Cuando queremos disfrutar de unas buenas vacaciones normalmente preparamos todo con semanas y/o meses de antelación. Miramos folletos, consultamos en agencias, preguntamos a conocidos. No entramos en el primer hotel que vemos sólo porque esté cerca o sea el primero de la lista. Una vez preseleccionado uno, miramos qué servicios e instalaciones tiene para que nuestra estancia sea lo más grata posible dentro de nuestras posibilidades. No queremos que los días de descanso que tenemos tras un año de trabajo se vean empañados por estar en un lugar donde no nos sentimos a gusto, donde no nos tratan bien, donde nos sirven comida que no nos gusta o donde en general los horarios de sus servicios no coinciden con nuestras necesidades…
¿Y por qué cuento esto ?
Será de mis años de trabajar en el sector de la Hostelería y el Turismo que dejaron en mí la huella del lema: «El Cliente siempre tiene la razón» o «El cliente es lo primero«. Pero claro, eso es en el sector servicios. En el campo de la Salud automáticamente dejamos de ser «clientes» para ser «pacientes». «Paciente» que, aunque a veces lo parezca, no se llama así por la paciencia, sino por ser «el que padece, sufre». O sea, que en principio, uno es paciente cuando padece algo, cuando sufre y acude entonces al médico para que nos ayude a restablecer la normalidad, a curarnos en la medida de lo posible.
Pero resulta que hay un tipo de medicina que atiende «pacientes» que no son tales. Se llama medicina preventiva o en lo que respecta a nuestro Sistema de Salud Pública lo que se denomina «Revisión del niño sano».
A mí, a bote pronto, lo que se me ocurre con este calificativo es que parece que en vez de tener un hijo me he comprado un coche y que si no voy a la casa a las revisones marcadas, no me aplica la garantía.
En el caso de nuestros hijos, no estoy en contra de que se cuide la salud de los niños, ¡faltaría más!
De hecho me parece un logro que todos los niños tengan atención sanitaria. Lo que me preocupa es que estas «revisiones a un niño sano» ( o sea, hechas a un niño que no es un «paciente» porque no padece de nada, no sufre), convierten al sujeto de dicha atención en lo que intentan prevenir.
Me explico:
-Una madre acude con su bebé de 2 semanas a la revisión con el pediatra. Todo va bien, el bebé está ganando peso y su estado general es bueno. En un momento dado el bebé empieza a llorar y el padre que lo tiene en brazos empieza a mecerlo para que calle. Entonces el profesional que ha estudiado durante muchos años y que tiene otros tantos de experiencia práctica mira a los padres y les dice:
«Este niño está malcriado. Tiene que aprender a calmarse solo, sin brazos ni meneíto. «
Ante esto, los padres le dicen que el niño si está solo en la cuna empieza a llorar y no se calma, que lo han intentado pero que llora cada vez con más fuerza y desespero, poniéndose rojo y quedándose incluso afónico. Que en esas circunstacias lo único que lo consuela son los brazos de sus padres.
Y este gran profesional que igual se graduó «cum Laude» les replica:
«Claro, es que os está manipulando. Él sabe que si llora le cogéis, por eso lo hace. Vosotros dejadle que ya se cansará»
Y digo yo, que es en ese momento cuando un bebé completamente sano y normal se convierte en paciente.
Paciente en los 2 sentidos de la palabra.
- Paciente porque ha de demostrar paciencia infinita para esperar a que sus padres por fin quieran darle aquéllo que necesita y que reclama.
- Y paciente porque ahora sí sufre y padece.
Padece el abandono, la incomprensión, el desamparo, la falta de empatía, la tortura diría yo, de verse solo y desatendido. Y padecerá como consecuencia de lo anterior también las secuelas físicas de ese «mal trato» (que es a la vez maltrato).
Después vendrán las consultas al señor Doctor por todos estos motivos:
- Escasa ganancia de peso (real o no)
- Reflujo y/o vómitos
- Hipotonía o bajo tono muscular
- Pesadillas y terrores nocturnos
- Retraso en el desarrollo
- etc…
Muchos de esos problemas son evitables simplemente entendiendo que los bebés se alimentan no sólo de leche, sino de afecto, de tacto, de caricias, de atención, de palabras, de miradas, de movimiento, de canciones, de bailes, de paseos, de cosquillas, de sueños placenteros sobre el cuerpo de mamá o papá, de tener libre acceso al pecho de mamá aunque haya terminado de comer, porque sí, para relajarse.
Señores pediatras de este tipo: ¡enhorabuena! porque han conseguido lo que cualquier empresario desearía para su empresa: convertir en clientes a los que en principio no debieran de haberlo sido bajo ningún concepto.
A los padres, si me lo permiten, les voy a dar un consejo:
–El médico es para los enfermos. Comer y dormir y vivir y amar no es una enfermedad. Si quieren opiniones sobre cómo han de alimentar y dormir y querer y criar a sus hijos, quédense con las suyas propias.
Y si, de todos modos, quieren confiar estos aspectos a un profesional hágale estas preguntas para saber en qué manos están dejando no una semana de sus vidas, sino la etapa más importante del desarrollo de sus hijos:
- ¿Es padre/madre?
