Mi abuela paterna fue «sólo» madre.
Mi abuela materna fue madre de familia numerosa pero no crió a sus hijas mayores.
Mi madre fue mujer trabajadora primero,  y madre de familia numerosa, prácticamente sola, después.
Su «conciliación laboral y familiar» pasó porque su hija mayor se encargara de los pequeños y de gran parte de tareas de la casa mientras ella trabajaba.
Yo hoy soy heredera de todas esas dinámicas con las que he crecido y voy aprendiendo a compaginar mis «creencias»  sobre la vida familiar y los hijos con mis conocimientos sobre las necesidades de los bebés y niños y con mis deseos como mujer adulta de tener mis propios espacios fuera del rol de madre.

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Ser madre hoy

Creo que tenemos el papel más difícil en generaciones. Porque tenemos más información y eso en vez de convertirse en lo que debería ser, una herramienta para saber cómo hacer las cosas de forma más sabia y eficaz, se ha convertido por el contrario, en un arma para culpabilizarnos (aún más si cabe).

Resulta que nos han dicho qué debemos hacer pero nos han dejado solas, sin armas, en la arena.

Nosotras hemos cambiado nuestra mentalidad para no arrojar una carga innecesaria sobre nuestros hijos pero, en la mayoría de los casos, no han cambiado nuestras parejas, ni ha cambiado  la sociedad que nos sigue haciendo escoger entre lo que debe ser y entre lo que puede ser.

Somos la infantería de esta guerra. Las más expuestas, las que arriesgan su cuerpo, sus energías, su vida, en una batalla en la que otros, desde sus lugares estratégicamente seguros y confortables, al final se colgarán las medallas del éxito.

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Madres desbordadas-malas madres

 

Y la realidad es que ser madre de varios hijos, criarlos, es decir: proveerles el cuerpo, contacto y atención que merecen, educarlos, cuidar el entorno en el que viven, nutrirles de forma adecuada, ofrecerles un ambiente sano y estimulante, seguro, confortable, limpio…hacer todo eso y hacerlo sola es misión imposible.
Incluso en los casos en que la pareja no «ayuda» sino que se involucra y comparte este trabajo sin fin, es muy difícil hacerlo sin dejar cadáveres por el camino.

Uno de los «cadáveres» habituales, del que hablaba en este post para el blog Asesoras Continuum, es convertir a los hijos mayores en una especie de franquicia nuestra.

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hermano mayor

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Sobre todo en el caso de familias monoparentales, o donde el padre está ausente física o emocionalmente, es fácil encontrar a los hijos mayores asumiendo cargas que no les corresponden.
En algunos casos los hijos mayores no solo se convierten en nuestros «ayudantes» o en los «encargados» de las tareas logísticas del cuidado de los hijos pequeños y la casa, a veces, y lo que es peor, se convierten en nuestro sostén emocional.

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Culpa No, responsabilidad SÍ

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Las madres no lo hacemos por gusto, por supuesto, es normal que cuando hay varios hijos, incluidos bebés o niños pequeños que nos reclaman todo el tiempo, prioricemos ese trabajo por delante de otros y busquemos el modo de conseguir acabar el día sin desfallecer ni volvernos locas.
Cuando no hay más adultos que nos ayuden a asumir todo el trabajo y/ o que nos sirvan de desahogo y de apoyo es fácil hacer de nuestro hijo o hija mayor nuestro «amigo y confidente».
Ese es un fallo enorme porque estamos invirtiendo los roles. Ellos aún son niños que nos necesitan a nosotros para completar su desarrollo hasta alcanzar su madurez emocional.

Este post no es para que creamos que le hemos amargado la vida a nuestro(s) hijo(s) sino para que nos paremos a pensar en qué patrones tóxicos estamos perpetuando sin darnos cuenta y para que busquemos otra forma de gestionar nuestra realidad difícil.

No es cuestión de culpabilizarnos, pero sí de asumir responsabilidades.

Si eres madre de familia numerosa analiza el día a día de tu vida y del trabajo que hace cada uno en la familia.

