ME pregunto si la sociedad española es consciente de lo que esta ocurriendo en la comunicación que se establece entre las mamás y sus bebés. Sobre todo, me gustaría saber si ellas son conscientes del poder que en realidad tienen para afrontar el porvenir de este país.
Nos quejamos de la violencia en la adolescencia, vemos a bebés siendo adiestrados por ‘supernannys’ en televisión, aplaudimos iniciativas como las de Izquierda Unida de llenar el país con guarderías full time, se expulsa a mujeres que están dando de mamar en un centro comercial y lo vemos normal, no se consiguen las firmas necesarias para aumentar la baja maternal a seis meses, y todo ello sin pararnos a pensar en el fondo de la cuestión.
¿Existe una concienciación y formación en referencia a la crianza? Algunas madres consideran que la crianza es ‘cuestión de instinto’, mas no comparto esta idea, ya bases como: «debería amamantar a mi bebé», «debería acurrucar y calentar en mi regazo a mi bebé», «debería dormir con mi bebé», y otras que confirmarían una conducta instintiva, en la época que vivimos, vienen denostadas por el entorno real y actual de la madre, como por ejemplo: medios de comunicación, revistas ‘especializadas’, algunos libros de gran tirada, abuelas influidas por pediatras de hace treinta años, algunos pediatras actuales, etc. Por tanto, en la actualidad, en la sociedad occidental no existe el instinto puro sin influencia.
En nuestras investigaciones he detectado que, incluso mujeres que han estudiado cinco o seis años para ejercer una profesión; a la hora de formarse para la maternidad compran uno o dos libros como mucho, aunque la mayoría ninguno, recomendado por ‘amig@s o dependientes de librerías’ básicamente, y alguna que otra revista. Al final del embarazo, la futura madre se pone en contacto con la matrona en el curso de preparación al parto, y ésta a veces recomienda leer algún manual de crianza y, luego, el sistema sanitario, en la mayoría de las ocasiones, induce a revisar al niño cada dos meses con el pediatra, y esto, más lo que le comenten amigos, familiares y programas de televisión es, básicamente la relación que establecen las mamás con la formación de la maternidad.
Creo que en España se han generado dos líneas de pensamiento en referencia a la relación con los bebés, una mayoritaria que denomino de amor stivilizante y otra muy minoritaria o de amor gonzalizante, y vienen dadas, por una forma más o menos inconsciente de ser; esto es, por la personalidad de la madre. Una observación somera parece indicar que las madres stivilizantes y las gonzalizantes difieren en su forma no sólo de entender la crianza sino también en su forma de ser, y no es únicamente que unas ‘enseñen a dormir a sus hijos’ y las otras no, sino que se planteen multitud de aspectos de la crianza desde otro ángulo, aportando relaciones, ya no diríamos diferentes sino casi divergentes.
Además, esta forma diferente de ser, engloba que la madre stivilizante es más práctica, más impaciente, más insegura de sus relaciones maritales y con su feminidad, menos crítica, más pesimista, que valora bastante su trabajo y lo entiende como algo primordial en su vida (madres de esta línea de pensamiento consideran que para compatibilizar la vida profesional y personal mejor, los niños deben pasar más horas en la guardería, no ellas menos en el trabajo), más razonable, más competitiva. Y aparentemente, la madre gonzalizante nos resulta más optimista, más paciente, más observadora, más crítica con su propia educación y con el macro y micro entorno social y personal, más segura de sus relaciones, más intolerante con las opiniones que no le gustan y más obsesionada con la trascendencia del amor por encima de otros aspectos de la vida.
Desde esta perspectiva cada madre hace lo que le dicta su sentimiento y su razón, y conocedores de la disonancia cognoscitiva, suele ser extraño que un individuo se replantee si algo tan importante como la educación y el tratamiento que le esta dando a su bebé es algo correcto científicamente, eficaz psicológicamente, y, en general, si se podría hacer mejor y esforzarse luego por hacerlo; ya que también es posible que algunos responsables de bebés quieran que sus hijos cumplan una serie de criterios, pero no consideran necesario leer una serie de informaciones.