- En caso afirmativo ¿Sus hijos fueron amamantados? ¿cuánto tiempo?
- ¿Ha hecho cursos de formación en Lactancia Materna? (En la carrera de Pediatría no se estudia la LM)
- En casos de lactancias dificultosas ¿recomienda «ayudas» de leche artificial o contactar con un grupo de apoyo a la Lactancia Materna?
- ¿Conoce la labor de los grupos de apoyo y las asesoras de lactancia y colabora con ellas?
- ¿Le gustan los niños?
- ¿Disfruta de su trabajo?
- ¿Usa palabras despectivas «disfrazadas» para referirse a los niños: malcriado, mimoso, perretoso, caprichoso, pequeño tirano, es «muy listo», etc?
- En caso de exploraciones o intervenciones dolorosas (pinchazos, curas, etc.) anima a la madre a quedarse al lado del bebé y consolarlo (incluso a ofrecerle el pecho)?
- ¿Respeta la forma de crianza escogida por los padres aunque difiera de la suya?
- Si tú fueras tu bebé ¿te gustaría tenerle como médico?
El día que nos consideremos ante los profesionales de la Sanidad como «clientes» con derechos y no sólo como «pacientes», de seguro también mejorará la calidad del servicio que recibiremos. Todos somos responsables de contribuir a este cambio.
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«Los demás tienen la autoridad sobre ti que tú les des… «
Genial reflexion, reflejo de la cruda realidad. Gracias por ayudarme a confiar en mi propio instinto de madre. Eres un gran apoyo en momentos en los que recibimos mil consejos y criticas de los abuelos, los tios, los medicos, enfermeras y todos los «expertos en aconsejar».
Hola, yo llevé a mi hijo una sóla vez y no lo he vuelto a llevar pues me indignó la experiencia. Si puedes darme los datos de un pediatra de confianza te lo agradeceré. De todos modos trataré de evitarlos, pues para saber su peso y medida basta con ir a una farmacia… en fin… un beso
Genial! Lo comparto!
Así mi padre por ejemplo repite siempre asombrado sobre su querida nieta: «qué niña, es que no sabemos lo que es oírla llorar!», ni que tenga fiebre, ni nada…y ya tiene 14 meses!
Pero claro, tampoco sabe, solo cuando mamá estaba trabajando (y se quedaba con la abuela), lo que es la sillita de paseo, sus papás siempre la llevamos o en brazos o en la mochila, siempre pegadita a su mamá y a su «mama» (teta)…y no, no le pega calor, sin embargo en la sillita si que la he visto sudar!…pero claro, yo pasé el embarazo ADICTA A ESTE BLOG!!!
Millones de gracias en nombre de las dos y toda la familia!
+ MIMOS Y TETA!!!
Excelente!!!, los médicos han existido desde los griegos pero hasta ahora los consultamos para ver si crecen o no bien los bebés, ¿para que llevar al bebé al pediatra si no está enfermo? uno se da cuenta cuando el nene está bien o no, cuantos crecimos sin un pediatra de guardia, y cuantos crecen hoy en día sin él. -bueno las mías son dos ya-
es verdad, nos conformamos con el primer pediatra que nos toque y nos resignamos a tener que pelear con él.. yo ya he decidido no llevar más a mi hija al que tiene actualmente.. ¡la manipuló de forma tan brusca que juraría que hasta le hizo daño! y eso es lo que olvida muchas veces la medicina oleopática «primero, no dañar» un principio hipocrático de la medicina. además, no pienso volver a esa consulta con muestras de leche artificial por doquier…
Haberlos hailos como las meigas, me niego a pensar que en el mundo de la pediatría no haya buenos y muy buenos profesionales aunque yo aún no me haya topado con uno sensible a un estilo de crianza basado en el apego, el tema de las revisiones… son necesarias como ir al dentista aunque tú no notes caries alguna, zas! no sé como se las apañan que hurgando por aquí y por allá dan con algo…
Ojalá no me sintiera como si fuera a un examen cada vez que vamos pero… eso es lo que hay …paciencia.
Claro May, por supuesto que los hay, pero siendo realista no son la mayoría, por eso hay que buscar y si se puede escoger. Y si no se puede escoger tener claro que son médicos y en consecuencia cuál es su ámbito.
Y sobre revisiones… entiendo perfectamente la labor preventiva que intentan cumplir y que en algunos o bastantes casos serán muy buenas, pero en general en lo que respecta a las madres que se salen de la norma de «biberón, cuna aparte y comida a los 4 meses…» estas visitas suponen más problemas que beneficios. Una cosa es revisarnos para evitar que una caries crezca y otra que el dentista quiera vernos cada 3 meses y, para justificar la visita cuando no encuentra nada, se dedique a darnos pautas sobre cómo tenemos que dormir, dónde y cuánto…
Como tú dices… al final parecen exámenes a las madres más que revisiones a los niños… Y sí.. en cualquier caso, como siempre que no nos queda alternativa… paciencia… porque como dice una amiga mía: «Señor dame paciencia porque si me das fuerza lo mato» 😉
Y aclarar que el caso que expongo es real… no es inventado ni exagerado… Una Sra. Pediatra que aconseja a unos padres de un bebé de 15 días que le dejen llorar hasta que se calle… como si son 2 horas… Mientras quede un solo médico así… es trabajo de todos criticarlos… Los buenos pediatras por supuesto se sumarán a nuestra denuncia.
