Al hilo de la publicación del artículo: «Crianza o perpetuar la especie» y de algunos de los comentarios que han dejado en el blog os pongo a continuación mi respuesta a modo de reflexión. Os invito a leer los comentarios en el artículo citado para entender mejor el texto y a quién va dirigido.
Siempre que se plantea el tema de las opciones de crianza tema en determinados foros surge la discusión. Si son foros sin ideología, porque aparecen los 2 bandos como en la guerra y si son foros con una ideología concreta, pues se “veta” o critica a la otra.
Estoy de acuerdo en que el mundo no es blanco ni negro, que en casi todos los aspectos de la vida priman las escalas de grises, aunque también creo que hay determinados campos en que sí debe haber una distinción clara entre conceptos. Por ejemplo: la lactancia materna. No hay duda de que es lo mejor desde cualquier punto de vista. Eso no quiere decir que yo ataque a quien decide no hacerlo, o les juzgue. Puedo tener mi opinión, por supuesto, y la digo si me la preguntan. Aunque aún en esos casos miro mucho en qué tono me pregunta la madre o si mi comentario la puede hacer sentir mal o no.
Me explico:
Una madre me dice al ver a Iker mamando que qué pena que ella no tuvo leche para su hijo, que le habría gustado darle mucho tiempo, etc.
- -En muchos casos le explico a la madre que casi todas las mujeres que paren hijos tienen leche para darles, que la mayoría de las veces lo que falta es información, apoyo, profesionales sanitarios que cooperen, etc…
- -En algunos casos simplemente les digo: “No te sientas mal mujer. Seguro que lo supliste con mucho amor y mira qué guapo se te ha criado. Y para el próximo pues ya nos encargaremos entre todas de ayudarte a que sí lo consigas”
¿Por qué esa diferencia? ¿Soy una hipócrita?
No, en ambos casos pienso lo mismo, lo que cambia es cómo veo a la madre.
Si realmente se ha creído que tener leche es una lotería y va por ahí repitiendo ese mito, le explico la verdad para que cuando hable con otras mujeres no perpetue esas mentiras.
Pero en el segundo caso si es una madre angustiada por un sentimiento de culpa intento no añadir más carga porque esa segunda madre si de verdad sintió no poder dar el pecho, cuando esté preparada y tenga más información apoyará a otras mujeres de su entorno.
Muchas de las madres primerizas que vienen al grupo de apoyo a la lactancia lo hacen acompañadas de otras mujeres (madres, hermanas mayores, vecinas, amigas) que no dieron el pecho y quieren ayudar a que estas madres nuevas sí lo hagan.
Con el tema de la crianza pasa algo parecido. Partimos de la premisa de no hacer sufrir (innecesariamente) a un bebé, en eso estamos de acuerdo todos. Pero las madres que aplican el método Estivill han sido convencidas de que ese sufrimiento es necesario, del mismo modo que permitimos que a nuestros hijos les intervengan quirúrgicamente si es por su bien.
El problema es que esos argumentos “científicos” no lo son y son tan aceptados porque vienen a dar a los padres una “solución” a una necesidad: dormir. Además aparece como el Mesías de la paternidad convenciéndonos que se puede compaginar atender a un bebé con dormir toda la noche plácidamente.
Sinceramente si ninguno de nosotros hubiera leído un libro en su vida y no tuviéramos pediatras que se meten en cómo criamos a nuestros hijos en lugar de ceñirse a su trabajo (la salud -o más bien la enfermedad- de nuestros hijos). Si viviéramos alejados de un mundo con tantas obligaciones para con todos salvo para con nuestros hijos pequeños, pues seguramente no habría debate, ni sentimientos de culpabilidad, ni dedos señaland, porque sencillamente ninguno dejaríamos a un bebé durmiendo solo, con llanto o sin él.
Desconozco a la autora del artículo y si es muy radical o no. Quizás le aplicaron el método a ella y habla con conocimiento de causa, porque ese es otro punto, la de lo que siente y sentirá el bebé con ese trato.
Con lo que nos gusta a los padres grabar en vídeo las primeras hazañas de nuestros bebés (primer “ajo”, primera risa, primera vez sentado, primera papilla, primeros pasos, etc) ¿grabarían orgullosos los padres del método” la primera noche durmiendo sin papá y mamá tras minutos de llanto agonizante”?. ¿Se lo enseñaríamos a las visitas y familiares? .¿Se lo enseñaríamos a ellos cuando crezcan?? . ¿Qué pensarán nuestros hijos el día de mañana cuando se enteren que en su infancia hubo 2 corrientes y nos pregunten que cuál escogimos nosotros?.
