Tuve la suerte de conocer a esta gran mujer que es toda una institución en el mundo del parto fisiológico y responsable de haber cambiado la vida de muchas mujeres, a nivel personal y profesional, en el Congreso de Investigación en Salud Primal que se celebró el pasado mes de febrero en Las Palmas de Gran Canaria.

 Sheila Kitzinger habla de la natalidad en el siglo XXI

“En los países industrializados del norte, y crecientemente en todo el mundo, nuestra cultura sobre la natalidad está duramente controlada por la medicina. En televisión, el parto se presenta como un evento médico que solamente es seguro si se deja en manos de los doctores y en el que, si las mujeres obedecen, todo sale finalmente bien. Aquellas que se atreven a preguntar demasiado o que optan por un parto en casa, se exponen a sufrir una emergencia médica”. [Birth Crisis  – Sheila Kitzinger ]

Isabel Fdez del Castillo, Claudia Pariente, Sheila Kitzinger y yo

Isabel Fdez del Castillo, Claudia Pariente, Sheila Kitzinger y yo

Desde hace… ¡ni se sabe cuanto! Sheila Kitzinger ha estado haciendo preguntas sobre cómo nosotros, como sociedad, tratamos a las mujeres en asuntos referentes al embarazo y al parto. Ha sido descrita como “la gran sacerdotisa” del tema, y es una vigorosa defensora de los derechos de la mujer en este respecto, así como en temas de maternidad y sexo. Su último libro, Birth Crisis [ analiza las experiencias de mujeres que dan a luz en el sistema hospitalario, planteando cuestiones sobre relaciones de poder, técnicas innecesarias que dañan a las mujeres tanto física como mentalmente, y el modo en el que “los nacimientos son manejados en el siglo XXI”.

Three Monkeys Online sentía cierta intriga al respecto y Sheila Kitzinger fue tan amable como para responder (vía e-mail) a nuestras preguntas.

Mientras que existen abundantes evidencias de que cada vez hace falta menos intervención médica en el proceso del nacimiento, el sistema en muchos países europeos sigue estando a favor del control médico del parto. ¿Qué es lo que impide un cambio en el sistema?

Cualquiera que esté en la posesión de poder sobre un territorio y sobre el resto de la gente, tiene un interés personal en mantener dicho poder. Incluso con la mejor de las intenciones de humanizar el fenómeno del nacimiento, es más fácil para los trabajadores y los gerentes de los hospitales mantener el control del territorio y los sistemas de trabajo, establecer protocolos que se deben obedecer, y mantener la jerarquía institucional de manera que siga una clara línea de mando.

Va también en beneficio del interés de las compañías internacionales farmacéuticas y de los fabricantes de equipamiento médico; promover sus productos y desarrollar nuevos, es así que se enfatiza el uso de elementos tecnológicos y médicos en el manejo del nacimiento.

Muchas mujeres en la Europa occidental eligen tener menos niños, y quedar embarazadas a una edad más madura. ¿Qué efecto tiene esto en cómo nosotros, como sociedad, manejamos nuestro sistema sanitario? Por ejemplo en Italia, muchos controles, ecografías, etc., son gratis y recomendados para mujeres embarazadas mayores de 35 años, ya que sus embarazos son etiquetados como de alto riesgo (alto riesgo tanto por razones médicas como emocionales: si una mujer sufre un aborto a esa edad, existe el riesgo obvio de no poder concebir de nuevo.)

Conforme las mujeres comienzan a tener familias a una edad más madura, más y más mujeres embarazadas son catalogadas como pacientes de posibles partos de alto riesgo. Tratadas de esta manera, sometidas a inducciones al parto, continuo control fetal electrónico, y parto ayudado de instrumentos o por medio de una intervención cesárea, es entonces cuando se convierten en partos de alto riesgo.

En su opinión, ¿hasta qué punto han influido la televisión y el cine en desarrollar nuestra actual actitud hacia el parto?