Estas dos formas de pensamiento las podríamos describir como:
- Tipo 1: madre con amor stivilizante: entiende que un bebé de tres meses fortalece su independencia si duerme solo en otra habitación, con un peluche, que creen que el niño aprende a dormir, que no suelen hablar ni quedarse al lado del bebé al dormirse éste, quien no necesita alimentarse ni despertarse por la noche. Le dan alta importancia al desarrollo mental del niño y a la disciplina. Así mismo, son inflexibles en criterios de alimentación. No perciben como adecuado coger en brazos al niño, reforzarlo y elogiarlo. Pueden ver incluso adecuado gritar y azotar al niño por ‘su bien’, y en la mayoría de las ocasiones lo ignoran cuando hace algo que no les gusta o el niño tiene un berrinche, les resulta importante que los bebés sepan ‘quien manda’ en la casa, muchas utilizan algo llamado ‘el rincón de pensar’, no suelen ponerse en el lugar del bebé, entienden como satisfactorio y adecuado dejar a los niños con los abuelos (o similar) regularmente para practicar actividades de ocio con la pareja o viajar, consideran que al niño se le quiere mucho pero es una carga muy cansina para las mamás y que requiere una dedicación de veinticuatro horas.
- Tipo 2: madre con amor gonzalizante: Normalmente practica el colecho, la lactancia materna a demanda seis meses o más, se muestra flexible entorno a las pautas de la comida o el sueño, no tienen mucha prisa en sacarle el pañal y que el niño ‘vaya rápido’, coge en brazos al niño cuando llora, para mimarlo, y en muchas ocasiones, para transportarlo, no se impone al niño con ningún tipo de violencia, le respeta, no le grita, no le azota y lo consuela ante un enfado o berrinche; así mismo tampoco considera que los padres necesiten independencia del niño ni que un bebé deba ser independiente. Suele ponerse en la posición del bebé antes de tomar ciertas decisiones. Está bastante enamorada de sus hijos y disfruta la maternidad de tal forma que ésta es una bendición a la que le dedicaría veinticuatro horas.
Ante todo esto surgen diversas situaciones sobre las que meditar:
- 1. Muchas madres stivilizantes están utilizando técnicas de adiestramiento canino para conseguir determinadas conductas. Técnicas sin validez científica, que desde la psicología, recientes investigaciones parecen demostrar que provoca en el niño una falta de resiliencia (capacidad de los sujetos para sobreponerse a tragedias o períodos de dolor emocional), baja autoestima y futuros problemas de adaptación; que desde la psiquiatría y la medicina, el bebé sufre traumas de diversa índole como vómitos, shock neuronal, ataque de ansiedad, etc., y otros cuadros clínicos; y que desde la ética se puede considerar como una forma de maltrato y abuso del menor. Y, todo esto, cuando el propio difusor del método de adiestrar a los niños para dormir, el pediatra Richard Ferber, empezó en el 2005, en una entrevista publicada el 15 de noviembre en el Wall Street Journal, a retractarse de sus teorías.
- 2. La forma en la que se está gestionando la compatibilidad de la mujer y el trabajo es absurda, aspectos como más guarderías o dar un dinerito a la madre, o liberarla de parte de sus impuestos no llega a nada , es un fracaso.
- 3. Muchas mujeres stivilizantes en realidad se arrepienten en determinada forma de haber tenido sus hijos. Los han tenido porque socialmente es conveniente, porque es una norma implícita, porque su madre que le ha ayudado a comprar el piso ahora le exige el nieto, porque no quería ser menos que sus amigas u otros motivos. Si para algunas mujeres su prioridad es el mundo profesional, deberían animarse a reivindicarlo y afirmarlo sin miedo ante los hombres, igual que hay muchos que no desean tener hijos, las mujeres que no lo deseen tienen derecho a planificar su vida para no engendrar.
Concluyendo, me gustaría que la sociedad en general se tomase más en serio la maternidad y la crianza. Con mayor responsabilidad. Y, que las madres en particular, hagan lo posible por asegurarse que le aportarán a su bebé amor y respeto incondicional, ayudándole a ser una persona armoniosa y plena, feliz consigo misma y con el entorno. El planeta se lo agradecerá.
