Me llega esta noticia a través del Blog Una Maternidad Diferente donde Eloísa le lanza un mensaje a Nestlé y cía… Y no puedo dejar de reproducirla en el blog (original aquí):

¿Adiós al dilema ético?

Células madre de leche materna

Peter Hartmann lleva años buscando soluciones al dilema ético que permita por fin a los investigadores trabajar en el estudio de células madre sin enfrentarse a un continuo debate y juicio moral. Ya en el año 2008, Hartmann publicó un estudio en el que afirmaba la existencia de este tipo de células en la leche materna. Tras cinco años de investigación, los avances del equipo de Hartmann auguran resultados más que esperanzadores: tras haber desarrollado las células madre obtenidas de leche materna en el laboratorio, los investigadores han descubierto que tienen exactamente las mismas propiedades que las células madre embrionarias, las cuales permiten a una célula pluripotente llegar a formar cualquier célula plenamente diferenciada del organismo para acabar formando un cuerpo humano (hueso, cartílago, grasas, pancreáticas, etc.).

Hasta ahora, esto solo era posible con las células madre embrionarias, pero claro, en este punto es donde los investigadores se topan con la barrera del rechazo que este tipo de investigaciones tienen en una parte ideológica de nuestra sociedad. Esto viene a consecuencia de que para poder trabajar con ellas, los investigadores tienen que romper el desarrollo de un embrión, lo cual, para un sector de la población, es un problema ético.

El trabajo, dirigido por Foteini Hassiotou, miembro del equipo de Hartmann podría acabar con las disputas morales que ponen freno a la investigación científica con células madre, ya que no habría que recurrir a las embrionarias. El estudio será presentado a principios del próximo año en Viena en el VII Simposio Internacional de Lactancia Materna.

Y me da por pensar en cuánto nos queda por descubrir de este maravilloso fluído vivo.  Me imagino que si fuera algo que se puede patentar y vender todos los laboratorios del mundo tendrían un equipo de científicos investigando.  Porque todos sabemos que la mayoría de las investigaciones médicas son financiadas por laboratorios que buscan rentabilizar su inversión con fármacos o tratamientos milagro que puedan vender.

Claro que este maravilloso líquido que supera cualquier expectativa no entra dentro de esos mercados. Como mucho, pensamos en un tiempo  en el que mujeres llamadas nodrizas,  cobraban por amamantar a los hijos de las familias que podían pagar. Pero a no ser que esto devenga en una especie de novela apocalíptica futurista y nos veamos  explotadas en granjas recolectoras de nuestra leche, como hoy día están la mayoría de vacas productoras para mantener un sistema alimenticio basado en los lácteos, pues amamantar no genera dinero (aunque sí genere riqueza por lo que supone de ahorro a las familias que optan por ella), así que tampoco hay mucho interés por investigar por parte de una industria cuyo negocio es la enfermedad y no la salud.

A pesar de eso, siguen apareciendo estudios como este, que nos muestran lo que ya intuíamos sin necesidad de aval científico: que cualquier intento de imitar  la leche materna es una quimera, y que los productos que tan alegremente se recomiendan como sustitutos son tan burda copia que habría que inventarles otro nombre. Porque «sustituto» da a entender que cubres con algo parecido la carencia o vacío que genera el original… Y la lactancia artificial no es ni de lejos así, por mucho que se empeñen todos los que la comercializan, empezando por   Nestlé y compañía…

Empresas que aprovechan impunemente el desconocimiento o pasotismo general por hacer cumplir la Ley que regula su publicidad y distribución. Que siguen inundando las salas de pediatría y enfermería de los centros médicos con muestras, latas, carteles y todo tipo de merchandaising de su marca.

Sin ir más lejos la semana pasada volví a ver en la consulta de la enfermera de pediatría de mi centro de salud muestras de varios productos destinados a la alimentación infantil, entre ellos de Leche 1 (prohibido expresamente). Una enfermera a la que ya en su día le comenté la legislación al respecto y lo que hay envuelto en esta práctica, en un centro de salud donde ya hace años les puse una relcamación exigiendo el cumplimietno de la Ley y de la obligación del personal por fomentar la lactancia materna y cuya respuesta me daba la razón, aunque a la vez usaran como excusa argumentos tan pobres como que hay familias con escasos recursos y por eso tienen esas muestras de leche. Que digo yo, que si a las familias con escasos recursos le subvenciona alguien sus lactancias artificiales más allá de esas primeras semanas, una vez cargada la lactancia materna. Que si tanto interés tienen en su economía lo más normal es ayudarles a instaurar la lactancia que es GRATIS todo el tiempo que se quiera… O ya puestos… que les paguen la hipoteca o la cesta de la compra… Que es que no puedo con esta hipocresía para ignorantes. Porque encima te lo dicen como si una fuera el coco y por nuestra culpa se murieran de hambre esos bebés de esas familias. Una que dedica muchas horas a la semana GRATIS y sin incentivos de regalos ni viajecitos para que esas familias y todas las demás puedan tener una lactancia exitosa lo que redundará entre otras cosas en la economía familiar…

Pues así está el panorama… con revisiones semanales para pesar a los niños de pecho ( no se fían de nuestra leche… qué le vamos a hacer) y con preguntas del tipo:

-«¿Cuántas horas duerme YA seguidas sin pedir teta?»

