Hace unos días recibí un comentario en el Blog de una madre que había sufrido la muerte de su bebé durante la gestación. He tenido unos días duros a nivel personal y no quería responderle hasta dedicarle el tiempo que se merecía.
Os copio su comentario y mi respuesta esperando que le sirva no sólo a ella, sino a todos los que pasan por algo parecido.
Hola soy Patricia tengo 36 años y el 10 de noviembre de 2009 perdí mi primer embarazo, a las 11 semanas y 5 días, y todavía estoy muy triste. A veces me pongo a llorar por pequeñeces, se me hace imposible contener las lágrimas, todo me afecta. La semana pasada estaba estrenando un vestido y creí que lo había manchado y me puse a llorar con todo mis sentimientos, y cuando pude calmarme y lo razoné en realidad no lloraba por el vestido sino porque de un momento a otro lo que estaba perfecto se arruinó, y no soporté perderlo, aunque sólo se trate de un vestido. No logro afrontar sin angustia el perder nada, todo me recuerda el haber perdido a mi bebé. Constantemente trato de ser fuerte y dejar el llanto atrás, y tengo estados de ánimo a veces totalmente opuestos: ayer en la cola del super me causó gracia y hasta me gustó que pensaran que por la panza que aún tengo que estoy embarazada, y sin embargo hoy en el trabajo me crucé con una compañera que no veía hace meses y se ve que no sabía que ya no estoy embarazada y cuando me saludó me dijo: Hola, tanto tiempo sin verte, Cómo anda la futura mamá? y después de escucharla se me paró el corazón y saque fuerzas para dibujar una sonrisa y decirle : «Bien», y seguir caminando. Sus palabras me inmovilizaron tanto que no pude decirle que perdí el embarazo. Me siento morir cada vez que tengo que decirle a alguien que me felicita por el embarazo o me pregunta cómo va, que ya no estoy embarazada. Me duele mucho, muchísimo decir «LO PERDI». Porque con esas dos palabras me da la sensacion de que yo hice algo para que esto pasara, me hace sentir culpable. Y yo jamás hubiese querido perderlo, yo lo amé desde que deseaba que lo engendráramos, yo lo amo con todo mi corazón, todos los días, lo extraño, y hubiese dado la vida por él. Me niego a decir que yo lo perdí, más bien no pude hacer nada para que se quedara…
Mi respuesta:
Querida Patricia :
Ojalá no te entendiera. Ojalá ninguna madre tuviera que sentir el dolor de la muerte de un hijo, tuviera la edad que tuviera y ojalá todos los que nos rodean supieran tratar el tema como necesitamos.
Tu dolor es real, igual que lo fue la vida que tenías dentro. Muchos no lo entienden porque no conocieron al bebé, no tienen nada que recordar ni que llorar, pero igual que yo no he visto nunca a muchas amigas virtuales y por eso no dejaría de llorar su pérdida, tú lloras al ser que has sentido y sabido dentro de ti.
Fuiste su madre como tú misma dices desde que deseaste engendrarle y lloras como cualquier madre que sufre la muerte del hijo de sus entrañas.
Llora todo lo que necesites porque es el primer paso para afrontar tu duelo.Nos han criado en la cultura del : “no llores” y hasta yo misma me veo muchas veces repitiéndoselo a mi hijo. Hasta que me doy cuenta y le digo: “Llorar no es malo cariño, lloramos cuando estamos tristes, enfadados, cansados, cuando nos duele algo, cuando nos hacemos o nos hacen daño o cuando no sabemos qué nos pasa”…
Yo misma me he visto diciendo “lo siento” cuando he roto a llorar al hablar de mi bebé, como si estuviera haciendo algo malo o incorrecto. Ese es el problema (bueno, no el único, pero sí uno de ellos) pensar que no debemos llorar, que molestamos a los otros. Tú has de llorar porque es un mecanismo para liberar tensiones, incluso para demostrar por fuera el duelo que va por dentro. En algunas culturas se contrataban mujeres para que lloraran durante el funeral cuando un familiar moría: «las plañideras” . Curioso ¿no?, hemos pasado de pagar para que hubiera más llantos que demostrasen la pena y el dolor por la muerte de quien queríamos a negar ese dolor, a intentar taparlo u ocultarlo.