Un abrazo
Está muy bien esta reflexión, aunque echo de menos una crítica un poco más constructiva. Lamentablemente en los blogs, foros, etc de maternidad salvo algún pediatra endiosado por las grandes masas, la gran mayoría siempre salimos escaldados. Supongo que las malas experiencias siempre se cuentan mientras que las buenas quedan en el olvido (siempre es más fácil criticar que agradecer).
Tu lista sobre lo que preguntarle a un pediatra, puestos a preguntar, me parece insuficiente. Quizá valdría la pena saber si su pediatra es capaz de diagnosticar una sepsis meningocócica de forma precoz o de reanimar a su hijo en caso necesario. O si es capaz de detectar que una cadera está luxada y su hijo no se quedará cojo, o cuáles son los síntomas precoces de algunas enfermedades malignas. O si está al día de las actualizaciones de tratamientos y enfermedades. Por poner algunos ejemplos.
En cuanto a la pregunta de si tiene hijos y cuánto tiempo fueron amamantados, se puede añadir si está casado/-a o si es homosexual, por ejemplo. Y estas preguntas también hacérselas, por qué no, a los profesores del colegio que también están muchas horas con nuestros hijos…. O hacerlo extensivo al resto de la humanidad, a ver quién es apto o no para tener hijos…
Disculpa el tono irónico, no lo he podido evitar. En el fondo si te pasas por mi blog, estamos de acuerdo en bastantes cosas.
Un saludo
Hola Amalia (creo que ese es tu nombre por tu blog) 🙂
Gracias por responder sobre todo teniendo en cuenta que, como dices, el artículo es una crítica hacia tu profesión. Aunque más que hacia tu profesión, hacia el rumbo que ha tomado.
Como le respondo a otra mami en un comentario, por supuesto que hay buenos pediatras, formados, competentes, empáticos, buenos profesionales que se preocupan de verdad por el bebé y/o niño en conjunto, pero lamentablemente no son la norma. No sé hasta qué punto a la mayoría le sigue preocupando actualizarse y seguir formándose en materia médica, aunque estaría muy bien que fuera un requisito obligado. Lo que sí sé, y la crítica viene de ahí, es cómo están la mayoría sobre el tema de Lm. Trato con familias con recién nacidos y/o bebés pequeños todas las semanas y constato que el 90% de los pediatras tiene una formación nula en lactancia materna y veo cómo en un gran porcentaje son responsables del fracaso de muchas lactancias.
No entro a valorar la parte médica de vuestro trabajo por varios motivos. No soy profesional sanitario y además entiendo que tener una licenciatura supone saber ejercer su trabajo. No es trabajo de los padres examinar de conocimientos generales a un profesional que ya tiene una acreditación en la materia. El problema es que sabemos que dentro de esa formación que recibís, al menos en la estandar, la lactancia materna no está incluída. Por eso insisto en preguntar sobre el tema. Lo demás se da por supuesto.
Y sobre las preguntas y por qué he incluído el hecho de si tiene hijos y/o los ha amamantado es por lo mismo. La lactancia tiene mucho de práctica, más que de teoría y en general, a cualquiera que me da consejos sobre lactancia le pregunto si amamantó y por cuánto tiempo. ¿Por qué? Porque con eso me hago una idea de varias cosas, de su actitud hacia la lactancia y de su nivel de conocimientos. Es como si en la conversación con el carnicero me da un consejo sobre jardinería… pues le pregunto si tiene jardín o lo ha tenido…
No digo que le preguntemos para meternos en su vida privada o juzgarles, sino, para cuando llega el caso y dan a los padres consejos sobre lactancia que sepamos qué grado de autoridad y credibilidad le damos a dicho consejo.
Este listado está formulado como guía para padres que criamos a nuestros hijos de una determinada forma, que no es la forma del común de la sociedad actual, sociedad que ha elegido como vía de crianza y educación otra basada en el control total y el conductivismo. Y en esa corriente están la mayoría de los profesionales sanitarios por desgracia. En la Comunidad Autónoma Canaria la Cartilla de Salud Infantil recomienda cosas para el primer año de vida del bebé como:
“SI tiene problemas para darle el pecho a su hijo/a acuda a su pediatra o enfermera, ellos le asesorarán sobre la leche adpatada más adecuada”
“Establezca usted las normas del sueño de su hijo/a: le acostará estando despierto en su cuna enla habitación donde vaya a dormir” (ver la Cartilla aquí)
Como ves, de la Lm solo dicen que es lo mejor (lo marca la Ley claro) pero ayuda poquita, si hay problemas, pues se da LA… como hace décadas… si dolía una muela… pues se sacaba y punto… Muerto elperro…
Perdona que a mí también se me escapa la ironía…
Y por supuesto estoy de acuerdo que este tipo de “cuestionario” debería ser extensivo a todo el que se ocupe de nuestros hijos…De hecho el blog ya tiene información en ese sentido… Pero no llego al punto de cuestionar quién tiene o no hijos o su aptitud… me cuestiono simplemente lo que atañe a los míos… y si puedo colaborar para que los hijso de los demás sean más felices… pues en eso estamos…
Gracias por mostrarnos que tu profesión no es necesariamente el enemigo (aunque habrás leído en los comentarios de las madres que muchas lo viven así)… sino un aliado.