Estimada Mª Dolores,
Me gustaría comentarte que me ha parecido muy interesante tu articulo y me gustaría hacer una pequeña aportación, cunando comentas que «Muchas madres stivilizantes están utilizando técnicas de adiestramiento canino para conseguir determinadas conductas» debes saber que las técnicas de adiestramiento en las que se pone al cachorro solo en una habitación nada más llegar a casa y se le deja llorar pase lo que pase, ya se están quedando obsoletas. Hay muchos educadores caninos que seguimos técnicas de adiestramiento en positivo y sabemos que los cachorros también necesitan atención para no sentirse desamparados, por lo que el comentario debería ir dirigido solo a los determinadas líneas antiguas de adiestramiento que siguen utilizando métodos inadecuados con los perros.
Ha sido un placer leer tu articulo y si quieres contestarme o que te aclaré algo aunque no sea relacionado con el articulo, puedes escribirme a info@lealcan.com
Un saludo y mucha suerte, ojala consigamos desde todas las profesiones aportar un poco de amor y respeto.
Enrique Solís
Muy bueno el artículo!
No solo estoy absolutamente de acuerdo con todos y cada uno de los puntos de este artículo, sino que, cada vez que lo pienso, me resulta más difícil creer que haya personas, madres y padres jóvenes y formados, que se dejen comer de esa forma la cabeza y sigan al pie de la letra lo que les proponen unos desaprensivos que, encima, ganan dinero a costa del llanto y sufrimiento de cientos de pequeños que, cada noche, se desesperan en sus cunitas y gritan sin consuelo . No entiendo como pueden tener la conciencia tranquila. Jamás dejaría llorar a mi hijo que, por otro lado, apunto que duerme en su cuna, solo, tranquilamente porque sabe que, si nos llama, ahí estamos y ahí estaremos siemmpre. Y si no, no lo hubiésemos tenido.
Es un artículo increíble que refleja la sociedad superficial en la que vivimos. Laura Gutman en su libro «La Maternidad y el Encuentro con la Propia Sombra» dice que la maternidad no es un momento para pensar en lo racional, sino que es n período para actuar instintivamente. El problema es que cuando ese lado animal surge, nos asustamos, lo rechazamos y aquí incluiría a las madres estivilizantes. Tienen miedo de actuar por instinto, temen ser diferentes al resto de la gente porque la mayoría actúa según estas páutas conductistas, y por lo tanto, podrían sentirse excluídas de nuestro círculo social y eso sería inconcebible.
Yo he sentido cómo todas las miradas se clavaban en mi niña y yo cuando la portaba en mi fular en algunos acontecimientos públicos. Eran miradas de recelo que reflejaban una mezcla entre el deseo de hacer lo mismo y el temor de que la cría se acostumbrara a querer brazos todo el tiempo, pues eso sería «molesto» para los padres, claro.
Quizás, mi hija es cada vez más sociable, autónoma e independiente porque no carece de brazos, atención diurna y nocturna, comunicación, respeto y afecto. No pasa desapercibida donde quiera que va, porque es ella misma, con su luz propia, porque sus sentimientos son escuchados aunque las cosas no siempre sean de su agrado, porque le ponemos palabras a lo que a ella le parece incomprensible, en fin, porque la queremos incondicionalmente.
Como decía al principio, esta sociedad superficial no es más que el reflejo de todas estas carencias afectivas vividas en la primera infancia y que intentamos llenar en el futuro con lo material para sentirnos llenos, teniendo la sensación constante de pobreza.
No hay nada más «rico» que el amor.
Aunque estoy de acuerdo en muchas de sus ideas, me ha dejado con mal sabor de boca, pues da la sensación de que las palabras de la autora rezuman demasiado rencor hacia la madre Estivill. Supongo que justificado por malas experiencias personales en determinadas situaciones o con determinadas personas.
Podía haber hecho lo mismo sin ser tan dura o tajante con la madre Estivill, que digo yo que también querrá a su hijo, pero, con la descripción que hace, la palabra «amor» que coloca delante resulta irónica. Muchas de ellas seguramente no se habrán planteado nunca que pueden actuar de otra manera; a mí me ocurría antes de que los libros de González me abriesen los ojos. Supongo que a ella no le gustará, como es evidente por el artículo, que una madre «estivilizante» haga una lectura tendenciosa del bando «gonzalizante».
¿Logra con sus palabras convencer a la madre «estivilizante», o más bien confirmarla en sus «principios»?
