Querida Altair:

Altair

Esta carta no es para ti, sé que no me escuchas, es para mí.

Esta carta es para recordarme que fuiste, que estuviste con nosotros, que te quisimos, que te esperábamos, que te buscamos con grandes ilusiones.

Esta carta es para agradecer que pasaras por nuestras vidas, a pesar del dolor insoportable que nos quedó cuando dejaste de vivir.

Estra carta es un homenaje a todos esos seres pequeñitos que viven muy poco tiempo y que nos enseñan tanto.

Si pudieras leer esta carta te gustaría saber que gracias a ti  mamá aprendió mucho.

Gracias a ti mamá se dio cuenta del dolor que viven muchas personas a su alrededor, a veces en silencio, sin la complicidad de una mirada compasiva o una escucha sincera. Personas que como tu mamá necesitan llorar y hablar y gritar para dar cabida a la rabia, al dolor, a la pena, a la casi locura de enfrentarse a algo para lo que nadie, nunca, está preparado.

Que sepas mi precioso bebé, que gracias a ti otras personas han tenido algo más de luz en sus vidas.

Una vez me escribieron que las personas no se miden por el tamaño de su pie, sino por el tamaño de la huellla que dejan a su paso.


Querido bebé, tu huella es inmensa, tanto que tres años después, no hay día que no la vea a mi alrededor. Tanto que todavía recibo mensajes llenos de cariño hacia ti o hacia esta mamá que aprendió a devolver el amor que tenía guardado para ti hacia otros.

Gracias Altair por esas poquitas semanas que estuviste en mi, gracias por dejarme tocar tu cuerpecito aún cálido cuando saliste, gracias por darme fuerzas para luchar por darte la despedida que merecías, gracias por, como dice tu hermano mayor, ser nuestro bebé número 2.

Te gustaría saber que tu hermana nos ha devuelto la sonrisa.

Y que no hay un día en que la mire y me pregunte si os pareceríais.

Y te gustaría saber que  tu hermano te tiene presente  y te nombra a menudo.  Que aprendió, demasiado pronto quizás, lo que es la muerte cuando te perdimos, pero que aprendió con amor, con verdad, con respeto, y del mismo modo  le habla de ti a otros porque te añora. Como tu papá, que te echa mucho de menos aunque no lo exprese como yo…

Gracias por enseñarme a reponerme de mis momentos tristes. Por mostrarme qué cosas son de verdad importantes. Gracias por ampliar mi visión de la maternidad, de la vida…y de la muerte.

Gracias porque cuando mamá habla de ti, lo hace con orgullo mi pequeño bebé. Porque siempre que me presente, pase el tiempo que pase, esté ante quien esté, lo haré como la mamá de Iker, de Altair y de Mencía… Porque fui tu madre, porque soy tu madre y porque si Dios quiere seré tu madre…

Con cariño…  tu mamá