¡¡¡Eso a los 2 meses!!! Que el otro día por no mandarla a algún sitio porque soy muy educada… le respondí:

-«no sé»,

y me insiste:

-«Pero ¿ más o menos??»

Y yo:

-«Pues ni lo sé ni me importa… cuando nació mi hijo me quité el reloj y aún no me lo he vuelto a poner»…

Y claro… su cara era como de:

-» vaya tía borde esta…»

Y si le sumamos que le pedí que al pinchar a la niña lo hiciera mientras le daba la teta y me dijo:

-«No»

y yo le dije mirándola fijamente:

-«Sí»

pues ya ni te cuento..

Pero claro, a mí me conocen. Saben quién soy y lo que hago… o sea que no me insisten… Porque saben que si me insisten aún salen perdiendo…  y me imagino que no quieren oírme la charla y callan y me dejan hacer.

Pero una que tiene complejo de Quijote, pues va y escribe otra amable cartita a la dirección del centro… porque sé cómo afecta esa forma de actuar a las madres primerizas con sus lactancias. Y porque qué narices, ¡¡¡¡¡PORQUE ESTÁ PROHIBIDA ESA PUBLICIDAD!!!!! A ver si nos enteramos todos de una vez…

Y por favor las que se sientan ofendidas con este artículo antes de dejarme un comentario diciéndome lo bien que se han criado sus niños sin teta… que por favor se paren un momento a pensar: ¿De verdad creéis que no le va a afectar a corto, medio, largo y larguísimo plazo a la salud de vuestros hijos esa opción?

Como hasta ahora nadie puede ver el futuro no me vale lo de que :»está sanísimo». Cuando un día dentro de 50 años alguien estudie la relación directa e incuestionable entre el tipo de alimentación inicial y su repercusión en la salud adulta, entonces que me escriban y me digan… pero claro… de seguir el mundo así, en 50 años, todos ( o casi todos) calvos.

En un blog como este que en su nombre lleva la palabra «teta» podéis imaginar la de veces que se dejan comentarios acusándonos de hacer sentir mal a quienes no amamantan. Es un tema debatido hasta la saciedad, tanto, que me pregunto si esa continua necesidad de algunas de reivindicar su derecho a no amamantar no es la prueba más evidente de que no lo tienen superado.

Mis críticas suelen ir dirigidas a quienes por su papel de influencia o cierta autoridad (real o dada por nosotros) inclinan la balanza de la opinión pública a favor de la lactancia artificial. Sea regalándola, recetándola, alabándola por uno u otro motivo, o criticando a quienes amamantamos… 1 día o 7 años.

Nunca, al menos no conscientemente, he hecho sentir mal a una madre que no amamanta. Me consta tras casi 6 años de contacto casi diario con madres que hay muchos factores envueltos en el éxito o fracaso de las lactancias e intento no juzgar. Aunque también es cierto que creo que hasta que no demos toda la información sobre los riesgos reales de la lactancia artificial no habrá decisiones totalmente libres. Pero estos mismos casi 6 años he escuchado yo misma y por boca de muchas madres todo tipo de críticas al amamantamiento. Si se criticara igual la comida basura que damos a nuestros hijos igual no tendríamos la tasa de obesidad infantil que tenemos… Tú puedes llevar a tu hijo semanalmente a un restaurante de comida rápida, que no pasa nada. Incluso se presenta al niño esa opción como un «premio» : » si te portas bien, el sábado vamos al MacMonas». De hecho ahora los cumples y fiestas infantiles se celebran en esos locales… Pero no se te ocurra decir en el parque o a la puerta del cole o en la consulta de tu centro de salud que amamantas a un niño de 3 ó 4 años o más… porque entonces  una reacción vas a notar seguro en quienes te oyen. Con suerte será alguna del tipo: «qué bien»… pero desgraciadamente, la mayoría de veces será más bien una reacción negativa, en forma de asombro, crítica o sarcasmo… eso cuando no son amenazasde todo tipo sobre su salud (o la tuya) y/o desarrollo físico y psíquico.

La verdad, harta estoy.

En una semana en la que me han acusado con mucha gente más de «talibana» ( que casi prefería quedarme con caníbal, la verdad…),  en el día después de estar en la consulta de un pediatra privado (el del centro de salud está en huelga) y quedarme alucinada viendo todo un mueble lleno de todo tipo de leches de inicio, y posters de Nestlé y Sanutris y companía, de oír a una madre que su pediatra (el mismo que el mío al que la verdad hacía años que no veía) no para de decirle que cuándo le va a «quitar el pecho al niño»… que hasta la expresión denota mal rollo… Pues en una semana así… qué queréis que os diga… que esta noticia se agradece mucho. Porque aunque no soy de las de hablar de beneficios de la leche materna, porque como comentaba Eloísa en su post, la LM es la vara de medir, lo normal,  y prefiero hablar de riesgos de la alimentación artificial… pues eso, que esta noticia me alegra el cuerpo. Y voy a copiar a Eloísa y su título y a gritar:

«¡CHÚPATE ESA NESTLÉ (y cía)!»

 

 

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