria)

Esta situación es fisiológica, transitoria y superable por los mecanismos reparadores naturales – el contacto piel – a – piel con la madre – restableciéndose rápida y efectivamente el equilibrio, sin quedar secuelas de la situación vivida.

Este proceso fisiológico puede perturbarse si:

  • Los fenómenos de hipoxia superan en intensidad y duración a los mecanismos de defensa –SFA –

  • Recibe una hiperestimulación sensorial externa

  • Se impide el contacto inmediato con la madre

  • La sumatoria de todas ellas

Esta alteración de los procesos fisiológicos puede ser percibida como violenta y/o agresiva, ya que supera los mecanismos de defensa naturales del neonato. Al no disiparse la angustia del nacimiento, ésta quedará incorporada a su historia, configurando un trauma, por sus efectos psíquicos negativos y su persistencia a través del tiempo. Este trauma se manifestará en mayor o menor grado de acuerdo con su estructura genética y las experiencias posteriores. La tremenda activación del centro de trauma cerebral – locus coeruleus, amígdala y eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal – que se produce en el nacimiento, aunado a la carencia de una reparación posterior, determina que se pierda el control de los centros de retroalimentación negativa que permiten adecuar la respuesta al contexto. En consecuencia, existe aumento de la descarga noradrenérgica que producirá diversos trastornos de ansiedad futuros, por reactivación de la situación original, dependiendo la manifestación clínica de la historia genética, de las experiencias vitales y de la circunstancia desencadenante, como hemos analizado precedentemente.

Se postula que el trauma se origina por un aumento intenso y/o persistente del estímulo, tanto interno como de origen externo; estos estímulos “proveen“ la energía que va a ser utilizada en la fijación de la situación displacentera, aumentando en grado sumo el nivel tensional inherente al acto en sí mismo. Pero tan importante como la hiperestimulación sensorial es la instalación de la vivencia de desamparo que se produce al no darse la re – unión con la madre.

Se establece una relación entre esa experiencia y su emergencia bajo la forma de sintomatología. – Trastorno de Angustia y Estrés Post Traumático, relacionados con el sufrimiento fetal y la crisis no fisiológica del post nacimiento, respectivamente. La idea es que la experiencia del nacimiento, si bien no es la única, es altamente condicionante como estimulo para “dar a luz” mayor probabilidad de expresión de la susceptibilidad genética ––polimorfismo de nucleótido único – que aumentan la vulnerabilidad ante situaciones vitales.

Las consecuencias de la influencia del entorno – experiencia – no se limitan al momento en que actúan – desarrollo precoz – Los estímulos sensoriales ejercen un efecto de diversa intensidad y duración. Este aprendizaje se puede explicar como un cambio prolongado o relativamente permanente de la conducta como resultado de la exposición repetida o intensa a un modelo de estimulación.

La adquisición aprendida de la ansiedad abre la posibilidad de un ”desaprendizaje”, mediante la estimulación psicoterapéutica, que permitiría el producir cambios estructurales y funcionales duraderos en el cerebro, por modificacion de la expresión génica, fundamento de la farmacoterapia, y de la psicoterapia.

Se propone una revisión de la nosología con respecto al TPET.

En funcion de que los dos modelos propuestos también configuran una situación de estrés, pero, a diferencia de la crisis fisiológica – que también es un estrés, pero no traumático – en este caso, dada la intensa estimulación intero y exteroceptiva se produce un engrama que perdura a través del tiempo – trauma – de manera que, en el nacimiento, se generan las condiciones para que, ulteriormente, se configure un verdadero trastorno post estrés traumático – no de estrés post-traumático porque el estrés se inicia primero, es lo que antecede y determina “a posteriori” – por su persistencia – el trauma; el trauma – trastorno – es laconsecuencia del estrés y no lo inverso, como se enuncia clásicamente 

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