Al menos podemos pensar en ello ¿no?
Yo sólo vi una vez por Tv la grabación de un niño en pleno “método” y no pude verlo entero. Mee imagino ese pobre niño cuando crezca y se vea a sí mismo de ese modo. Igual también es un “radical”, pero ¿quién se lo va a reprochar?.
Sigo…
Sobre “arrojarnos la paternidad a la cara” que comenta una de las mamás: Estoy de acuerdo que esa no es forma de convencer a nadie. Cuando uno se siente criticado no responde bien a no ser que de verdad sea muy humilde y tenga muchas ganas de mejorar. Por eso la mayoría de los padres que eligen criar con apego (y digo la mayoría porque no serán todos, ya que gente maleducada hay en todas las ideologías), no acusamos con el dedo señalador a nuestro vecino “fulanito de tal ” que aplica el método. Pero, dado que creemos sinceramente que no es una opción buena ni sana pues intentamos hacer llegar información sobre el tema a cuanta más gente mejor. Porque nosotros no tenemos un representante que nos concierta entrevistas en Tv cada 2×3, ni patrocinamos lácteos infantiles (curiosamente nunca le he oído yo a este señor fomentar la LM), ni bebidas refrescantes azucaradas, ni jabones de baño de laboratorios que experimentan con animales, ni manuales para conseguir que nuestro niño coma, duerma, juegue y lo haga todo como “tiene que ser”.
A nosotros sólo nos queda el boca a boca, espacios como este, de vez en cuando algún artículo en un periódico o una breve aparición en un programa de TV, y cada uno aprovecha su “minuto” como quiere o como puede.
Sobre el comentario de la otra madre de las guarderías:
Siento de veras que en tus circunstancias si tu deseo es pasar más tiempo con tu niño y menos en tu trabajo, no puedas hacerlo. Esa es la asignatura pendiente de nuestra sociedad, que quiere invertir en más plazas de guarderías de 0-3 años y no en ampliar las bajas maternales o las maternidades subsidiadas.
Pero que tú no puedas hacerlo de otro modo no significa que otras pudiendo no quieran, creo que ahí está la crítica.
Cada uno tiene una escala de valores y de necesidades y cada familia enfoca su vida bajo ese criterio. Quizás no deberíamos criticarlo si no fuera porque la elección libre de unas de no renunciar a su trabajo por sus hijos nos está llevando a una sociedad que no valora el maternaje como un valor familiar, comunitario y social.
No es que no se pueda coger lo que se desee de cada uno, es que hablamos de cosas incompatibles. Es como poner horario a la lactancia materna. ¿Que en algunos casos funciona lo de 5 minutos de cada pecho cada 3 horas? ¡Pues claro!. Mis hermanos son la prueba (siempre habrá niños que sean capaces de sacar en ese poco tiempo lo que necesitan) pero ¿cuántas lactancias se han perdido por intentar que la madre descanse y no se agobie?.
ME alegro que madres que aplican el método el resto del tiempo sean cariñosas y den teta y mimos todo el día. La cuestión es: ¿Qué momento de esa etapa recordarán esos niños?. ¿El momento tierno de besos y mimos y teta o el momento de sentirse solos a la hora de dormir? No lo sabemos… pero algunos preferimos no arriesgar.
Un beso a todos
Sí señora, chapeau.
Qué bien te explicas, como es habitual 😉
ciertamente ha dado para mucho el artículo. El otro día hablando con mi hermana me decía que veía el artículo demasiado extremista, y en parte sí, explica algo así como los dos «bandos». Ciertamente hay mucho que decir y muchos tonos de grises, ¡menos mal!. Supongo que aquí lo básico está en tratar a nuestros hijos con respeto, que es lo mínimo que pedimos nosotros como seres humanos, que nos traten con respeto.
La pena es que haya «descalificaciones» entre un bando y otro y faltas de respeto. En fin… que cada uno haga lo que quiera sin maltratar ni faltar el respeto.