Supongo que ese resentimiento que alberga hacia las madres Estivill, es fruto de que la sociedad vive de espaldas a la maternidad/paternidad.
Es una pena que usemos nuestra paternidad para arrojarla a la cara de los demás (sea cual sea la proximidad de cada cual, a uno u otro sentido), en vez, de respetar las posturas ajenas, y dialogar. Me parece preocupante que se hayan formado estos dos bandos.
¿Por qué somos tan susceptibles de los comportamientos ajenos? ¿Por qué no nos ayudamos unos a otros? ¡Que estamos todos en el mismo bando!
El artículo es buenísimo, pero lo mejor de todo es el comentario del entrenador de perros.
Saludos!!!
Me ha gustado mucho el articulo, pero no estoy totalmente de acuerdo con todo lo que se dice… Porque hay que ser Estivil o Gonzalez? porque no nos puede gustar los dos metodos? En mi opinión la autora es muy radical en algunos aspectos, por ejemplo en lo de la guardería, yo tengo que dejar mi hijo 6-7 horas todos los días en una guardería, que es porque considero que mi trabajo es mas importante?? pues no, lo primero para mi en esta vida es mi hijo, pero desgraciadamente cuando los papas son unos mil euristas, NO tienes mas remedio que hacerlo así. Es muy injusto que nos digan esas cosas, me duele mucho tener que dejar mi hijo, pero es que si no lo hago así no pago la hipoteca, el coche, la comida, los gastos, con el sueldo de mi marido, de 1000 € por favor que alguien me diga como salir adelante si yo no trabajara tambien? si hay quien me dira, pues que cambie de trabajo, donde gane mas o que haga mas horas, pero entonces no pasaria el padre todas las tardes con su hijo como lo hace ahora. Eso nos hace malos padres? no queremos a nuestro hijo?
En cuanto al dormir, por ejemplo, si he leido estivil, y me ha ayudado mucho, es malo que quiera que mi hijo coja buenos habitos a la hora de dormir? es malo que quiera que se vaya a dormir a su camita prontito el solo, sin berrinches? Seria preferible dejarlo con nosotros hasta las mil? entonces se supone que me considerarian una mama estivil, ¿no? Pues mira por donde no encajo en el perfil que da la autora: le he dado pecho a mi hijo 22 meses, y encantada, no le pego, ni lo haria, le mimo, le beso todo lo que puedo (y se deja!) lo quiero con locura, mucha gente en nuestro entorno me recrimina que lo estoy enmadrando, y a mi que? somos felices así… mi trabajo no es lo primero para mi, es una obligacion que desgraciadamente no puedo eludir. No lo dejo con nadie los fines de semana, todas las actividades que hacemos son con el, y para el. No necesito tiempo para mi, el mejor tiempo es el que paso con el. Y tampoco me arrepiento de tener a mi hijo, lo hemos tenido porque hemos querido, no por presion de la sociedad.
Así, que supongo que debo ser un especie de bicho raro, porque me gustan los dos medicos en cuestión… y no veo porque no puede cojer lo mejor de los dos para ayudarme a criar a mi hijo.
En primer lugar quería daros las gracias a todos los que habéis dejado un comentario en el blog y por haberlo hecho en un tono respetuoso, se estuviera de acuerdo o no con el contenido del artículo.
Quería también decirle a Enrique que yo no soy la autora del artículo, lo extraje de un periódico digital… por lo que no sé si ella (Mª Dolores García Sánchez) leerá tu comentario y tu propuesta 😉
Ahora me gustaría dar mi opinión sobre todo a Blanca y a Mónica pues es con quien parece hay puntos en desacuerdo :-), lo cual dicho sea de paso nos enriquece.