Un abrazo
Hola Nohemí
Sólo puntualizar que no estoy nada de acuerdo en esta frase:
«por supuesto que hay buenos pediatras, formados, competentes, empáticos, buenos profesionales que se preocupan de verdad por el bebé y/o niño en conjunto, pero lamentablemente no son la norma»
Estando dentro del meollo, te aseguro que sí es la norma y los que no son así son la excepción.
Que sobre la lactancia materna hay muchas cosas a mejorar, pues estoy de acuerdo contigo. Pero sería interesante no fijarse exclusivamente sólo en uno de los miles de ámbitos de salud en los que tiene que estar formado un pediatra para decidir si es «buen» o «mal» pediatra.
También te diré que vivimos en un momento social muy peculiar en la que cada vez más las personas queremos tenerlo todo hecho y ahora. Algunos pediatras serán parcialmente responsables de los abandonos de la lactancia, pero por cada uno de ellos te aseguro que hay muchísimas mujeres que tiran la toalla a las primeras de cambio, por mucho que las apoyes, les expliques y les ofrezcas el hombro para llorar si es necesario.
Un saludo
Amalia
De acuerdo contigo… me faltó la matización en esa frase de qu hablo de la Lm y lo que la rodea (a demanda, colecho,etc…) O igual es que donde vivo tenemos la media más alta de España de profesionales antiLM…
Y también de acuerdo en que la responsabilidad última de amamantar o no es de la madre… ni del padre, ni de la suegra, ni del pediatra… pero en eso trabajamos… en empoderar a las mujeres para que decidan ellas… sea lo que sea que decidan… y no se dejen guiar por otros que no siempre estan informados.
Lo que sí es cierto es que en casos de dudas y problemas, una madre primeriza que oye a su pediatra decir que la leche después de los 3 meses ya no sirve y a mi decirle que la Lm es beuna todo el tiempo que dure la Lm, sean 3 meses o 3 años… pues como tú te imaginarás… a mí no me da el mismo crédito… Yo SOLO soy una madre. Y cuando el pediatra manda «ayuditas»… alegremente o «para que descanses un poco»… y esas ayuditas se van convirtiendo en el principio del fin de la Lm, pues por supuesto la que decide darla o no darla es la madre, pero claro que tiene su parte de culpa ese profesional. Cada uno que apechugue con la parte que le toca… la diferencia es que yo no critico a las madres porque al fin y al cabo son sus hijos y yo no estoy en su piel ni con sus circunstancias… pero sí crtico a esos médicos, a los de esa clase, porque usan su papel de «poder» para inclinar la balanza hacia el lado que ellos creen conveniente.
Y sí, hay muchos ámbitos para calificar si se es buen o mal pediatra… pero es que a mí, en general, en los casos en los que un «buen pediatra» me recomienda que deje llorar a mi hijo 2 horas, que ya se le pasará… pues qué quieres que te diga… que no me apetece nada verle la cara para cualquier otro asunto… aunque sea una eminencia… Conste que he hablado siempre de «revisiones del niño sano»… Si mi hijo tiene un problema específico y hay un especialista reputado en la materia, pues si me cae mal, me aguanto, y con no salirme del tema de la consulta pues tengo bastante…
Y para no enrollarme más… que mi hijo me pide teta (:-P) felicitarte por tu interés en estos temas… para mi eso dice mucho del tipo de profeisonal que eres 🙂
Bueno.. pues con un poco de suerte las enfermeras no hemos sido mencionadas en este artículo.. aunque supongo que también nos podrían «dar pal pelo»…
Las enfermeras de pediatría de atención primaria si recibimos formación sobre la LM. Al menos yo recuerdo haber estudiado al respecto. Después en la práctica hay quien lo recuerda.. y quien pasó por la Universidad sin que la Universidad pasase por él/ella.
Respecto a la crianza, nadie me dijo en la carrera si los niños debían estar en brazos o en la cuna, ni si debían dormir con los padres o no… ni si se los debía dejar llorar o no. Recuerdo que la profesora nos comentó que la premisa primordial de la atención enfermera era la atención holística, esto es: es paciente es un ser bio psico social y espiritual. Así que cada uno era un mundo.
Curiosamente… ni en medicina ni en enfermería se nos forma para decirle a la gente cómo dormir a los niños, o cuánto cogerlos, o si deben dejarlos llorar o no… estos menesteres se los han atribuido algunos profesionales de la sanidad, también del periodismo, de la hostelería… o no profesionales de ningún sector.. básicamente cualquiera se permite opinar al respecto de cómo criar.