Los medios de comunicación generalmente tienen un impacto terrible en las actitudes hacia el parto. En televisión por ejemplo, las series médicas muestran situaciones dramáticas y peligrosas, y las mujeres deseosas de llevar a cabo un parto en casa, acaban, casi siempre corriendo al hospital y teniendo que someterse a una cesárea.

¿Qué papel ha tenido la política sexual en la el proceso de convertir el parto en algo totalmente controlado médicamente? ¿Puede el énfasis en dar a luz en un hospital ser entendido como la colonización masculina de un espacio casi exclusivamente femenino?

Ciertamente el control obstétrico del parto significa que el hombre está normalmente en la cumbre de la jerarquía, ya que la mayoría de los obstétricos son hombres. De todas formas, esto no es así en Rusia, donde la mayoría de los obstétricos son mujeres, ya que tienen un estatus inferior en relación a otros especialistas.

Usted describe la episiotomía como una “mutilación ritual”. Mientras que ciertamente se trata de una práctica polémica y quizás usada más de lo necesario, describir la técnica en términos de “mutilación ritual” parece aplicar una siniestra motivación por parte de los obstétricos. Seguramente los obstétricos trabajan para asegurar la segura llegada al mundo del bebé y el bienestar de la madre, ¿no?

La episiotomía es, sin ninguna duda, una mutilación, y hay investigaciones que demuestran que se emplea innecesariamente. Decir que es ritualizada no implica que sea siniestra. Un sacerdote al bautizar a un bebé, está llevando a cabo un rito. No necesita porqué tener ningún motivo siniestro para ello. Estoy de acuerdo en que los obstétricos están entregados a hacer lo mejor que esté en su mano por la madre y el bebé. El problema es que frecuentemente ignoran las evidencias aportadas por las investigaciones.

Birth Crisis destaca muchos de los reales y horrorosos problemas que pueden esperar a una mujer en nuestro actual sistema de control del embarazo y el parto. De todas formas: ¿Representa la experiencia mayoritaria de mujeres que dan a luz en países como el Reino Unido? ¿Qué porcentaje de mujeres tienen experiencias traumáticas en los hospitales británicos? ¿No sería justo decir que el proceso del parto es, por naturaleza, traumático y que un cierto porcentaje de mujeres es probable que sufran de algún tipo de síndrome de estrés post-traumático de igual manera tras un parto natural, que tras un parto controlado médicamente?

Los estudios realizados sobre el síndrome de estrés post-traumático son inadecuados porque muchas mujeres que buscan ayuda para su angustia tras el parto, son diagnosticadas con depresión, cuando en realidad se trata de ansiedad o ataques de pánico. Muchas mujeres nunca van al médico porque se avergüenzan de lo que sienten, o piensan que no se puede hacer nada.

Investigaciones publicadas en el Reino Unido revelan que una de cada veinte mujeres es diagnosticada con el síndrome de estrés post-traumático tras el nacimiento.

El nacimiento puede ser extático; puede ser conmovedor, dramático y abrumador. No tiene porque ser traumático. No creo que hoy en día sepamos lo que en realidad es un “parto natural”. Incluso a las mujeres que tienen partos naturales espontáneos puede que se les ordene guardar cama, que se les prohíba la comida, que tengan cada fase del parto controlada a contrarreloj, puede ser que se encuentren entre completos desconocidos durante el parto, y que se les diga cuándo y cómo empujar.

Me parece que haya una cierta paradoja en el libro en relación al tema de la epidural. A lo largo del libro usted argumenta, justificadamente, que las mujeres necesitan tomar control de su propia experiencia del parto, y negarse a someterse al supuestamente “superior” conocimiento médico. Aun así usted parece sugerir que no se debería confiar plenamente en que una mujer tome la decisión “correcta” en cuanto al control del dolor. Una de las primeras actuaciones del Ministro de la Sanidad en Italia ha sido proveer la epidural gratis para todas las mujeres, ¿una decisión bienvenida o un paso que servirá solo para exasperar aun más “la crisis de la natalidad”?