Me gustan mucho las respuestas que nos has dado, te expresas muy bien y con mucho respeto. Yo sigo pensando que podemos «aprovecharnos» (no se si seria esa la palabra correcta) de los dos metodos. Pienso que en realidad no existe UN metodo para criar un hijo, puesto que no son maquinitas, si no, personitas, con su caracter, su forma de ser y los padres nos tenemos que adaptar a ellos tambien. Tambien actuamos viendo como han sido experiencia anteriores de nuestro entorno mas cercano, por ejemplo en nuestro caso fue la experiencia de mi hermana con el colecho la que nos marco mas. Mi sobrino durmio con sus padres hasta los 6 años, fue llegar el hermanito y se fue por su propio pie a su cama a dormir solo… los niños son así, tanto años intentando que el peque durmiera en su cama y va un día y lo hace el solo! Pero mientras tanto, el colecho para ellos fueron 6 años sin practicamente descansar ninguna noche, cuando era bebe porque estaba el miedo a moverse y hacerle daño, y conforme va creciendo porque cada vez necesitaba mas espacio y se movia mas con lo cual mi hermana y cuñado se han llevado mas de una patada! Igual si la experiencia de mi hermana con el colecho hubiera sido otra, igual nuestra forma de actuar tambien hubiera sido diferente, nunca se sabra… Y no es que nosotros quisieramos dormir toda la noche de un tiron (hace mas de 3 años que no dormimos toda la noche de tiron!!) pero entre toma y toma nocturna (porque el pecho no entiende de horarios) si que en este caso mi marido, necesitaba descansar, entra a trabajar a las 7, y su trabajo es todo fisico cargando y descargando cajas todo el día. Con lo cual si que era un poco un prioridad que el se fuera a trabajar todo lo descansado que se puede cuando tienes hijos.(ya que si papa cae enfermo o tiene un accidente laboral, mal iriamos economicamente en casa). En mi caso me daba lo mismo dormir mas o menos por las noches, puesto que el primer año tuve la gran suerte de no tener que trabajar, así que me podia echar la siesta con el bebe y aprovechar cuando el descansaba durante el dia para hacerlo yo. Ahora practicamos un colecho a tiempo parcial… ( si dicho doctor se entera nos riñe!!jejeje) de madrugada, no siempre, el peque se despierta se intercambia la cama con papa… y todas las mañanas nos despertamos juntitos, (puesto que lo hacemos un poco mas tarde que papa) con besitos mimitos y cariñitos!! Es una gozada, no lo cambio por nada. Si fuera una radical de dicho metodo lo enviaria a mitad de la noche para su cama llorara o no llorara, pero este sistema que llevamos ahora nos apaña muy bien a los 3! El nene se va dormir a su camita a su hora, feliz dandonos besitos, y el mismo me dice: mami mañana voy a despertarte yo a tu cama… y mira tu por donde si alguna mañana ha hecho la noche entera en su cama y no se ha venido a la mia, lo echo de menos… Enfin vivan los grises!!
Mónica: Un beso 🙂
Es que es verdad, qué bien te explicas…
Y la actitud que tomas a la hora de expresar tu experiencia con la lactancia/crianza a otras mamis me parece loable, de veras.
Me pasa lo mismo que con Ileana, me tengo que quitar el sombrero… sois unas comunicadoras natas y sobre todo, equilibradas (de esto a mí me faltan toneladas, me temo)
Donde estaba yo que no leí cuando posteaste este artículo? jo..
Bueno, el caso es que es cierto que da mucho de sí…
¿Sabeis lo que creo yo?… que cuando un ‘bando’ se siente atacado, es un poco lo del refrán ‘el que se pica, ajos come’. Si yo digo, simplemente, que estoy por una crianza con apego, y una ‘madre stivilizante’ se cree que la estoy criticando sólo porque yo estoy a favor de lo contrario, a veces me da que pensar que es porque en el fondo ella sabe que hay algo que no está haciendo bien. Por ejemplo, las dos tendremos en común que queremos que nuestros hijos adopten buenos habitos al dormir. Pero yo no soy capaz de hacerlo dejando que llore como un verraco en otra habitación, y ya está. Tampoco quiero que esté en otra habitación él solo, con cinco meses. A mí también me gustaría volver a dormir igual de a gustito que antes de que naciera, pero asumí, ANTES DE QUE NACIERA, que eso ya no iba a ser posible en unos años.
Yo estoy con Ileana en lo de abandonar el enfoque adultocéntrico… casi todo lo que se hace en nuestra sociedad hoy en día en crianza es para la COMODIDAD y ATENCIÓN a las necesidades de los ADULTOS. Que coman con horarios, que coman con cualquiera, que duerman cuando nos convenga, que se rían con todo el mundo, que no protesten cuando les pongas en el carro… en una palabra, que se adapten a lo que nos conviene a nosotros.