Si lees algunos de mis artículos de las primeras semanas tras la muerte de mi niña expreso justo lo mismo que tú. Odiaba la expresión “perder al bebé» porque no lo había perdido, se me había muerto.
Perder implica que uno hizo algo para desencadenar esa ausencia, que no lo cuidó como debía y en ese punto del duelo en el que ya de por sí se experimenta la culpa, esas palabras se hacen demasiado pesadas.
Al final reconocemos que es una forma de hablar, un eufemismo, porque nos sigue pareciendo duro llamar a la muerte por su nombre, sobre todo en estos casos.
Hasta yo puse ese título en la página del blog que trata ese tema, me imagino que porque no quería que quien entrara en el blog buscando información sobre la VIDA, se topara de frente con la MUERTE, por muy real que sea esa posibilidad.
Esa rabia que ahora sientes es normal, incluso buena, porque indica que has pasado las primeras etapas de shock de no creer que eso fuera posible. Ahora has de seguir caminando hacia la siguiente. No te voy a decir que el tiempo lo cura porque no es cierto, más bien es que el ser humano tiene una capacidad de adaptación increíble que nos hace seguir a pesar de todo.El otro día vi en Tv una escena en la que una periodista le pregunta a una mujer sobre cómo es la vida en su barrio y la mujer le habla del problema de drogas que habían tenido allí y que le hizo perder 3 hijos. De repente, la mujer que había estado charlando con la vecina tranquilamente, rompió a llorar y yo pensé:
-“Dios mío, ¿cómo puede una mujer vivir tras la muerte “prematura” de 3 hijos?”.
Pues se puede, evidentemente rota, triste, descorazonada, herida, pero de algún modo se puede. Luego el cómo sea nuestra vida después de esto dependerá de muchas cosas. Del tipo de vida que tenemos, de si hay más personas que te aportan felicidad, de si hay otros que dependen de una, de si te sientes útil para los demás, de si tienes fe que te explique el por qué y esperanza en que estas cosas son pasajeras. Cada uno se recompone con lo que tiene a mano.Algunos tienen todo eso y otros no tienen nada. De ahí que hay quienes lo superan y siguen adelante y otros que se hunden en el dolor.
Yo personalmente intento que mi dolor no me amargue, que mi carácter no se vuelva agrio, que mi dolor tenga algo positivo, aunque sólo sea el hecho de hacerme más compasiva con el dolor ajeno, o de saber que cuando alguien pasa por algo así mis palabras pueden servir de algún modo. Creo sinceramente que el ayudar a otros es la mejor forma de ayudarse a sí mismo. Igual por eso egoístamente tengo este blog, porque saco más de lo que puedo aportar.Querida Patricia busca quien te escuche, quien sepa verte llorar y te abrace en vez de decirte que sigas, que ya pasó. Busca gente con la madurez emocional necesaria. Yo la he encontrado, sorprendentemente no en quien pensaba, pero ese tipo de personas están, si no en tu entorno físico, existen otros canales de comunicación con personas que te van a comprender. Afortunadamente los grupos de apoyo virtuales pueden ser una gran ayuda.
En esta página tienes varios enlaces para buscar aquél que te haga sentir mejor.
Y en este lugar, en este rincón de la maternidad, con sus 2 caras, tienes siempre un hueco , unos oídos y unos brazos, aunque sean en la distancia.
Un sentido abrazo para ti y un recuerdo para tu bebé que ya no está.
Nohemí
felicidades nohemí por poner en palabras tus sentimientos (cosas que tantas veces nos cuesta tanto). eso servirá sin duda a las mujeres que pasen por lo mismo que tú. te felicito también por mostrar, una vez más, tu sensibilidad y tu empatía. un gran abrazo (virtual, y en breve, real)
No he podido contener las lágrimas después de leer estos comentarios.
Lo siento………ufff, de corazón lo siento……………..
Sólo les puedo decir con este nudo que ahora mismo se me ha quedado en la garganta, que aquí estoy si necesitan ser escuchadas o si necesitan que lloremos juntas.