Estoy de acuerdo en que la epidural debería ser gratis para todas las mujeres. No debería haber discriminación contra la mujer porque no pueda pagar. Depende de cada uno la decisión de si necesita drogas para el control del dolor, y si ese fuera el caso, qué droga elegir.

Podemos tomar una decisión que, en retrospectiva, sea la errónea. Puedo elegir pintura rosa para pintar mi habitación y darme cuenta de que era la elección equivocada. A lo largo de nuestras vidas necesitamos contrastar las ventajas y las desventajas de diversos tipos de actuación; en cuanto a las decisiones, aceptar las consecuencias y aprender para el futuro.

En gran parte de la Europa occidental el término “crisis de natalidad” (que da título a su libro) se entiende como bajadas dramáticas en los niveles de natalidad o ausencias de nacimientos, más que como verdaderamente se entiende en el contexto del libro: un problema en el modo en que tratamos los embarazos y el parto hoy en día. ¿Están los dos diferentes modos de entender el término conectados entre sí, por ejemplo, el modo en el que tratamos el embarazo y el parto tiene algún impacto en la decisión de muchas mujeres de tener menos bebés o no tener ninguno?

No sé si las mujeres actualmente tienen menos bebés porque temen el momento del nacimiento y son capaces de evitar embarazos con efectivos medios anticonceptivos. Sin duda muchas lo consiguen. Pero en las vidas de muchas mujeres con niños que además trabajan fuera de la casa, se dan tantas variables que sería precipitado llegar a una conclusión definitiva.

En conexión con la pregunta anterior, los políticos en toda Europa venden continuamente “los valores familiares”, ofreciendo soluciones para la bajada de la natalidad tales como subsidios para bebés, etc. La mayoría de las campañas suenan a retórica, y los niveles de natalidad continúan decreciendo. Si le dieran a usted un mandato gubernamental para cambiar el sistema de sanidad con relación a la natalidad, ¿qué pasos concretos tomaría?

Crear un presupuesto para la Seguridad Social que permitiera a las mujeres tener continuos cuidados y la disponibilidad de una comadrona personal. Establecer centros dirigidos por comadronas en cada comunidad. Entrenar a las comadronas para ampliar la confianza en sí mismas y ser capaces de atender los partos en casa, así como ofrecerlos como una libre alternativa para todas las mujeres. Promover el cuidado personalizado para todas las mujeres, donde sea que den a luz. Emplear a comadronas independientes, pagadas por el sistema sanitario estatal, y asegurar que esto sea practicable. Proveer pagos de maternidad y permisos renumerados para los padres de manera que cada mujer pueda tomarse seis meses libres del trabajo tras el nacimiento, y facilitar pagos similares para los padres que decidan hacer lo mismo.

Sugeriría que el nacimiento, como la muerte, se ha convertido en un tema tabú en el mundo “desarrollado”. Sabemos que pasa así, pero los detalles son generalmente dejados de lado, sin discusión. En ese proceso, las mujeres embarazadas por necesidad tienen que confiar en las opiniones médicas y en las tendencias imperantes. ¿Está usted de acuerdo en que el nacimiento se ha convertido en tabú? ¿cómo puede romperse dicho tabú?

No creo que el nacimiento sea tabú. Lo que sí que creo es que ya no nos damos cuenta de cómo es el nacimiento sin ningún tipo de intervención, y que hemos perdido la confianza en nuestros propios cuerpos.

 

Publicada por
Three Monkeys Online

Traducido por: Ascen Arriazu

*Birth Crisis  está publicado en inglés por Routledge.

*Otros títulos de la misma autora, publicados en castellano son:

  • El nuevo Gran Libro del Embarazo y del Parto (2004), Ediciones Medici
  • Nacer en casa (2002) RBA integral
  • Como amamantar a tu bebé (1989), McGraw-Hill/Interamericana de España
  • Embarazo a partir de los treinta: información indispensable para una situación cada vez más frecuente (1996), Ediciones Medici
  • El embarazo día a día (1990), McGraw-Hill/Interamericana de España