Cuando estaba embarazada no me planteé algunas cosa por considerarlas totalmente «naturales». Así que cuando me decían: «¿Vas a darle el pecho?» Contestaba: «¡Claro!»… no me planteaba otra opción… De la misma forma pensaba que cuando mi bebé naciera, querría llevarle muy cerca, cogerle mucho, olerlo, sentirlo… disfrutarlo. No pensé que hiciera falta nada más…

Recordé que mi madre había usado una especie de «bolsa de tela» que se colgaba como un bolso para llevar a alguno de mis hermanos…y me dije: «voy a comprarme una mochila portabebés».

Como la mayoría de los que no tenemos información completa acabé comprando una tipo «Baby Björn», y la guardé ilusionada pensando que ya pronto podría usarla con mi hijo.

fular Y mi hijo nació… y me di cuenta de que aquélla mochila no me servía para un recién nacido… Así que busqué en internet y descubrí los fulares portabebés. Yo que siempre he sido de colgarme muchos trapos me fascinó la idea… un trozo de tela iba a permitirme seguir unida a mi bebé… sólo mucho tiempo después comprendí cuánto me iba a servir aquél trozo de tela…

Ahora sé que mi primer «fular» no era muy ortodoxo… la tela no era la idónea para llevar de forma óptima a mi bebé… pero yo estaba feliz y mi bebé también… Aprendí sólo un par de nudos viendo fotos en una web… y practicando.

A Iker le ayudó a curarse del reflujo en muy poco tiempo ya que lo llevaba siempre erguido sobre mi pecho… y a mí me ayudó a «curarme» de un parto que me dejó graves secuelas emocionales. Me separaron de mi bebé por unos minutos que para mí fueron eternos y angustiosos… para mí mi «fular casero» fue mi «segundo cordón umbilical»… el que me permitió resarcirme yo y resarcir a mi hijo por una separación innecesaria y traumática …

Siempre leemos de los beneficios emocionales de los portabebés para los bebés. Yo soy testigo de cómo me ayudaron a mí a sentirme mejor.

Con el tiempo compramos una bandolera, la Baby Bag, sobre todo para el papá… un verdadero papá canguro que siempre ha llevado a su hijo cargado: a pasear, a comprar, para dormirle si mamá no podía… Estoy convencida de que ese «trozo de tela» contribuye a que tengan una relación especial.

mei taiDespués vinieron los Mei-Tais, un verdadero descubrimiento para mí. Me hice también con fulares «buenos», que mi espalda agradeció porque mi hijo ya iba pesando lo suyo… y con algún pouch que uso esporádicamente…

Y con todo ese muestrario de portabebés, esos años de práctica y muchas horas dedicadas a buscar y leer información sobre la forma correcta de llevar cargados a los bebés me ví casi sin darme cuenta enseñando a otras madres qué eran y cómo se usaban… primero en el grupo de apoyo a la Lactancia Materna, y luego a grupos de embarazadas.

Sé que ya me queda cada vez menos tiempo de disfrutar de la sensación de llevar a mi hijo cerca: cada vez es más grande… y quiere más «independencia»… por eso disfruto cada ocasión que tengo de llevarle conmigo. A veces más que por placer ha sido por necesidad: he limpiado, planchado, cocinado, regado, hecho bricolaje, depilado a alguna clienta, bailado, comprado, hablado en público y no sé cuántas cosas más con él a mi espalda…

 

porteo

¿Creéis que hay una forma mejor de socialización?

 

 

Publicado originalmente en Red Canguro