Vaya rollazo que he soltado… sorry.
«Pero que tú no puedas hacerlo de otro modo no significa que otras pudiendo no quieran… creo que ahí está la crítica. Cada uno tiene una escala de valores y de necesidades… y cada familia enfoca su vida bajo ese criterio… Quizás no deberíamos criticarlo si no fuera porque la elección libre de unas de no renunciar a su trabajo por sus hijos nos está llevando a una sociedad que no valora el maternaje como un valor familiar, comunitario y social.»
He sacado este fragmento de la respuesta dada al artículo que en cierta manera tanto nos a tocado a unas y unos cuantos. Espero que no moleste que lo haya puesto aquí.
Imagino que no es la intención, pero estas palabras desprenden un tono que me deja una sensación un tanto amarga.
Decir que las personas que pudiendo dejar su trabajo no lo hagan porque no quieran, y que de este hecho se pueda hacer crítica, me resulta, cuando menos, asombroso.
Antes de seguir aclaro que sólo estoy hablando de este tema, lo digo para no dar pie a la demagogia y que se extrapole mis comentarios a otros temas que no procedan.
Criticable ¿por qué? quienes somos nosotros para criticar el que alguien tome esta opción. Dices que es criticable porque su elección va en detrimento de que esta sociedad no valore el maternaje. Ese dedo acusador que señala a las personas que se deciden a compaginar en su vida la maternidad, su realización personal, laboral etc… según quieran, como complices de que la sociedad no valore el maternaje como un valor familiar, comunitario y social, hace muy complicado el diálogo para que exista un entendimiento basado en el respeto. Obviamente en esta sociedad, en la que todos estamos inmersos, hay ciertas prioridades que nos tienen «contaminado» el cerebro, y uno, a medida que pasa el tiempo, y si tiene la posibilidad, va dando forma a estos sinsentidos que tenemos en la cabeza como buenamente pueda y quiera. No veo la crítica para una mujer que, aunque pueda, no quiera dejar de trabajar siendo madre. Ni que con su acto, de «no renunciar a su trabajo por sus hijos» este llevando a esta sociedad a no valorar el maternaje. El problema lo veo en la lectura que hacemos de este hecho y en considerar que su decisión la coloque en una posición opuesta a la nuestra donde no se valora el maternaje. Cuando hay incomprensión hay crítica. Y en este caso creo que es mas que difícil el poder llegar a empatizar con el prójimo de tal manera que ciertas barreras mentales (que todos tenemos) llámese ideas, formas de pensar, como se quiera! se derrumben y no pensemos en los actos y elecciones de los demás como si fueramos nosostros mismos.
¿Una mujer debería renunciar a algo que le gusta y llena porque es madre? ¿El no renunciar a esas otras facetas que se tienen, es renunciar a su hijo? ¿Es compatible el amor y respeto a un hijo, con el amor y respeto a uno mismo? ¿Es posible que una mujer, que tambien es madre, pueda compaginar las cosas que le gustan, sin tener que percibir de los demás que eso implica que en su escala de valores la primera no es la de ser madre? Tengo mis propias respuestas a estas preguntas y cada uno tiene las suyas, tampoco importa mucho. Tantas respuestas como personas, eso es lo divertido!. Lo complicado es la segunda parte, el respeto a esas respuestas, sin críticas, sin intentos de convencer, sin sentirnos atacados… esto sería otra historia, deseable, pero de master!!!
El diálogo se hace tremenamente difícil cuando todo esto está de fondo por mucho respeto que se intente poner en las palabras (vamos! que no nos insultamos) aunque, como no decirlo!, facilita las cosas.
Me atrevería a decir que casi todos en algún momento hemos sentido la crítica en nuestras vidas, por nuestra forma de hacer las cosas, o de no hacerlas. En el fondo parece que es mas de lo mismo. Uno resulta que se «ofende» con las libertades del otro.
Que cada uno haga lo que su corazón le diga, como quiera (si tiene esa suerte) y pueda (si no tiene tanta), y eso, para mi, no es criticable.
Hola Nitus, bienvenida a mi blog.
Gracias por tu comentario que me permitirá aclarar excactamente qué quería decir con esas palabras que citas.