Pude ver el dolor en tus ojos Noehmí ,el día que fuimos a recoger el fular a tu casa ,al hablar de tu pisquito y me emocioné tanto al abrazarnos y verte llorar ,que durante todo el camino hacia casa, no dejé de pensar en ti, en tu sufrimiento y en cómo me podría sentir yo si algo parecido me llegara a pasar. La verdad es que te doy mis más sinceras felicitaciones por la fuerza y la entereza(aunque la procesión se lleva por dentro)que demuestras siempre, tu apoyo incondicional a otras mujeres y el cariño que, sin conocerme, me diste.GRACIAS!!! y gracias por compartir tus sentimientos, tu tiempo y todas tus ganas de seguir luchando con cada una de nosotras en tu página.Eso te hace grande.
Un abrazo muy fuerte Patricia,sigue luchando así por superar tu dolor,nosotras estamos aquí para avanzar junto a ti con el apoyo que te podamos dar.
Y un beso muy fuerte para ti Noehmí, guapetona, cuando te quedes sin aliento,mira a Iker, tu niño hermoso, él te dará la fuerza necesaria para seguir luchando.
un beso fuerte,
Yurena
hola patricia,lo siento mucho cariño.se por lo que estas pasando,creeme,yo he perdido tambien y no solo uno sino dos,asi que se perfectamente por lo que estas pasando.es el momento de expresar esos sentimientos como mas te epetezca,es tu momento de desahogarte como te plazca.animo y un besote fuerte mi niña!!!!
un besote para ti tambien nohemi y gracias por ponerme siempre los pelos de punta asi me doy cuenta de que todavia tengo sentimientos jajajajajajaj.muak
Nohemí, gracias por tus palabras y por este lugar para expresarme. Doy gracias a Dios cada día por mi esposo Matias que es quien me contiene y me abraza cada vez que lloro, y sólo él sabe como hace para llevar su propio dolor, ya que para que yo no me ponga mal, nunca me muestra sus lágrimas, aunque sé que esta tan triste como yo.
Yurena tambien gracias a ti por tu aliento y a a ti Ingrid debo decirte que tus palabras me llegaron profundamente y podria decir que las senti como un «permiso» para expresar mis sentimientos y me alivio, me liberó del mandato social que como dice Nohemí nos prohibe llorar, Gracias a las tres. Patricia
Impotencia es lo que se siente… Hay un libro que habla de cesárea y que expone que el dolor de perder un bebé es muy parecido a la realización de una cesárea, y aunque yo creo que el dolor no es el mismo la sensación de pérdida sí lo es, y es demasiado cruel que una mujer tenga vivir con estos sentimientos para siempre.
Siento mucho pero mucho que haya mujeres que tenga que sufrir la muerte de sus hijos, tengan el tiempo que tengan, pero sepan que yo personalmente intento pensar en positivo para hacer llegar al resto del mundo pensamientos y sensaciones positivas, y espero que lleguen las vibraciones!! Yo creo en el secreto, y todo pasa por algo, y como dice Nohemì ella «tuvo la necesidad» de abrir en su blog un apartado para que mujeres que lo necesiten puedan tener «su rinconcito» para «llorar» sin ser acusadas de «locas». En esta sociedad, llorar la muerte está siendo casi una locura… el mes que viene hará un año que falleció mi abuelo a la edad de 85 años, se fue mientras dormía, y yo lloré mucho, y aún sigo llorando su pérdida, y muchos me dicen que «que era mayor», que «le tocó»… y aunque sé que en este mundo todos nos vamos «unos antes y otros después», me niego a no llorar que ya no tengo a mi abuelo para decirle lo mucho que lo quiero, para abrazarle!!! … lo siento!!!
hola bueno yo solo quiero decir k tambien e pasado pero en mi casi el aborto fue voluntario por que no tenia las posibilidades para procurar a mi bebe de todo lo que nesecitara pero aun asi llore y lloro haber dejado ir a mi bebe se que el dolor es como una espina que va a estar siempre pero trata de recordar con alegria el dulce recuerdo de saber que dentro de ti llevaste una vida que llevas por siempre en tu memoria
Ánimo, aunque no te sirva esa palabra, llora si quieres hasta extenuarte, hasta que solo seas lágrimas, pero después da un puño en la mesa y levántate, sigue hacia adelante con la imagen de tu hijo en el corazón, el/ella siempre va a estar ahí, no le querrás menos por mirar al frente y desear un nuevo embarazo y pensar que hoy el que hubiera sido su hermano/a quizás duerma y sueñe en tu vientre con ver la cara a su mamá.
