Esto que copio a continuación es mi respuesta a un comentario del blog al artículo:

He decidido ponerlo como entrada porque creo que la preocupación de esa mamá es la de muchas otras. Con cariño para todas ellas.
Cuando publiqué esa entrada en el blog sabía que de un modo u otro muchas madres se sentirían incómodas, seguramente preocupadas por la información. Sabía que incluso nos llamarían “alarmistas”. Como has leído en el artículo, la cuestión no es demonizar a las madres que optan por dar leche artificial. De hecho, me consta que muchas de las madres que lo hacen no fue por decisión propia.
Llevo desde el 2006 en grupos de apoyo a la lactancia y conozco la realidad que rodea las lactancias. Algunas de esas madres que dan leche artifical siguen viniendo al grupo porque a pesar de no dar el pecho siguen creyendo que es lo mejor y que si apoyan de ese modo, contribuirán a ayudar en el futuro a sus hermanas pequeñas, hijas y demás.
El artículo pretende que todos tomemos conciencia de lo que nos traemos entre manos. Las medicinas no son malas, de hecho han conseguido mejorar la calidad de vida de muchas personas y curar y salvar la vida de muchas otras. El problema se da cuando las medicinas ocupan el lugar de la comida sana o el ejercicio.
Quienes sufren o han sufrido un cancer u otra enfermedad muy grave agradecerán que haya tratamientos que curen o palien la enfermedad pero nadie expondría a un hijo sano a ese mismo tratamiento. El problema no es que haya niños alimentados con leche artificial  (gracias que existe para cuando se necesita),  el problema es que nos la venden como “lo mismo” o “de igual calidad» . Y no dicen “mejor que la leche materna ” porque la Ley lo prohíbe, ya que   cuando y donde han podido decirlo lo han hecho.
Aún hoy, aunque no pueden publicitarla así, la campaña se la hacen los pediatras y enfermeras que la recomiendan por encima de la leche materna o que la distribuyen alegremente sin advertir los riesgos.
Estamos empezando a ver campañas que nos advierten del peligro de los alimentos transgénicos  porque están aumentando alarmantemente y porque el público en general desconoce qué está envuelto en su consumo. Todos agradecemos que nos informen de los peligros de un tipo de alimento determinado y luego, con la información, decidimos.
¿Conoces la frase: “Conocerán la verdad y ésta os hará libres? Aunque fue dicha en un contexto espiritual, aplica a todos los campos. No hay verdadera libertad sin información veraz. No habrá verdadera libertad de elegir entre LM y LA sin conocer todo lo que hay implicado en el uso de cada una. Quizás cuando esta información sea ampliamente conocida habrá menos madres como tú que aun intentándolo no hayan conseguido amamantar, porque todos y me refiero a TODOS los profesionales con los que trates desde tu embarazo ( e incluso antes), estén bien formados e informados sobre LM y LA y sepan guiarte y asesorarte y ayudarte.
Muchos de los casos de hipogalactia verdadera (realmente escasos) se hubieran podido solucionar si hubieran sido tratados a tiempo  y los que no eran tales habrían sido lactancias exitosas si las madres no estuvieran bombardeadas por mensajes contradictorios y poca o nada ayuda práctica sobre LM.
Incluso en los casos en que una madre no pueda amanatar de ningún modo, otro tipo de sociedad buscaría la mejor alternativa, o sea la leche de otra madre que amamanta. Pero para eso no estamos preparados como sociedad. Los bancos de leche materna son poquísimos en el mundo, en nuestro país el nº es vergonzoso directamente y están reservados para casos especiales.
A nivel personal si alguien nos preguntara a cada madre  si nos gustaría que nuestro bebé fuera alimentado con leche de otra madre de no ser posible darle la propia, la respuesta sincera sería que NO. Pero a ninguna le molesta en absoluto que nuestro hijo se críe con leche de otro animal ( o varios), que no sabemos qué come, ni cómo vive, ni qué productos y medicamentos le inyectan, por no hablar de todo el proceso industrial de después. ESO ES LO QUE CRITICO  ¿ a qué punto de absurdo hemos llegado?.
Textos como este son un revulsivo para algunas conciencias, sé que causára malestar. Pero de verdad creo que incluso ese malestar es necesario para conseguir una reacción.
En tu caso en concreto tu lactancia intentada y fracasada puede conseguir en ti 2 cosas:
  1.  Te informarás de por qué pasó y evitarás que pase lo mismo en el futuro, sea con hijos propios o con los de los demás
    o
  2. Por no querer sufrir dirás que “es lo mismo y se crían igual de bien”, perpetuando el mito que está causando tanto mal a la salud del género humano en general.

Cada uno ha de decidir cómo le afecta lo que ha vivido. Yo salí de un parto intervenido primero diciendo que qué bien, que mi hijo estaba vivo y al poco tiempo tomé conciencia de la realidad y decidí ser de las primeras. De ahí nació este Blog,  muchos de mis proyectos personales  y este espíritu de lucha.
Y claro que miro a mi hijo y rezo para que su mal parto no le deje secuelas o para intentar minimizarlas con mucho amor, pero no me ciego a la realidad.  A nosotros nos engañaron, nos robaron nuestro parto del mismo modo que a ti, seguramente, te robaron tu lactancia. Por eso, por ellos, por nosotros, tenemos que decir la verdad. Y yo, personalmente me alegro cuando algua madre me dice que gracias a información, a  lo que un día les pude comentar o a lo que leyeron en mi blog, consiguieron SU PARTO o SU LACTANCIA. Con esas historias me curo mis heridas.

Un abrazo desde el corazón… de una madre preocupada a otra madre preocupada