Hoy mismo comentaba con otras blogueras de pro que  esto de tener un blog personal, donde aparte de poner cosas interesantes que nos gustan y que pueden servir a otros, lo que hacemos básicamente es opinar de lo que nos gusta o disgusta, de lo que sucede y cómo lo vemos… pues tiene su cara y su cruz.

En un blog que ya lleva varios años funcionando a veces releemos artículos que escribimos hace tiempo y, al hacerlo, pensamos que podríamos reescribirlo, pulirlo, suavizarlo, o matizarlo… o no.


Creo que la riqueza de estos blogs es que reflejan las emociones del momento. No son libros que hay que actualizar con los últimos descubrimientos científicos. Al menos este no pretende ser solo una recopilación de información fría. Se parecería más a un diario, en el que al escribir sobre algo tomamos una instantanea emocional y, al igual que en las fotos,  aunque retratemos el mismo objeto o paisaje, si cambiamos  la hora, la luz, el ángulo, la distancia, los filtros,  y un sinfín de detalles más, la foto cambia, pues igualmente nuestra opinión y percepción de un asunto evidentemente varía con el tiempo, la distancia y las vivencias .

A veces se nos ve evolucionar  y otras involucionar. Eso, bajo mi punto de vista, no es malo, es enriquecedor.

Yo he vivido lo que es sentirse un poco «personaje». Y he notado la decepción a mi alrededor cuando no he he estado a la altura de lo que esperaban o de mí, o más bien de la idea que se habían formado de mi.   Los que leéis tanto el blog como los comentarios que me dejan, habréis notado esto que os cuento. Gente que cree saber cada motivación tras tus palabras, que llega a decirte qué y cómo tienes que escribir  o de qué y cómo hablar en tu propio blog (hablo de críticas no de sugerencias). Entiendo que cuando eso ocurre es porque en cierto modo se cree que este tipo de espacios son algo así  como un servicio público, y que como tal, debería ser totalmente aséptico y pulcro en las opiniones y en cómo expresarlas.

Pero no es así.   La información es información, y así la comparto, pero mi opinión sobre los temas que escribo es mía. Y me reservo el derecho de expresarla cuando y como quiero.

El otro día le comentaba a una amiga que todas tenemos sombra… y que  a veces desde esta posición como de púlpito que te da el saberte leída, uno puede tender a ocultar todos los aspectos menos atractivos de su personalidad, seguir alimentando la imagen de «ideal» que la gente suele hacerse, sobre todo en relaciones a distancia.  Quizás haciendo eso se consiga tener una «mejor imagen», incluso más seguidores, pero sin duda se pierde honestidad.

¿Que yo sé que muchas veces escribo en caliente? Sí

¿Que antes de publicar algunas cosas ya sé que van a traer cola? Sí

¿Que sé que a veces me paso de sarcasmo y de ironía? Sí… de hecho parafraseando a la drama-mamá de «la nena», la mía siempre me decía:  «hija ¿tú te lees lo que escribes?»

A mí me encantaría ser un poco más flow,  encarnar mejor  ese tipo de mujeres en total sintonía con todo lo que les rodea…, de esas personas que solo ven lo bueno y saben decir la palabra justa en cada momento, que nunca pierden los papeles…

… o quizás no… Porque si fuera así no sería yo y no habría abierto un blog… o sí, pero no sería este.

La persona que escribe cuando el sueño, los niños, el trabajo, la casa, las llamadas y la holgazanería  le dejan… os escribe con todas sus partes… las buenas y las malas…  con las luces y las sombras, con  toda la honestidad de que soy capaz. Así que por vosotros, por quienes leéis el blog y habéis hecho que una mamá cumpla un sueño:

GRACIAS  ♥♥♥    Y a por el 1.000.000!!!