Querida Mayte gracias por tus palabras, me has leido la mente, hace unos dias ronda en mi cabeza la idea de un nuevo embarazo, pero aun tengo miedo
Patricia, subscribo las palabras de Nohemí: el dolor no se va y nosotras nos adaptamos a él. Transforma este dolor en algo positivo, que te sirva para crecer, sin olvidar jamás el amor que sentías por tu hijo.
Puedo entenderte muy bien porque tambien lo he vivido, aunque aún ahora te parezca difícil, vas a seguir adelante. Sustituye el dolor por amor cuando recuerdes a tu hijo, piensa en todo el amor que te ha proporcionado. El amor cura.
Un abrazo cálido,
Hola,
antes que nada, quería decirles a todas aquellas que hayan sufrido una pérdida, y en especial a Nohemí y Patricia, que lo siento mucho y que espero que logren vivir con ello y seguir adelante valorando y apoyándose en las cosas positivas que les rodeen. Como bien dice Nohemí, el tiempo no cura pero ayuda a convivir con el dolor.
Quería comentar que yo misma hace años, cuando no conocía la maternidad ni había conocido ningún caso de pérdida cercano no entendía el dolor que ello podía producir, pensaba que no podía doler perder algo que nunca habías tenido realmente, ahora sé cuanto me equivocaba.
Años más tarde mi hermana perdió en el cuarto mes de su primer embarazo a unos gemelos. Hablé mucho con ella, viví su dolor, traté de ayudarla dentro de mis posibilidades y comprendí que desde el mismo instante que una mujer engendra un hijo, ya es parte de su vida, de su ser.
Al poco tiempo, una amiga muy cercana tuvo una pérdida incluso antes de saber que estaba embarazada, y también la lloró. A raiz de todo esto me enteré de muchos otros casos anteriores en la familia de los que yo nunca había tenido noticia y me dí cuenta de que es algo más frecuente de lo que yo creía. A veces esto se esconde porque es algo doloroso, porque la gente no lo entiende, como yo no lo entendía antes, y también porque la frustración de perder a un hijo es tan grande que no se suele comentar, duele mucho que te pregunten por ello, incluso a veces la mujer de alguna forma se siente culpable o no válida, cuando no es así realmente.
Años más tarde tuve a mi primera hija, Irene, y experimenté lo que había aprendido de mi hermana. Como bien dice Patricia, la quise desde que intenté quedarme embarazada y mi amor por ella fue creciendo cada día. La espera de su nacimiento fue una experiencia fantástica. Me encantaba observar, sentir y disfrutar de todos y cada uno de los cambios que se producían en mi cuerpo durante el proceso. Seguí y aún sigo la evolución de mi hija con gran cariño y fascinación.
Tras cumplir Irene tres meses falleció mi madre y luego vino el año más triste y más feliz de mi vida. Se unieron los dos sentimientos más intensos que había experimentado nunca, pero opuestos. La tristeza de la pérdida de mi madre me hacía llorar a cada momento (no dejen nunca de llorar cuando lo necesiten, es un gran desahogo), y la alegría de la llegada de mi hija me hacía reir cada día. Muchas veces experimenté ambos sentimientos a la vez y me veía llorando y riendo (nunca había pensado que esto fuese posible) mientras jugaba con mi hija. Me centré totalmente en ella pues era lo que más me llenaba en esos momentos, lo que me ayudó mucho a seguir adelante. Ya han pasado dos años y medio, y recientemente, hace 5 meses llegó Elena a la familia. Sigo acordandome cada día de mi madre y la tengo siempre presente en mi cabeza y mi corazón.