Pensaba concretamente en aquéllas mujeres que ocupando puestos de responsabilidad, de los que pueden hacer cambiar las cosas o inclinarlas hacia un lado u otro, escogen por ejemplo ceder parte de su baja maternal legal para que la disfrute el padre de la criatura… ¡flaco favor le hacen a la maternidad! Me parece loable que el padre tenga más tiempo para disfrutar de su bebé !POR SUPUESTO¡¡¡ Pero no a costa de reducir la de la madre, ya de por sí vergonzosamente escasa. Mientras las mujeres que más voz tienen en la sociedad sigan anteponiendo sus carreras a sus hijos ésa es la opción que saldrá adelante, porque no lo neguemos… ¿cuántas de las mujeres que vuelven a sus trabajos a las 16 semanas de haber parido lo hacen contentas? ¿Cuántas si les dieran a escoger quedarse más tiempo cobrando su sueldo (o una parte de él) no lo harían? ¿Cuántas de las mujeres que conocemos tienen un trabajo que no les satisface ni personal ni profesionalmente y tienen en él sólo un medio de pagar las facturas? Porque parece que sólo tratamos con profesionales de las llamadas «liberales», con carreras importantes o trabajos intelectualmente y personalmetne satisfactorios. He tratado durante 3 años con muchos tipos de madres puérperas y lactantes, de todos los estratos sociales, profesionales y culturales… y la mayoría, llegado el momento de reincorporarse a sus puestos de trabajo, lo han hecho de bastante mala gana, tanto la que trabaja de reponedora en un supermercado o camarera de hotel, como la que tiene una profesión, llamémosla «liberal» y reconocida.
No digo que las mujeres hayan de renunciar a nada… bastante ha costado tener lo que tenemos…digo que la verdadera «liberación» no es ecoger entre la carrera y los hijos… sino PODER ESCOGER (si se quiere) o COMPAGINARLO DE VERDAD como se quiera.
En ese sentido conozco muy pocas afortunadas que han podido escoger y otras pocas que lo compaginan de verdad.
Es por eso que digo que si las que «pueden», no quieren, en cierto modo le dan la razón a quienes piensan que elegir dedicarse a un bebé es un paso atrás en la vida de las mujeres. En ese sentido hablaba. A quienes hemos elegido disfrutar del máximo tiempo posible con nuestros hijos… ¿quién nos pone voz? ¿quién le dice al resto de la sociedad que hemos elegido ser madres a tiempo completo incluso perdiendo poder económico y/o posición social y que por ello no nos sentimos desdichadas ni menos realizadas? Porque las otras ya se defienden solitas desde sus lugares destacados (política, medios, grandes empresas…)
¿Que mis palabras sonaban críticas? Pues seguramente sí… porque a mí me toca tratar con la parte que quiere y no puede… y ya se sabe que cada uno cuenta la feria según le va. Igual si el día de mañana empiezo a ver a esas madres que siguen con sus interesantes trabajos mientras sus bebés (hablo de bebés, no de niños) están con otras personas siendo alimentados artificialmente, felices de esa situación, pidiendo una ampliación de la baja maternal con tanto ahínco como piden respeto para su elección… igual ese día mis comentarios serán algo menos críticos.
También contemplo que habrá mujeres que no quieran dedicarse a cuidar al bebé ni siquiera las primeras semanas de vida del pequeño… que como dicen de las meigas «haberlas, haylas»… en ese caso… pues el artículo original que suscitó el debate lo explicó muy bien… igual sólo querían un hijo para perpetuar la especie… (ésa es la explicación frívola, yo, personalmente, pienso que esa actitud encierra algo más triste de lo cual muchas veces ni la propia mujer es consciente).
En cualquier caso el respeto para mí no es «no criticar» (en el sentido constructivo de la palabra), sino exponer nuestro punto de vista contrario a veces, sin palabras hirientes ni insultos, con argumentos razonados, y aceptar que la otra persona no los acepte y siga con su forma de hacer las cosas (acertada o no).
A veces tememos «discutir»(en el sentido de examinar atentamente) sobre ciertos temas porque nos quedamos con la otra acepción de lapalabra… la de «contender»… pero creo que este tipo de debates nos enriquecen a todos.
Gracias por hacerlo posible
Gracias por dedicar una entrada a nuestras respuestas, Nohemí.
No puedo estar más de acuerdo contigo. Precisamente, tu respuesta y tu actitud ejemplifican cómo se pueden defender las propias ideas con elegancia, y respeto por las otras madres.
