Artículo de El Parto es Nuestro
Por Ibone Olza
Creo que los profesionales que comunican la muerte de un bebé que todavía no ha nacido a su madre y su familia tienen que ser profundamente conscientes de que su actitud en el acompañamiento va a ser crucial en el bienestar futuro de esa madre, de esa familia, y de los hermanos presentes o futuros del bebé fallecido.
Por eso, creo que antes que nada es necesario comprender lo importante que es el lenguaje. Casi siempre el bebé fallecido ya tenía un nombre: hay que empezar preguntando el nombre antes incluso de comunicar el fallecimiento. No es igual decir “este feto no tiene latido” que decir “el corazón de Marta o de Pablo ha dejado de latir”. Manifestar nuestro pesar y nuestra pena al comunicar la noticia no nos hace menos profesionales, sino todo lo contrario.
Otro aspecto muy importante es el tiempo. Son muchas las madres y padres que van a encontrarse en estado de shock. Hay que permitir tiempo para todo: para asimilar la noticia, para abrazarse, para llorar, para avisar al resto de familiares. Tiempo para decidir si se espera el inicio del parto espontáneo o si hay una razón médica para acelerarlo. Haya o no urgencia es importante nombrar lo que va a suceder: ese parto va a ser una despedida.
Las madres y padres pueden recordar cada unos de esos momentos, horas o días durante el resto de sus vidas. Necesitarán poder hablar de lo sucedido más adelante con los profesionales que les atendieron. Desde luego, vale mil veces más obrar despacio, que ir con prisas. Hay que tomarse el tiempo de preguntar a los padres como quieren despedirse de su bebé y entender que ellos pueden necesitar unas cuantas horas antes de decidir. La madre va a necesitar percibir mucha serenidad en los profesionales para poder elegir el mejor parto posible para ella, y porque no decirlo, para sus siguientes hijos si un día decide tenerlos.
Nunca hay que forzar la decisión de ver o no el cuerpecito del bebé fallecido. Hay que respetar absolutamente la intuición de cada madre y padre: si sienten que es mejor no verlo seguramente eso será lo mejor para ellos, si desean verlo hay que darles a elegir el verlo a solas o acompañados, durante todo el tiempo que ellos necesiten.
(Si los padres eligen no ver el cuerpo de su bebé es recomendable ofrecer la posibilidad de sacar alguna fotografía y decirles que si un día desean esa imagen el hospital se la facilitará.)
Ofrecer apoyo práctico. Algunas madres desconocen que pueden donar el calostro a un banco de leche materna, y esto puede ayudar a hacer más llevadera la subida de leche si se opta por no hacer una supresión química de la lactancia.
La mayoría de las consultas que recibo suelen girar en torno a un tema: como decírselo a los hermanos o hermanas. Suelo animar a los padres y madres a decírselo ellos mismos, con las palabras más sinceras, sencillas y concretas que encuentren. Es importante que los niños entiendan el origen del dolor y la tristeza que van a percibir en toda la familia, que se sientan parte de lo que sucede, que se les permita a ellos también expresar lo que sienten. A veces hacer un dibujo para recordar al bebé fallecido se convierte en una pequeña celebración de despedida en la intimidad de la familia.
Los duelos por la muerte de un bebé muerto en el útero pueden ser largos, lentos, y muy silenciosos. Es importante que los profesionales cuidemos a estas familias y les preguntemos en los siguientes meses como se encuentran, hablando del dolor pero también de los buenos recuerdos que conservan del embarazo. Ese acompañamiento suele ser clave para la resolución saludable del duelo: el vacío y la ausencia seguirán siempre con ellos, pero el dolor irá cambiando y será muchísimo más soportable o incluso se convertirá en otra cosa.
qué artículo más bonito, esta mujer lleva toda la razón del mundo. No he podido evitar pensar en que eso me pasara a mí y es cierto que me gustaría que me trataran así, en ese momento sí que me gustaría ver a mi hijo/a que ha estado dentro de mí durante «x» meses y lloraría abrazada a el/ella.
Muchas gracias por compartirlo.