Siempre que se plantea este tema en determinados foros surge la discusión… si son foros sin ideología, porque aparecen los 2 bandos como en la guerra, y si son foros con una ideología concreta, pues se «veta» o critica a la otra…
Estoy de acuerdo en que el mundo no es blanco ni negro, que en casi todos los aspectos de la vida priman las escalas de grises… aunque también creo que hay determinados campos en que sí existe esa distinción clara… Por ejemplo: la lactancia materna. No hay duda de que es lo mejor desde cualquier punto de vista, eso no quiere decir que yo ataque a quien decide no hacerlo… puedo tener mi opinión, por supuesto, y la digo si me la preguntan… y aún en esos casos… miro mucho en qué tono me pregunta la madre o si mi comentario la puede hacer sentir mal o no… Me explico: Una madre me dice al ver a Iker mamando que qué pena que ella no tuvo leche para su hijo… que le habría gustado darle mucho tiempo… etc. En muchos casos le explico a la madre que todas (la cantidad estadística de las que no pueden es tan ínfima que puedo permitirme redondear al alza) las mujeres que paren hijos tienen leche para darles… que lo que falta es información, apoyo, profesionales sanitarios que cooperen, etc… En algunos casos simplemente les digo: «No te sientas mal mujer… seguro que lo supliste con mucho amor y mira qué guapo se te ha criado… y para el próximo pues ya nos encargaremos entre todas de ayudarte a que sí lo consigas» ¿Por qué esa diferencia?? ¿Soy una hipócrita?? No, en ambos casos pienso lo mismo, lo que cambia es cómo veo a la madre… Si realmente se ha creído que tener leche es una lotería y va por ahí repitiendo ese mito, le explico la verdad para que cuando hable con otras mujeres no perpetue esas mentiras. Pero en el segundo caso si es una madre angustiada por un sentimiento de culpa intento no añadir más carga… porque esa segunda madre si de verdad sintió no poder dar el pecho… cuando esté preparada y tenga más información apoyará a otras mujeres de su entorno. Muchas de las madres primerizas que vienen al grupo de apoyo a la lactancia lo hacen acompañadas de otras mujeres (madres, hermanas mayores, vecinas, amigas…) que no dieron el pecho y quieren ayudar a que estas madres nuevas sí lo hagan…
Con el tema de la crianza pasa algo parecido… partimos de la premisa de no hacer sufrir (innecesariamente) a un bebé… en eso estamos de acuerdo todos… pero las madres que aplican el método (perdonad que yo, personalmente me niegue a mencionar el nombre de ese señor que vende libros) han sido convencidas de que ese sufrimiento es necesario, del mismo modo que permitimos que a nuestros hijos les intervengan quirúrgicamente si es por su bien. El problema es que esos argumentos «pseudocientíficos» no lo son tales y son tan aceptados porque vienen a dar a los padres una «solución» a una necesidad: dormir. Además aparece como el Mesías de la paternidad convenciéndonos que se puede compaginar atender a un bebé con dormir toda la noche plácidamente. Sinceramente si ninguno de nosotros hubiera leído un libro en su vida y no tuviéramos pediatras que se meten en cómo criamos a nuestros hijos en lugar de ceñirse a su trabajo (la salud -o más bien la enfermedad- de nuestros hijos) y viviéramos alejados de un mundo con tantas obligaciones para con todos salvo para con nuestros hijos pequeños… pues seguramente no habría debate, ni sentimientos de culpabilidad, ni dedos señalando… porque sencillamente ninguno dejaríamos a un bebé durmiendo solo, con llanto o sin él…
Desconozco a la autora y si es muy radical o no… quizás le aplicaron el método a ella y habla con conocimiento de causa, porque ese es otro punto… Con lo que nos gusta a los padres grabar en vídeo las primeras hazañas de nuestros bebés (primer «ajo», primera risa, primera vez sentado, primera papilla, primeros pasos… etc) ¿grabarían orgullosos los padres del método» la primera noche durmiendo sin papá y mamá tras minutos de llanto agonizante»?? ¿Se lo enseñaríamos a las visitas y familiares? ¿se lo enseñaríamos a ellos cuando crezcan?? ¿qué pensarán nuestros hijos el día de mañana cuando se enteren que en su infancia hubo 2 corrientes y nos pregunten que cuál escogimos nosotros?… Al menos podemos pensar en ello ¿no?? Yo sólo vi una vez por Tv la grabación de un niño en pleno «método» y no pude verlo entero… me imagino ese pobre niño cuando crezca y se vea a sí mismo de ese modo… Igual también es un «radical»… pero ¿quién se lo va a reprochar?