Sin embargo, parece que se escucha o se «respeta» más al pediatra de turno y entonces se le tacha de mal profesional si lo que escuchamos no encaja en nuestro método.
Pero oigan… si saben que esto no entra en nuestras competencias… ¿porqué hacerle más caso que al carnicero? Saber de patologías y del desarrollo del niño sano, no hace al médico una eminencia en crianza. Los hay que saben, los hay que no… los hay que escriben maravillas… y hay quien no es pediatra y también se permite escribir sobre niños… y cómo aparcarlos en la cama… (este es otro tema que tiene telita).
Escribo desde el cariño.. no pretendo imprimir en mis palabras de malos rollos ni ironías… Sólo quería aportar un opinión más.
Por cierto… los profesionales de la pediatría con los que he trabajado (en varias comunidades autónomas) eran todos maravillosos, o es suerte… o es que la gente tiene más facilidad para recordar a los «tesoretes» que a las joyas de verdad.
Un besico.
Gracias Neta:
Las opiniones de quienes trabajáis en el sector me son muy valiosas. En mi CAP hay enfermer@s que promueven la Lm de verdad con conocimiento y otros que desgraciadamente no. Yo aún recuerdo una que pretendía que mi hijo tuviera los percentiles al revés… el de peso en talla y el de talla en peso O-O… creo que ni ella misma entendía exactamten qué son y cómo se usan… Y otra que al año me preguntó directamente que cómo dormía mi hijo y me dijo que cuando llorara no le hiciera caso, yo entonces entendiendo que eso no era su competencia le pregunté si era madre, me dijo que no, pero que tenía una sobrina… Entonces le respondí que cuando fuera madre entendería algunas cosas y que puestos a criar a mi hijo como manda un libro (que me recomendó) prefería escoger yo qué libro usar…como mi respuesta fue clara, firme y sin titubeos no me dijo más…no le dieron ganas de seguir por ahí… Y la última fue cuando a los 3 años al ir a curarle una herida a Iker vi muestras de leche 1 en la consulta de la enfermera y le comenté que si sabía que eso era ilegal… Me dijo que sí, pero que no tenían sitio para guardarla fuera de la vista de los padres…
Como ves… información habrán recibdio… pero no todos lo aplican… y sí… solemos recordar más lo malo… espero que no sea porque es lo que más abunda.
Un beso
Hola Nohemí,
Espero que no te importe. Hoy he escrito una entrada en el blog, comentando estas reflexiones tuyas.
Un saludo
Amalia
Estoy totalmente de acuerdo con Neta, en que es mucho más fácil quejarse y recordar las cosas malas, que recordar las buenas.
Es cosa de hacer un simple cálculo matemático, con la cantidad de niños que hay, son pocas las que salen por ahi quejándose, pero eso sí, lo hacen con bombos y platillos!
Tenemos la suerte de estar en un país como España, con una de las esperanzas de vida más altas, con un excelente sistema sanitario y que sin embargo es de los que menos dinero invierte en salud de toda Europa (mirar informe OMS), el secreto es sabido, se mantiene con los bajos sueldos que se le pagan a nuestros médicos.
Los médicos, que parece que siempre son los malos de la película, que se pasan estudiando entre 10-11 años, para que luego cobren menos que la mayoría de países y que además de todo sean mal tratados.
Ahora resulta que son los culpables de las enfermedades. Esta afirmación que se hace es tan grave, que como mínimo se deberían presentar «pruebas». Pero claro, siempre es más fácil hablar de la minoría, hacer una generalización y quedarse tan ancho. Y aunque le haya tocado un médico, que como cualquier hijo de vecino, se mete en algo tan propio de los padres como es la crianza (de lo cual todo el mundo opina, y sin embargo no hay entradas sobre ellos en los blogs), eso por supuesto no implicará que el niño se enferme.
Creo que el mecanismo para adquirir enfermedades, es muchisimo mas complejo que dejar que el niño llore, y no hace falta ser médico para esto.
Por último, creo que si para usted y para algunas otras, los pediatras son tan inútiles, la cosa es muy fácil, no vaya al pediatra. Asi las consultas estarán menos saturadas, y sólo habrá gente que realmente necesite ayuda, y sepa valorar la que le entregan.
Bueno, en España tenemos la costumbre de elaborar nuestras propias estadísticas personales, del tipo “el 90% de los pediatras son unos zotes” o “el 90% de los pediatras son unas bellísimas personas”…
Como yo no tengo en mi mano una estadística real sobre la aptitud de los pediatras, especialmente en el tema de lactancia y crianza (sólo tengo mi impresión personal como padre, y es lastimosa), creo que el método a seguir por los padres podría ser el siguiente:
1. Se visita por primera vez a un pediatra. Se le tantea al pediatra (aquí cada cual tendrá sus habilidades propias) en temas de lactancia, crianza, y otros temas sensibles. Según como lo hagamos, no tiene ni por qué darse cuenta.
