Una vez le pregunté a una conocida que se había quedado casi ciega cómo fue el proceso de adaptación a su nueva situación. Me comentó de las dificultades a las que se tuvo que enfrentar, la frustración de no saber desenvolverse por sí misma, el miedo a no ser capaz de ser independiente de nuevo, el no poder superar la tristeza y la rabia de saber que había cosas que ya no podría hacer.
Hacer el duelo de lo que tenías y ya no tienes no es fácil. Decir adiós a tus capacidades, a tus deseos,a tus ilusiones, a tus expectativas. A saber que partir de ese momento toda tu vida estará en cierto modo mediatizada por tu realidad.
En el caso de esta mujer el proceso de aprendizaje que hizo con la fundación de la ONCE le fue dando herramientas para adaptarse a su nueva situación de una forma acompañada, comprendida y poco paternalista.
[Tweet «No se niega la situación, se trabaja a partir de ella. «]
Hoy he recordado a esta mujer.
Hoy un «señor» me ha dejado en la Página de Facebook Mimos y Teta un comentario bastante soez al hilo de mi publicación con motivo de la SMLM 2015.
Copié el texto que escribí hace un año con motivo de esta celebración. En él cuento lo que ha supuesto para mi la lactancia a nivel personal y profesional como asesora de lactancia. Relato entre otras cosas cómo he vivido de cerca las lactancias frustradas y cuánto he aprendido de ellas. El respeto que me inspiran todas las madres y cómo he ido aprendiendo a no juzgar y mucho menos a culpabilizar. El texto se llama «Mi título de Lactancia».
En ese contexto ver un mensaje en el que un hombre dice textualmente:
«¡Que soba dais con la puta teta, coño!!!»
EN principio me cabrea mucho por varios motivos.
- Primero porque no soporto la mala educación y la grosería, sobre todo si es gratuita.
- Segundo porque no entiendo que alguien venga a mi fan page, dedicada como su nombre indica a hablar entre otras cosas de lactancia, a criticar la lactancia.
- Tercero porque estoy un poco cansada de la gente que se dedica a criticar desde el desconocimiento, la ignorancia o la frustración.
HE decidido responderle y al final increpado por algún que otro comentario donde le reprochaban su actitud y su vocabulario ha aparecido el verdadero motivo de ese comentario:
Copio textualemtne:
«Yo soy consciente de maternidad y paternidad….yo también soy padre.
Mi mujer lloró mucho por NO PODER amamantar a la criatura, por Eso estoy un poco cansado de tantas chorradas que escribís sobre la teta…. Mi hijo tiene dos añitos y se alimenta muy, muy bien!!!
Me imaginaba que los tiros iban por ahí porque la otra opción es la de los psicópatas anormales que creen que la teta es solo para el uso del macho y su satisfacción sexual. De esos ni comento porque ya se retratan solitos. Pero este caso me sonaba más a eso.
Es evidente que en ese hogar hay un duelo. Pero como en el caso de la mujer que os comentaba, en lugar de asumir la situación, la única respuesta al dolor que conoces es atacar a quienes sí han podido.
Es como si todos los invidentes del mundo se dedicaran a criticar los museos de arte y el cine, y a los fotógrafos por reivindicar el arte y la belleza de las imágenes cuando ellos no las pueden disfrutar.
Estimado Sr. siento mucho lo que le sucedió a su mujer.
Parte de mi trabajo es precisamente evitar que eso le pase a más mujeres. Pero ¿sabe? la solución no es matar al mensajero.
Aceptar la realidad: el duelo
La solución es primero aceptar que se quiso y no se pudo.
Si les apetece a ustedes pueden reflexionar o buscar el por qué, aunque no es imprescindible. Aquí no se trata de buscar culpables sino de buscar soluciones.
Esa lactancia frustrada ya no se va a recuperar, igual que mi amiga la vista. Pero igual que ella es feliz paseando cogida a su acompañante mientras este le describe cómo es la puesta de sol, muchas mujeres con lactancias frustradas en vez de odiar «la teta» y/o a quienes la dan y la disfrutan, viven mirando hacia adelante con paz y esperanza.
Conozco muchas mujeres cuyas maternidades posteriores han sido sanadoras y conozco algunas que decidieron precisamente sanar su herida no atacando al resto de mujeres, sino precisamente apoyándolas.
No le hace usted ningún favor a su mujer llamando «puta teta» al hecho de amamantar, porque de hecho era algo que ella deseaba, criticándolo así, critica su propia ilusión y aumenta su frustración.
Si me permite un consejo, mírela y dígale cuánto siente lo que pasó y cuánto le habría gustado haber podido hacer algo para evitar lo que pasó. Y usted mismo analice con quién está enfadado.
[Tweet «Los dolientes enfadados con el mundo realmente no lo están con el mundo, sino con lo que perdieron y con ellos mismos. «]
Disculpe que le haya tachado de impresentable, ahora sé que es la frustración la que hablaba.
Sólo recordarle que no es sano quedarse anclado ahí. Sobre todo porque si le molesta tanto ver lactancias felices va usted a sufrir mucho lo que le queda de vida, así que mejor aprenda a «ver» con nuevos ojos su realidad y a vivir feliz.
Moraleja:
«Si me molesta tu felicidad es porque me recuerda que no soy feliz.
Gracias por recordarme también que la felicidad depende de mi actitud, no de mis circunstancias»
PD: Dedicado a A. que me enseñó a ver de otro modo
Texto originalmente publicado en mi muro personal de Facebook