Pienso que son el Estado y la sociedad los que deberían asegurar circunstancias esenciales para criar a un hijo, de una manera real. La lactancia materna, un permiso de maternidad más largo, reducciones de horarios para poder pasar más tiempo con ellos, permisos para ausentarte cuando están enfermos… deberían ser cuestiones de Estado 🙂 Es decir, que no sean sólo (aunque ya es bastante, pues seguramente son la causa de ligeras mejorías que se van notando en el ambiente) iniciativas particulares como la tuya y muchas otras, las que lo divulguen.
A mí, me parece indignante que algo tan natural como la lactancia materna, esté tan sembrado de errores y falsas creencias. Si no tienes la suerte de dar con alguien que te oriente, seguramente caerás en alguna de esas ideas. Y algo tan serio no debería dejarse a la suerte, sino que todas las matronas, ginecólogos, enfermeras, pediatras… cualquiera que tenga contacto con una embarazada o una madre debería tener una formación para respaldarlas. Desgraciadamente, porque nos hemos topado con demasiados profesionales desinformados, todos sabemos que esto no es así.
En cuanto al sueño, mi hijo pequeño, de dos años y medio no ha dormido todavía una noche seguida desde que nació. Hay gente que insiste en que la causa es el pecho, y que se lo tengo que quitar. Yo sostengo que no duerme mal porque le dé el pecho, y porque esté en nuestra cama, sino que practicamos ambas cosas porque duerme mal. Si pudiese hacerlo de otra manera menos cansada para mí, sin que él sufriese, y lo he intentado, lo haría.
Vamos, que no se trata exclusivamente de pronunciarse por un bando u otro, sino de saber transmitir esas ideas con eficacia y respeto.
Os remito a un cuento que leí hace poco, y que me encantó, sobre la importancia de saber comunicar.
http://cuentosqueyocuento.blogspot.com/2009/02/el-poder-de-la-palabra.html
Hola a todas,
he seguido con interés todas las opiniones y me gustaría decir que inevitablemente, vivimos en una existencia «polar»: tenemos paz y guerra, salud y enfermedad… y así con todas las cosas. Lo ideal sería encontrar un equilibrio y estar lo mejor informadas posible para poder dar rienda suelta a nuestro instinto maternal serenamente, sin prejuicios.
Luego, cada experiencia es un mundo. En mi caso, mi hija de 17 meses, toma el pecho cuando lo pide, pero debido a nuestros horarios laborales (mi marido trabaja 24 h seguidas y libra varios días seguidos y yo trabajo a turnos de 12 h un día y una noche seguidos y luego libro 3 días), mi hija, en mi ausencia toma otros alimentos y entre ellos leche normal con gofio cuando se queda toda la noche con su papi, pues estuve largo tiempo almacenando mi leche pero se me acabó la paciencia porque ella cada vez exigía más cantidad de la que yo podía recolectar y era una locura. Eso sí,cuando regreso, se harta a teta, bueno, según como le dé.
A pesar de todo, yo no la voy a destetar. Aún le doy de noche y durante el día libre y eso que tiene rachas que toma más y otras en las que parece que lo va dejar del todo. Yo siento que estas tomas son beneficiosas para sus defensas y para compensar mis doce horas de ausencia.
Esta es mi circunstancia y me va bien aplicarla de esta manera, pero gracias a la información que este tipo de Blog me ofrece y gracias a lecturas como la del Dr. Carlos González, sé como funciona la lactancia y la estoy prolongando todo lo que puedo.
Mi proyecto futuro si tengo otro hijo sería cogerme un buen permiso para no estar con este jaleo y dedicarme exclusivamente al menos el 1er año, lo cual no he podido hacer ahora porque yo soy la fija y mi pareja trabaja a contrato.
En cuanto al sueño, mi niña duerme igual de bien o menos bien ,según distintas opiniones (tiene 2 o 3 despertares), en su camita (pues no sabe que es una cuna), que en la nuestra (duerme conmigo o con su padre cuando uno de los dos trabaja de noche). Cuando libramos mi marido y yo, duerme en su cama tranquilamente porque sabe que cuando nos llame, va a ser bien atendida, acompañada y alimentada. Así que cada vez duerme mejor y se despierta menos. Nuestro método de sueño es cariño y la seguridad de nuestra presencia cuando la requiera y por eso ya casi no la pide. Esto no quiere decir que no hayamos pasado por momentos de agotamiento como la mayoría de las madres y padres.
La crianza es como el vaivén del mar y cuando te dejas llevar sin miedo, hay más armonía, lo cual hace que los ritmos del niño se desarrollen de forma natural.
Ahora estoy viendo el resultado de esa paciencia que en algunas ocasiones hemos estado a punto de perder y que nuestro amor incondicional la ha sostenido.