Sigo… sobre «arrojarnos la paternidad a la cara» que comenta una de las mamás… Estoy de acuerdo que esa no es forma de convencer a nadie… cuando uno se siente criticado no responde bien a no ser que de verdad sea muy humilde y tenga muchas ganas de mejorar… Por eso la mayoría de los padres que eligen criar con apego (y digo la mayoría porque no serán todos.. ya que citando al propio Carlos González: «gente maleducada hay en todas las ideologías»), no acusamos con el dedo señalador a nuestro vecino «fulanito de tal » que aplica el método, pero dado que creemos sinceramente que no es una opción buena ni sana pues intentamos hacer llegar información sobre el tema a cuanta más gente mejor. Porque nosotros no tenemos un representante que nos concierta entrevistas en Tv cada 2×3, ni patrocinamos lácteos infantiles (curiosamente nunca le he oído yo a este señor fomentar la LM), ni bebidas refrescantes azucaradas, ni jabones de baño de laboratorios que experimentan con animales, ni manuales para conseguir que nuestro niño coma, duerma, juegue y lo haga todo como «tiene que ser»….
A nosotros sólo nos queda el boca a boca, espacios como este, de vez en cuando algún artículo en un periódico o una breve aparición en un programa de TV… y cada uno aprovecha su «minuto» como quiere o como puede…
Sobre el comentario de la otra madre de las guarderías… siento de veras que en tus circunstancias si tu deseo es pasar más tiempo con tu niño y menos en tu trabajo, no puedas hacerlo… ésa es la asignatura pendiente de nuestra sociedad… que quiere invertir en más plazas de guarderías de 0-3 años y no en ampliar las bajas maternales o las maternidades subsidiadas… Pero que tú no puedas hacerlo de otro modo no significa que otras pudiendo no quieran… creo que ahí está la crítica. Cada uno tiene una escala de valores y de necesidades… y cada familia enfoca su vida bajo ese criterio… Quizás no deberíamos criticarlo si no fuera porque la elección libre de unas de no renunciar a su trabajo por sus hijos nos está llevando a una sociedad que no valora el maternaje como un valor familiar, comunitario y social.
No es que no se pueda coger lo qu ese desee de cada uno… es que hablamos de cosas incompatibles… es como poner horario a la lactancia materna… ¿que en algunos casos funciona lo de 5 minutos de cada pecho cada 3 horas?? ¡¡Pues claro!! Mis hermando son la prueba… (siempre habrá niños que sean capaces de sacar en ese poco tiempo lo que necesitan) pero ¿cuántas lactancias se han perdido por intentar que la madre descanse y no se agobie?????
ME alegro que madres que aplican el método el resto del tiempo sean cariñosas y den teta y mimos todo el día… la cuestión es: ¿Qué momento de esa etapa recordarán esos niños??? ¿El momento tierno de beoss y mimos y teta o el momento de sentirse solos a la hora de dormir??? No lo sabemos… pero algunos preferimos no arriesgar…
Un beso a todos 🙂
Aunque en lineas generales estoy completamente de acuerdo con tu artículo, me falta algo, no llegas a las causas de porqué en este sociedad avanzan sin medida las técnicas stivill, ya no es sólo por los llamados » padres comodones», que aceptan estas teorías porque les facilitan la tarea de «educar» (que yo llamaría más bien enseñar a sobrevivir), porque están diseñadas para los padres; sino que también hay muchos padres que con todo el dolor de su alma las aplican porque su realidad laboral no les permite esos aspectos maternantes tan importantes (lactancia continuada, portarlo en el colo todo lo que se pueda, fusión afectiva….), ya que el problema de fondo se establece en el sistema económico en el que estamos inmersos, que nos lleva a una sociedad competitiva, de búsqueda del éxito rápido, donde una mujer tiene que conseguir lo mismo que un hombre, por lo que es trabajadora antes que madre … por lo tanto, y tal y como está montado el chiringuito, nos queda mucho tiempo de madres no stivill, sino stivillizadas.
Por cierto, un apunte, Izquierda Unida, pidió, las guarderías full time, para las trabajadoras en precario que tienen niños y no pueden permitirse criarlos ellas mismas y no cuentan con la ayuda de familiares, y resaltar que es la única organización política que lleva en su programa la baja por maternidad de 6 meses desde mediados de los 80, y mientras las asociaciones piden esos 6 meses, va por delante pensando en poponer 1 año de baja.
un salúdo