Uno piensa o quiere creer que con el tiempo se curan las heridas, que con la llegada finalmente de un hijo el dolor se quitará, pero no es así…
En octubre del 2009 nos enteramos que íbamos a ser papás, quisimos comunicárselo a la familia al completo, por lo que nos aguantamos sin dar la noticia a nadie en toda la semana, para poder el domingo festejarlo en una comida en familia. Y así fue, un día super especial, todos contentos y felices por la inminente llegada de nuestro bebe tan deseado.
Los tres meses que duró mi gestación fueron tranquilos, nada de náuseas, me cuidaba un montón en todo, me sentía plena responsable de hacer todo lo posible para que mi bebe creciera sano y pudiera estar al cabo de nueve meses en mis brazos.
Como todos y todas sabemos, hasta las 12 semanas solo nos ve la matrona y no hay ninguna eco hasta la visita al ginecólogo a las 12 semanas.
El 8 de enero del 2010 esperaba, mientras escuchábamos los latidos de los bebés de otras mamás en consulta, que nos llamaran en la sala de espera del centro de salud super ilusionada con mi marido, «veríamos por primera vez a nuestro hijo/a»!! (inclusive la imagen de esa eco sería plasmada en la tarta de cumple del padre que era ese domingo 10 de enero, con una frase que diria Feliz cumple papá!) pero ese día soleado se convirtió en una pesadilla de la cual queríamos despertarnos.
El ginecólogo comenzó a hacerme la eco y en el más absoluto silencio me tuvo durante mas de 5 minutos, hasta que le pregunte ¿que si mi pequeño no se dejaba ver?y dentro de mi me decía que quizás no escuchaba aún los latidos porque aún no había encendido el audio del ecógrafo?, siguió en silencio unos minutos más, apagó la pantalla y sus palabras fueron «SE PARÓ CON 8 SEMANAS».
No entendíamos nada, rompí en lágrimas (ahora mismo sigo llorando y así cada vez que lo recuerdo) y apenas me salían las palabras!!!, me vestí como pude, el médico me dice que que es un aborto diferido, que pasa más de los que uno piensa y que él se encargaba de pedirme una cama para practicarme un legrado ese mismo sábado.
Me entregó una serie de papeles, de los cuales no me explicó nada, que me los leyera y los firmara (eran de la anestesia) y ni siquiera me dijo en que consistía la intervencíon que me practicarían.
Ante la frialdad del personal sanitario, les preguntamos que ¿por qué? ¿qué hemos hecho mal? y me dice que es algo hoy en día pasa mucho, que nosotros no tenemos la culpa y poco más. Salimos destrozados de alli, nos sentimos como un número más del montón de padres que pierden a un hijo, porque se había muerto mi bebe, lo que para ellos es «un feto que se paró».
LLegamos al Materno y antes de la intervención pedimos una segunda eco, sabíamos que teníamos derecho a ella, a una segunda opinión, pero el profesional que paso por mi habitación antes de la intervención me dijo que no sería posible, que ya la eco me la habían hecho en el centro de salud y aún insistiendo con los ojos lleno de lágrimas me termina diciendo que en todo caso me la harían en la semana entrante, ya que en esa planta no tenían ecógrafo y que no me podían bajar a urgencias. Llame a mi marido que lo habían enviado a la sala de espera y le dije que no aguantaba más allí que sino me querían dar una segunda opinión que igualmente me haría el legrado, no sería capaz de irme a casa y esperar unos días sabiendo que mi hijo estaba sin vida dentro de mi y él logró finalmente que me hicieran una segunda eco, pero los sanitarios que me atendieron no hacían más que quejarse, que era una pérdida de tiempo, y todo delante de una «casi madre» con el corazón y el alma destrozados…
Una vez hecha la eco me explicaron con la imagen en pantalla que el corazón del bebé ya no latía. El ginecólogo de guardia me llevó a una sala y me preguntó si sabía lo que me iban a hacer, a lo que le contesté que no, que sólo me habían dicho que se había parado con 8 semanas y nada más. A ésto él me explico que no significa precisamente que hubiera sido con 8 semanas (ya que yo no me explicaba como no había dado cuenta que mi bebe de 12 semanas se había parado 4 atrás) sino que al no seguir latiendo, no se alimenta y se empieza a encoger, fueron sus palabras y a traves de un pequeño esquema me explicó en que consistiría el legrado.