Hola a todas!!!
Estos debates son interesantísimos y muy enriquecedores.
Solo hay una cosa que lamento: en la mayoría de los casos, el debate se sigue centrando en las necesidades y deseos de las MADRES.
Nitus, en todo tu análisis tienes mucha razón. Pero solo has hablado de las mujeres. En ningún caso has hablado de los niños, de cuáles son las necesidades de los bebés y los niños pequeños.
Claro, que las mujeres llevamos varios milenios oprimidas, y ahora, cuando apenas comenzamos a vislumbrar la posibilidad de tener acceso a grandes carreras profesionales, que venga alguien y nos diga que eso es incompatible con darle la atención que necesita a un niño pequeño, manda güevos, que diría aquel.
Creo que hay varios factores que tener en cuenta:
-En ningún caso, quienes defendemos una crianza con apego y el respeto a los niños pequeños (no hacerle aquello que no le haríamos a ningun adulto: gritar, pegar, dejarle llorar sin consuelo…), estamos diciendo que eso es incompatible con tener una gran carrera profesional o con tener «otras» prioridades.
-Claro que es compatible el amor al niño pequeño con el amor a uno mismo. Es más, uno es imposible sin el otro. Cuando una se ama mucho a sí misma, cuando tiene la autoestima bien construida, podrá dedicar un par de años a darle cuerpo y leche a su bebé, sin sentir que pierde su integridad en ello. Precisamente.
-Creo que la necesidad voraz de tener que seguir trabajando, de no poder parar unos meses o un par de años a dar lo que el niño pequeño necesita (cuerpo y leche maternos) es precisamente un síntoma de lo poco que nos queremos a nosotras mismas, de la necesidad que tenemos de seguir demostrando «fuera» lo que valemos, de demostrarlo a gritos en el mundo de la competitividad y el éxito social.
Cosa lógica, porque hace muy poco tiempo histórico que podemos hacerlo, y defender hoy en día la crianza de los niños pequeños puede parecer paradójicamente que nos quedamos en el pasado, cuando es otra vuelta de tuerca más allá para el futuro.
-La maternidad y las grandes carreras profesionales y vocacionales pueden ser compatibles. Hay que ver cómo lo hacen las nórdicas. Solo tiene que CAMBIAR EL SISTEMA LABORAL-PRODUCTIVO, hacerlo más flexible y respetuoso con las mujeres, cambiar las maneras de concebir y distribuir el tiempo, una verdadera flexibidad horaria, trabajo por objetivos, teletrabajo… otras maneras de concebir el tiempo laboral y el éxito social.
-Me temo que hay algo que no queremos saber: en realidad, a los niños a lo largo de la historia nunca se le han respetado sus derechos. En la sociedad patriarcal, las mujeres y peor aún los niños, han sido la última carta de la baraja.
Las familias de clases altas, han aplicado siempre la filosofía ‘estivill’: niños amamantados por otras, cuidados por otros que no son sus padres, normas rígidas, castigos, apariencias, hipocresía, colegios internos de altas exigencias desde bien pequeños…Han criado «herederos» y no personas.
Las familias de clases bajas, con tantos hijos y tanta miseria, enfermedades, un gran porcentajes de niños muertos, todos en una misma habitación hacinados, padres alcohólicos o violentos, madres esclavizadas por el marido y las necesidades perentorias de comer… Pensad simplemente en una generación más atrás, en hace 100 años… cuál podría ser el panorama en que nos criamos todos, en que se criaron todos nuestros antepasados. «De eso no se habla».
La consideración de la mujer no ha hecho más que empezar.
La de la infancia, podemos decir que ni siquiera ha empezado aún.
Por eso, porque somos aún inmaduras, porque nuestra autoestima femenina acaba de echar a andar, es que caemos en «bandos» radicales, falta todavía mucho por andar para poder madurar en posiciones más equilibradas.
Un abrazo a todas!!!
Bueno, en mi comentario anterior me refería a las «grandes carreras profesionales», por hacer referencia a aquellas mujeres que vuelven al trabajo por «su propia voluntad».
No me refería a aquellas, que trabajamos por necesidad. Porque con un sueldo de mileuristas cada uno no podemos hacer otra cosa. Que además, somos la mayoría.
En ese caso, la solución está clara. Y es lo que pedimos la gran mayoría de mamis trabajadoras explotadas en nuestro trabajo, con horarios horrorosos, sin compensación personal ni realización vocacional: mayor protección social de la maternidad. Bajas maternales más largas, jornadas reducidas subsidiadas. Invertir en maternidad y crianza.