Aunque sé que es mucho más duro perder un hijo que una madre (pues va contra natura), basándome en mi experiencia, quería comentarles varias cosas (aunque muchas las nombró Nohemí en su carta): que tras una pérdida el tiempo no cura pero ayuda mucho a sobrellevar el dolor que tenemos dentro. Que nuestra actitud influye mucho en nuestro sentir, el centrarnos en cosas que nos den alegría y apoyo, si las tenemos, poco a poco nos va a hacer sentir mejor. Que debemos valorar lo que tenemos y lo que hemos tenido (prefiero tener dolor por haber perdido a una madre maravillosa, que nunca haberla disfrutado). Y finalmente que el expresar nuestros sentimientos (llorar, reir, …) también es muy buena terapia.
Un abrazo,
Esther
Hola!
Hace tiempo que no sabía de tí, Nohemí, y la última noticia que tenía tuya era que estabas embarazada. Siento muchísimo lo de tu bebé, por tí y por todas las madres que tienen que pasar por eso. Cuando estuve embarazada tuve amenaza de aborto y lloré mucho, sólo por la posibilidad de perder a mi niña. Entiendo muy bien cómo os sentís, sobretodo en lo que respecta a la culpa.
Es muy difícil vivir con la culpa. No sé si me recuerdas, soy la mamá de Irene, una niña prematura a la que intenté relactar. No lo conseguí.
Se preguntarán por qué les cuento esto, pues verán: mi hija nació hace casi un año y medio y mientras escribo esto lloro por el gran sentimiento de culpa que aún siento con respecto al nacimiento y lactancia de mi hija.
Ahora estoy empezando a superarlo, cada vez que intentaba decirle a alguien que me sentía culpable por todo lo que había pasado, siempre me decían: «pero si no fue culpa tuya». No sé si fue o no mi culpa, nunca lo sabré y nadie fue capaz de entender que esa frase vacía no me consolaba, peor aún, me hacía sentir incomprendida.
Sólo he conseguido irlo superando poco a poco, convenciéndome a mí misma de que, fuese o no culpa mía, no fue en ningún momento mi deseo ni mi intención que todo aquello sucediera de la forma como ocurrió. Es más hubiera dado cualquier cosa porque ella hubiera nacido a término, pero eso ya no lo puedo cambiar y la culpa evita que pueda avanzar, me ata al dolor de lo que pasó y a veces no me ha dejado disfrutar de las cosas buenas que he vivido en estos casi 18 meses.
Sólo quería contarles brevemente mi historia para desahogarme porque hacía mucho que no hablaba de ello y para decirles que las entiendo y que espero que puedan superar su dolor lo antes posible.
Un beso
Hola. Acabo de encontrar este blog y casi no veo la pantalla por las lágrimas. Sufrí un aborto espontáneo hace cuatro meses. Era un niño ya tengo una niña de 9 años y estábamos tremendamente ilusionados con la llegada de este nuevo miembro. Pero la vida no permitió que mi niño naciera vivo. Fue horrible. A nivel físico se supera rápido pero a nivel emocional siento que no doy salido del agujero. Hoy cuatro meses después el dolor por esa pérdida no se mitiga. Está igual que ese día. Siento rabia por no haber podido retenerlo. Desesperación por no saber muy bien que pasó. Miedo de no conseguir superarlo. Impotencia. Son un montón de sentimientos que en ocasiones me agarrotan y me paralizan pero luego veo a mi niña y pienso que por lo menos la tengo a ella. La gente a mi alrededor no habla del tema teme hacerme daño o te dicen que si no nació por algo sería y que mejor ahora que cuando pasara más tiempo, que si Dios hizo eso por algo será etc. Frases que sinceramente causan más dolor que alivio. Siento que nadie me entiende o que no entenderían por lo que estoy pasando. Por eso encontrar una página como esta me ayuda mucho porque siento que me entienden qu lo que siento no está mal que es normal. Ahora temo el mes de mayo que es cuando tendría que nacer pero estoy intentando mentalizarme para que no me afecte mas de la cuenta. Espero que el tiempo me traiga la resignación que necesito para poder seguir. Se que el dolor no desaparece sino que se aprende a vivir con el
Bueno gracias por permitirme desahogarme.
Ana