2. Según sus reacciones, uno toma la decisión interna de volver o no volver a ese pediatra. Sin necesidad de discutir.
3. Se hace correr la voz sobre la conversación con dicho pediatra y sus datos, para bien y para mal.
4. Si no ha sido de nuestro gusto, cambiamos de pediatra.
Pero, para mí, hay más. Por supuesto que esta no es la solución, como la solución a la telebasura no es apagar la televisión, que pagamos todos a través de la publicidad, sino cambiar la televisión para que sea para todos, no solo para una masa ¿mayoritaria? de ciudadanos. Igualmente, no me basta con que mi hijo en concreto se salve de un mal pediatra: yo quiero salvarlos a todos, quiero que todos los pediatras sean excelentes. Y no es por altruismo: resulta que mis hijos van a convivir con los hijos de los demás, así que estoy interesado en que esos niños estén mentalmente sanos…
Todos los pediatras deberían darte el mejor consejo posible basado en lo que a día de hoy sabe la ciencia. ¿Y no es la ciencia la que apunta que lo mejor para la salud física y mental del Homo Sapiens es la lactancia materna a demanda y prolongada? ¿Cómo es que los pediatras no recomiendan en sus consultas el colecho, cuando la OMS dice que es el mejor método conocido para prevenir la muerte súbita? ¿No es la ciencia la que dice que la presencia permanente de la madre cerca del niño pequeño y su contacto piel con piel son fundamentales?
Algo de razón lleva quien apunta a que el problema no son sólo los pediatras, sino los padres. Pues es cierto que los padres se dirigen al pediatra a pedirle consejos para los cuales éste no tiene formación: cómo dormir al niño, cómo alimentarle, cómo educarle, etc. Y el pediatra, en lugar de contestar: “yo no tengo esa formación, señores, acudan a un nutricionista, a un sicólogo, a un grupo de apoyo a la lactancia”, se endiosa y responde con sus propios prejuicios personales (sean los que sean) como si de conocimientos científicos se tratase.
Pero es el propio entorno sanitario el que ha hecho creer a esos padres que tienen todas esas respuestas, y que es el personal sanitario el que debe tener todo el control sobre embarazo, parto, posparto, lactancia, nutrición, salud en general, vacunaciones, crianza y educación. De manera que los ciudadanos acuden a las consulta sin ningún bagaje, y se ponen a ciegas en manos de la industria sanitaria, en la creencia, imbuida por la propia industria, de que si no lo hacen les pasarán cosas horribles…
Gracias a Neta, Naty y Antonio por vuestros comentarios. El debate, creo , es la mejor forma de concoer y reconocer posturas y sacar conclusiones positivas.
Ahora voy saliendo pero en cuanto pueda os cuento mis opiniones…
Amalia: por supuesto puedes usar la entrada para tu blog o comentar sobre ella.
Un abrazo a todos
Me gustó el post según comenzaba y el tema de la elección del pediatra, aunque en mi opinión no sean necesarios los mismos estudios para llevar un hotel, que para ser pediatra, o médico de cualquier otra especialidad.
Me parece que después se mezclan con muchísima alegría las churras con las merinas. Se critica la prevención, cuando la lactancia materna, en sí, no es otra cosa. Me explico: la lactancia es alimentación, ya que yo puedo estar tan o más vinculada a mi bebé alimentado (y nutrido) con biberón que alguien que amamanta.
¿Por qué es preventiva? por los beneficios que la LM de defensas y demás, supone. Entonces si se critica la prevención de los pediatras y transformar al cliente preventivo en paciente ¿porqué se le critica que intervenga o no en la elección de teta o biberón?
Porque nutricionalmente, es decir, lo que mantiene a un bebé vivo y bien alimentado…eso también se consigue con biberones.
No vengo a sembrar discordia entre teta-biberón. Cada decisión que se toma será con determinadas variables, incluidas las razones para tirar la toalla. Y todas respetables.
Lo que quiero es romper una lanza por la prevención en general, incluida la lactancia o el consejo de los pediatras al respecto.
Pese a que yo piense, que a un pediatra, lo que le tiene que preocupar, es si un niño, habiendo comido (teta o biberón) no gana peso, por ejemplo. O si la madre que amamanta se medica, o si está preparando correctamente los biberones con la cantidad correcta de agua. Eso sí es trabajo del pediatra, no posicionarse en una u otra opción que amargue la vida de, sobre todo, las novatas y primerizas madres.
Al pediatra (MÉDICO) lo que es del pediatra, y a la madre lo que es de la madre (instintos incluidos)
Vivan los pediatras (mayoría) que como la primera que tuvo mi hija, me animaba a ir todos los días en épocas de mocos y de décimas para, auscultándola, detectar cuanto antes cualquier infección, sin que nadie en urgencias me la hiciera una radiografía (innecesaria e invasiva en opinión de esta pediatra)
Vivan los pediatras que conocen su trabajo, y sus objetivos, y que han estudiado mil años una especialidad por amor a las personas, los niños y la salud. Y vivan los pediatras que no pierden la perspectiva de su trabajo, funciones y objetivos sin dejarse amilanar por nuestras más que cuestionables opiniones sobre el trabajo ajeno (ya se sabe que solemos saber más que el médico, el mecánico, y que el entrenador de fútbol)
Saludos
Pues mi pediatra es muy buena, pero no por eso me permito el lujo de decir que todos sean asi de competentes o de entregados.