  • ¿Es el hermano mayor el «encargado» de cuidar a su(s) hermano(s)? ¿Puede decir «no»? y si es así ¿Cómo reaccionamos a su negativa a hacerse cargo de su hermano?
  • ¿Tiene edad de cuidarse solo? ¿Le dejarías solo en casa?
    Si no es así, no es lógico que además de no encargarnos de él le pidamos que él cuide de alguien aún más pequeño.
  • ¿Colaboran todos en la casa (si tienen edad para ello) ocupándose de sus propias cosas: cama, recoger sus juguetes, poner y quitar la mesa, colocar su ropa, poner la ropa sucia en el cesto etc? ¿ o por el contrario unos se encargan de hacerle esas tareas a otros?
    En una familia la meta es que todos lleguen a ser autónomos, no que haya uno que le haga el trabajo al resto.
  • Al hablar para pedir ayuda a tu(s) hijo(s) mayor(es) ¿Qué expresiones  usas?
    No  es lo mismo decir: «Vigila a tu hermano» que «¿me puedes hacer un favor y mirar a tu hermano mientras yo hago tal o cual cosa y me avisas si me necesita?» En el primer caso le imponemos la orden de asumir el rol de cuidador, en la segunda dejamos claro que el rol es nuestro y le pedimos que nos ayude, porque necesitamos hacer otra cosa, manteniendo nosotros la responsabilidad final sobre el pequeño.
  • ¿Perpetuamos situaciones de injusticia y desigualdad no solo por orden sino por género?
    Por ejemplo:  la hermana mayor es la única que aprende a cocinar,  a hacer la compra o planchar y/o el hijo mayor se convierte en el policía social de sus hermanas pequeñas.

Estos son solo algunos ejemplos para observar qué dinámica estamos creando en nuestro hogar.
Por supuesto no es lo mismo que nuestro hijo mayor tenga 4 años, 9 o 15, pero en cualquier caso el objetivo es

  • Que todos nuestros hijos que crecen en un hogar con hermanos vivan la experiencia como les corresponde. Desde el rol de hijos, no de padres sustitutos.
  • Que aprendan que criar hijos es un trabajo agotador pero gratificante.
  • Que nuestro cansancio no es por tenerlos a ellos sino por criar sin tribu
  • Que sepan que su colaboración nos es de gran ayuda pero que no es su trabajo ni su responsabilidad preocuparse por ellos ni por nosotros
  • Que se den cuenta que mamá no es perfecta ni pretende serlo, pero que cuando se da cuenta de que algo no se ha hecho bien pide disculpas e intenta rectificar (Gran lección de vida esa)
  • Que se sientan queridos, valorados, respetados y apreciados en su individualidad.
  • Que no crezcan creyendo que nuestro amor hacia ellos depende del «trabajo» que realizan para nosotros
  • Que entiendan que el amor se demuestra con acciones y que quieran contribuir a aligerarnos la carga por eso, porque nos aman, no porque se sientan obligados
  • Que si algún día deciden ser padres y madres disfruten de y con sus hijos, de estar tiempo con ellos disfrutando y que lo hayan aprendido de nosotras.

Disfrutar con los hijos

 

Querida madre desbordada como yo,
sola como yo

imperfecta como yo,
desquiciada por momentos como yo,
 perfeccionista como yo,
histérica a ratos como yo,
inconsecuente entre lo que piensas y lo que haces como yo,
frustrada por no conseguir que las cosas salgan siempre como quieres como yo,
soñando con tener unas vacaciones sin niños aunque no lo confieses delante de ellos ( o sí) como yo,
envidiosa de las madres perfectas como yo,
celosa (a ratos) de las que tienen hijos perfectos como yo…
Mala madre y Buena madre COMO YO
Querida compañera… como una vez leí a una madre imperfecta… recuerda que:

Las renuncias de las madres-Nohemi Hervada

Las renuncias de las madres-Nohemi Hervada

 

 

PD: Dedicado a Inma y a todas las madres desbordadas, solas, imperfectas, desquiciadas, perfeccionistas, histéricas, inconsecuentes, frustradas, soñadoras, envidiosas, celosas, a todas las Buenas y Malas madres a la vez.
Imagen destacada ©BadMoms 
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