Digo yo: tanto cuesta tomarse un par de minutos y aunque sea un poco de tacto para explicarles a dos padres destrozados de dolor que han perdido su sueño tan esperado, de informar a la madre con algo más que un formulario de anestesia general o local?????
Visto lo visto parece que si, que todo se reduce a un paciente más con un número de cama x, que pasado el efecto de la anestesia debe irse a su casa.
En planta hubo gente que me acogió con una caricia en el pelo como el celador que me llevó al quirófano, pero fue el único.
La pesadilla no terminó alli, no hacía mas que llorar de dolor, los allegados intentaban consolar con la típica frase «no se quiere a quien no se ve» y hasta hoy en día quiero creer que lo dicen solo para menguar el dolor y que de verdad no se lo crean ellos mismos ya que me parece imposible concebir esa idea.
En los días siguientes quería mantener la cabeza ocupada, sacando fuerzas preaparando examenes y tratando de sentirme físicamente bien para ir a trabajar, pero los dolores me tenían acalambrada, hasta que cuando voy a retirar el informe del legrado, me revisan y me vuelven a ingresar de urgencia ya que según ellos mi cuerpo no fue capaz de expulsar los restos».
Desolada otra vez en esa maldita planta 8 del materno, pero ya no me quitarian nada que no hubiera perdido ya me volvieron a practicar un segundo legrado.
El dolor físico se va, pero a partir de ese 8 de enero no hubo día en el cual no llorara a escondidas por la pérdida de mi bebe.
Tuvimos la suerte con mi marido de ser padres el pasado 5 de febrero del 2011 y cada vez que recuerdo mi primer hijo miro a mi pequeña Flor y ella con sus sonrisas me devuelve las ganas de vivir, porque desde que ella llegó a nuestras vidas todo cambió, volví a nacer!!
mi bebe de casi 7 meses de embarazo, fallecio subitamente, y el ecografista aunque yo ya sospechaba de que habia muerto, no tuvo ningun reparo de decir que no habia latidos y salio disparado, la unica que estuvo conmigo fue la obstreta que me cogia la mano, pero en la clinica no hubo ningun apoyo, solamente el mirarme con lastima, que creo era mucho peor, como hubiera servido que alguien que hubiera pasado por lo mismo estuviera ahi para apoyarnos. han pasado casi 5 años, luego tuve otro bebe hermoso. pero lo que yo puedo recomendar a otros papas que pasan por lo mismo o conocen a alguien que pase por lo mismo, que se despidan de su bebe. yo por temor o sabe Dios que, no lo quise ver y no saben como me arrepiento , el haberme despedido, besarlo y todo lo que una madre puede decirle a su bebe me hubiera servido un monton.
el tener al lado tuyo a alguien que pueda decirle a los padres, » yo se por lo que estas pasando» tu familia es de mucho apoyo, pero a veces lo que hacen es llorar contigo , que tambien lo necesitas , pero no te dan en medio del sufrimiento los mejores consejos. !!!
No estoy de acuerdo con el titulo, el mensaje es lindo pero ¿porque ese titulo si desde el momento en que somos fecundados ya tenemos vida?
Hola Margarita:
Gracias por comentar en el blog.
Yo soy de las que pienso que la vida es vida muchísimo antes del nacimiento… pero entiendo lo que quiere decir el artículo. Culturalmente nuestra sociedad cuenta la vida desde el nacimiento… de hecho aquéllos que celebran cumpleaños… no cuentan el día de la fecundación, sino del nacimiento… igual es tu caso también… Lo que muestra no que no tengan respeto por el bebé antes, sino que es lo que se viene haciendo… que en el momento d enacer es uando damos la «bienvenida almundo» al bebé… aunque ya estuviera en él mucho antes. O a veces es una forma de hablar…
EN cualquier caso quédate con el fondo y no con la forma, porque estoy segura que en esencia estamos de acuerdo.
Un abrazo
Si yo fui estuve embaraza x cuatro meses, pero mi bebe solo vivio tres, yo creo q en el momento no se entiende por el gran deseo de ser madre, aunque uno hace todo lo que humanamente se hace para tener un emnbrarazo tranquilo y sin alteraciones, pero solo dios interviene de muchas formas para dar lo q es bueno para nosotras, y no malo ya q el no trajo al mundo a sufrir, solo a tener ensenansas para un mejor vivir.