He conocido mas malas experiencias que buenas, y tambien las he vivido con pediatras transitorios y en las salas de urgencias, gente que no se puede decir que sean pediatras de vocacion, mas bien parece que no llegaron al cupo para la especialidad que les interesaba, y se apuntaron a la que quedaba libre.
Totalmente insensibles y muy poco comprensivos, totalmente desinformados, aunque algunos eran recien salidos de la carrera, lo intuyo por la edad, no por otra cosa…
Decir que hay mas buenos pediatras que malos es tan osado como decir que hay mas malos que buenos… asi que mamapediatra esta cometiendo el error que critica. Entiendo que se sienta ofendida por la parte que le toca, pero de ahi a escribir todo lo que le he leido me parece un error por su parte, porque mas bien parece corporativismo, que otra cosa. Que ella sea buena pediatra no quiere decir que todos lo sean, ni tampoco que halla que levantar un pedestal al que hace bien su trabajo, al fin y al cabo si yo no hago bien el mio, o me despiden o no cobro….vamos.
A ver si por ser «gratis» la asistencia sanitaria, tenemos que conformarnos con lo que nos den, solo faltaria.
En la salud no sirve lo de » A caballo regalado no le mires el diente», o «menos da una piedra». Se trata de salud, y la asistencia no es que sea gratis precisamente, todos la pagamos y tenemos derecho a una atencion digna y a poder ser personalizada, que cuando se va a urgencias, sobretodo, parece mas bien que entras al matadero, como si de ganado se tratara.
Nohemi estoy totalmente deacuerdo contigo, siempre.
gracias porque una se llega a sentir un bicho raro.la persona consciente de la realidad se enfrenta a los muros que pone la inconsciencia de la mayoria.que critica,juzga y ridiculiza dar amor ante todo lo demas.
jamas he dejado que mi hijo se ponga rojo de tanto llorar,practico el colecho,lo llevo en la mochila pegado a mi si no quiere carro,y si no lo llevo en mis brazos.todo esto me ha convertido en alguien diferente ,raro,una madre malcriadora,y por tanto a el un niño muy mimado…
el unico consejo que escuche antes de ser madre,y el unico consejo que yo daria a quien lo vaya a ser es: no escuches consejos de nadie…
los que han sido padres y difieren de tu postura,te condenan,e incluso quienes no han sido padres se permiten el lujo de aconsejarte.
y los pediatras a dia de hoy ,saben de niños de libro,pero no de piel y hueso…esa es mi experiencia.
saludos
La verdad es que mucha suerte no has tenido…
Puedo decirte que yo empecé en la pediatría sin haber sido madre todavía. Y es cierto que ahora muchas cosas no las plantearía del mismo modo.
Como profesional para mi es muy importante no sólo la enfermedad en los niños (y su entorno), sino también cómo se desarrolla y cómo vive en la salud. Esto es: qué come, cómo duerme y si recibe afecto.
Para mi es importante que un niño duerma y descanse bien, que el colchón sea apropiado, que tenga espacio para moverse, que la ropa con la que duerme abrigue en su justa medida.. etc. Pero tengo en cuenta que no todos podemos permitirnos lo mismo, o que no todos queremos dormir solos o acompañados.
(Yo misma a mis años… no quiero dormir sola si puedo elegir dormir con mi marido).
A lo que voy que me importa el método y el resultado, pero mientras estos sean correctos, no le voy a decir a la familia qué marca de colchón, o si el niño debe dormir con la abuela en lugar de con la madre o solo. Lo importante es que se desncase apropiadamente.
Respecto a las leches de fórmula en la consulta. Si te soy sincera, yo no sabía que era ilegal tenerlas a la vista; hasta que no llevaba un mes trabajando y me interesé en ese aspecto tan raro de la consulta. Era un engorro tenerlas bien colocadas, y pensé.. esto parece una farmacia.. y a mi me suena que a quí no pega. Lo teníamos todo abarrotado de muestras, y cada semana venía un representante con más y más. (Un dineral en leche). Leí al respecto… y me quedé de piedra.
Lo siguiente fue esconderlas y llevar una parte a nuestra sala común para nuestros cafés…
Lo cierto es que siempre nos queda mucho que aprender… y las críticas que solemos encajar tan mal deberían hacernos ver de forma más positiva qué aspectos podemos mejorar y en qué aspectos, por suerte, no andamos desatinados.
Un apunte chiquitito… nos dedicamos a la salud porque nos gustan las personas, nos dedicamos a los niños porque nos encantan. La mayoría de los profesionales de estos sectores estamos abiertos a las familias. Tened un poquito de paciencia y conocednos.. no temáis al pediatra o penséis que la enfermera sólo va a decirnos que con 7 meses un tercio y mitad de huevo de avestruz es lo más saludable… Queremos ayudar y ver cómo vuestra familia crece sana y feliz 🙂
Gracias. Es siempre un placer y una lección de vida leerte Nohemí.
¡¡Hola a todos!!