Creo que hay que distinguir bien los dos casos. Las de la inmensa mayoría de mujeres limpiadoras, cajeras de supermercado, oficinistas, auxiliares, etc etc etc… que trabajan por una independencia económica (que muchas veces ni siquiera es tal), y la situación legítima de aquellas profesionales bien pagadas cuyo trabajo es una fuente de satisfacción y realización personal, y que desean volver al trabajo.
En cuanto a las mujeres, esa distinción es muy pertinente hacerla.
En cuanto a los bebés, no hay distinciones. Todos necesitan genéticamente lo mismo: leche y cuerpo maternos.
Un abrazo!!!
Ileana,
como siempre, ya sabes que te suscribo. Punto por punto.
Y sólo añadiría algo a esto «Me temo que hay algo que no queremos saber: en realidad, a los niños a lo largo de la historia nunca se le han respetado sus derechos. En la sociedad patriarcal, las mujeres y peor aún los niños, han sido la última carta de la baraja.» Añadiría a las personas mayores. Los niños y las personas mayores son ninguneadas a todas horas, a veces inconscientemente, por casi todos. En nuestra sociedad sólo importamos los adultos jóvenes. Como si no recordáramos nuestra propia niñez ni tuviéramos en cuenta que algún día llegaremos a viejos…
Hola Ileana,
en el comentario anterior que dejé es cierto que sólo hablo de las mujeres (en concreto de las que pudiendo no dejan de trabajar porque no quieren), eso no significa que me considere a favor de que con este hecho ninguneen a sus hijos. Claro que hay que cubrir las necesidades y derechos de los niños!! faltaría mas!. Si mi comentario hubiese sido hablando de las necesidades de los niños, tampoco significaría que por eso no tenga en consideración las necesidades de cada madre.
Lo comenté. Unicamente dejé el comentario sobre ese párrafo en concreto. No hablé de otras muchas cosas…, de las madres que queriendo no pueden dejar de trabajar, ni de las que pueden y lo dejan, ni de las que casi que no pueden pero lo dejan (y más casos que hay).
Ni diciendo que estas mujeres buscan su realización personal (en todas sus facetas) estoy diciendo que las demás no lo busquen, por supuesto que sí!. Si todos buscamos lo mismo!!!! Pero somos distintos y cada uno lo busca a su manera, si tienen ese privilegio. Los que no podemos, intentamos hacer las cosas lo mas parecido posible a lo que, intuimos, sería «nuestra manera». Simplemente que, en ese caso, me resultaba extraño que había lugar para la crítica. Ni en ese caso ni en ninguno de los que puse en el párrafo anterior, por lo menos para mí.
Igualmente cuando me dicen que una mujer que deja de trabajar por sus hijos es una mujer que infravalora lo que la mujer ha conseguido en todos estos año (eso sí!! una crítica con mucho «respeto» y con buenos argumentos) respondería de la misma manera que hice en el comentario anterior. Que cada una intente hacer las cosas como mejor pueda. Ya sé que la realidad es que esto a veces nos coloca como complices y representantes de algo que no somos. Soy mujer y decidí dejar de trabajar unos años, sé que para los ojos de much@s soy de las que está fomentando que se infravalore tantos años de lucha, bueenooo la realidad es que no lo siento así, peeeero, me metieron en el saco.
Mi reflexión fue acerca de la crítica que se hace sobre eso, y de lo complejo que resulta el diálogo en estas circunstancias. Quizás mas por un tema personal, ultimamente ese tipo de «críticas constructivas» me están empezando a parecer «el lobo con piel de cordero». Pero bueno, esto es un tema mio. Simplemente fue eso.
Naturalmente que hay muchos temas de «Estado» que hay que cambiar, en eso estamos.
Mihmita, gracias por tu bienvenida.
Creo que tienes razón, Nitus, en que no podemos basar la defensa de nuestros argumentos en que «otros» con su actitud nos impiden avanzar… porque, en último caso, efectivamente, cada cual actúa como mejor cree o puede.
Habia dejado otro comentario por aquí hace un par de días, respondiendo a Carolina, pero no sé qué pasó.
Decía que estoy de acuerdo absolutamente con lo de los ancianos, y que precisamente a partir de este debate, he escrito el último post de mi blog, gracias a todas vosotras.
Os invito también a visitar mi casa 😉
Un abrazo a todas!!!
OLE