¿Sabéis que responde la mayoría de las personas cuando se les pregunta :
«¿qué harías si te tocase la lotería?» ?
Aparte del consabido: «tapar agujeros», la mayoría responde: VIAJAR
Viajar es una de las actividades que más gustan a casi todo el mundo. Imagino que es en parte porque somos seres sociales y curiosos por naturaleza y porque por muy machacados que nos hayan criado seguimos siendo esos niños con afán de exploradores.
Viajar nos permite conocer nuevos lugares, nuevas personas, nuevos paisajes, nuevas formas de vivir, alimentos diferentes, cocinados de formas insospechadas. Distintas formas de hablar aunque sea un mismo idioma.
Ya lo dice el slogan: «viajar es cultura» y es totalmente cierto.
Muchos de nosotros tenemos como recuerdos imborrables de infancia los viajes que hicimos de niños, las vacaciones a la playa, las excursiones a la montaña, el fin de semana aquél de camping bañándonos en un río helado. Para mí, niña criada en la ciudad, algunos viajes eran la oportunidad de conocer animales, la vida en el campo, la realidad de los orígenes de mi familia. Entender que la comida que comemos no sale de los supermercados, ver en directo el «ciclo de la vida».
En viajes internacionales, una oportunidad maravillosa de aprender a comunicarse más allá de las palabras, o de practicar el inglés oxidado del cole que nunca viene mal :-).
Visitar esos lugares que conoces ya de haber visto en fotos, o leído en historias. Aún recuerdo la emoción que sentí con 23 años visitando el palacio de Sissi o subiendo a la Torre Eiffel. Y aún tengo entre mis sueños por cumplir visitar lugares mágicos y llenos de significado para mí.
Me encanta viajar, y al vivir en una isla, y ser de fuera, mis hijos han tenido ocasión de viajar conmigo muchas veces. Hasta ahora han sido viajes sobre todo de trabajo y para ver a la familia. Viajes en avión y en barco como es normal viviendo en una isla. El coche para nosotros significa viajes cortos .
Este año he decidido vivir con ellos una experiencia diferente. Este año quiero viajar con ellos por el placer de viajar, sin una agenda tan apretada, sin muchos compromisos con terceros y sin un destino fijo.
Este año queremos irnos de viaje en autocaravana.
Siendo como soy firme creyente en que los niños aprenden más de las experiencias vitales y divertidas que sentados en un aula, quiero aprovechar y convertir nuestras vacaciones de este año en un proyecto lúdico educativo.
Conozco familias que han dedicado no un mes, sino un año entero de sus vidas a viajar juntos. Hay blogs muy interesantes que son como un cuaderno de bitácora de aventuras viajando con los más pequeños.
En un mundo en el que el ocio del adulto cada vez está más alejado de los niños, con cada vez más ofertas de viajes y hoteles sin niños, alegra encontrar páginas con consejos para familias que viajan con niños.
¿Qué niño no recordará toda su vida haber dormido en una cabaña en un árbol?
¿Y a qué familia no le apetecería ir a un balneario con tratamientos especiales para padres y bebés?
Está visto que con un poco de imaginación podemos convertir nuestras próximas vacaciones en algo inolvidable.
¿Y tú? ¿Has hecho algún viaje «diferente» con tus hijos? ¿Conoces blogs de esta temática y quieres compartirlos con nosotros?
¿Te animas a contárnoslo?