Como madre pediatra bastante comprometida con la crianza natural y la lactancia materna, he de decir varias cosas:
– A mi consulta vienen millones de madres que no quieren oír ni hablar de la lactancia materna. Se sienten esclavas. Y en ellas yo y otros compañeros hemos hecho bastante esfuerzo en recomendarles lo contrario. Además, muchas se autojustifican (se quitan la culpa de ello) con que engorda más, se conoce la cantidad que toma, se la puede dar otro… En este punto, deberíamos cuestionarnos (como ya lo hacemos en este y otros blogs y webs) el escaso apoyo social, sobre todo en lactancias prolongadas.
– Los pediatras deberíamos encargarnos única y exclusivamente de la salud de los niños, no de la crianza. Como bien dijo Antonio, cuando los padres buscan consejos alternativos al de las abuelas de las criaturas, lo hacen en la vecina, prima, amiga, internet y pediatra. No hay estudios científicos fiables que hablen de si es mejor dormir al niño a las 8 de la noche que dormirle a las 10, o si es mejor comer a las 12 o a las 14 horas, ya que esos «hábitos» son culturales (en África comen 2-3 veces al día y en Europa 5-6).
– Es obligación del médico, del farmaceútico, del cristalero, del fontanero…estar al día en su profesión.
– No estoy para nada de acuerdo en que el pediatra y el médico en general no se preocupa por su paciente. Para mí, que me encanta mi trabajo, el pequeño ser y el gran ser que acude a mi consulta, y sus padres, son superimportantes, e intento siempre ponerme en su lugar para aliviarles sus preocupaciones.
Un beso a todos y para ti, Nohemí, el más grande.
MUAS
Sobre este tema hay muchísimo que opinar y debatir, se podría escribir un libro. No entiendo como la mayoria de los integrantes del sistema sanitario no somos capaces de hacer una autocrítica, o simplemente recibir criticas sin sentirnos directamente criticados en todos los sentidos. Aquí solo han hablado que los profesionales sanitarios no estamos lo suficientemente preparados o formados en relación con la lactancia materna y la crianza con apego, no se ha criticado todo lo demás, aunque muchos mas aspectos merecen critica. Hoy por hoy estoy embarazada y acudo a las charlas de la matrona donde nos dicen que la lactancia materna es lo mejor, que lo ideal es que sea exclusiva hasta los 6 meses y que mientras tanto nuestros bebes no necesitan sino eso; teta a demanda. Luego en el materno como el bebe tenga hipoglucemia, le darán un bibe porque claro tiene el azúcar bajo y tiene que comer, no son capaces si tan urgente es dárselo con un jeringa para no dificultar el posterior enganche a pecho. Si no consigues que te coja el pecho habrán muchos que te ofrecen un bibe y pocos los que te ayudaran a darle el pecho a tu bebe. ( no hablo del desconocimiento, he trabajado en ese hospital). Si aun así has conseguido darle el pecho a tu bebe cuando vayas al pediatra, según el que te toque te dirá que es a demanda o no que es cada 3 o 4 horas, y si no engorda lo que se supone que debería, no te preguntaran si ves a tu niño activo, contento y con buen color o si por el contrario duerme demasiado apenas llora y esta muy inactivo, no simplemente te dirán que no tienes leche, que no alimenta o que no come lo suficiente y que hay que complementar con biberón. Si sobrevive la lactancia los 4 primeros meses le meterán la alimentación complementaria de una forma muy estructurada y ordenada siempre reduciendo la LM. ¿ Donde que el consejo de la matrona de lactancia materna a demanda los 6 primeros meses? ¿No estamos ya ante el primer fallo si varios profesionales sanitarios ya desde el principio se contradicen? La matrona, el pediatra y la enfermera pediatrica se deben complementar, no contradecir. Los pediatras deben formarse si van a dar consejo sobre alimentación y crianza. A las enfermeras no nos vale decir esto no nos lo enseñaron en la universidad, tampoco lo usamos cuando nos toca hacer una técnica que no hicimos en las practicas, lo aprendemos y ya esta. Tenemos una formación muy amplia y muy variada, pero muy general sobre todas las especialidades y debemos formarnos mas específicamente en lo que al final nos toca trabajar. ¿ Por que si lo hacemos si nos toca trabajar en urgencias o en la UMI? Como defensa, pues no hay que tirar piedras contra el propio tejado, es muy difícil estar formado en todo cuando por el sistema de contratación podemos estar 2 meses en una planta de cirugía, 3 en hematología, 2 en urgencias, 4 en pediatría, 1 semana en digestivo y así sucesivamente. No se puede estar formado perfectamente en todo, pero si hay que reconocerlo y que podemos mejorar, la situación laboral nos lo pone muy difícil, pero ni los niños ni las madres tiene culpa de eso y siempre hay que intentar hacerlo lo mejor posible y si algo no se sabe al menos reconocerlo. Y por supuesto el programa del niño sano sirve para algo, pero se supone que es para una correcta vacunación de la población y la detección precoz de algún problema, un problema medico real. La alimentación y la crianza debería ser algo mas flexible deacuerdo con las opiniones y creencia de los padres siempre y cuando no sea perjudicial para el niño. Y acaso, la teta y los mimos lo es?
Gracias Jesica por tu valiosa opinión ♥