Hace unos días descubrí este vídeo:
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Y automáticamente me vi en cierto modo reflejada en esa canción… en una letra que hice mía:
Ella fue la primera
de sus hermanas en huir
de la casa que la vió nacer
hacia lo salvaje.
Cada día era un regalo
libre de sol a sol.
La montaña fue su salvación
y entre las fieras se crió.
Y EN LOS ÁRBOLES ESCUCHA
VOCES DE TIEMPOS REMOTOS
HA ELEGIDO CAMINAR
HACIA LO SALVAJE…
Uh uh uh…
»No teneis ni idea
de lo alto que puedo volar»
sentenció con un portazo.
No la vieron nunca más.
Cada golpe que le dieron
era una cuenta atrás.
Y ahora corre hacia el bosque
su fortaleza,su nuevo hogar
Y EN LOS ÁRBOLES ESCUCHA
VOCES DE TIEMPOS REMOTOS
HA ELEGIDO CAMINAR
HACIA LO SALVAJE…
Uh uh uh…
HA ELEGIDO CAMINAR
HA ELEGIDO CAMINAR
HACIA LO SALVAJE
HACIA LO SALVAJE
HACIA LO SALVAJE
HACIA LO SALVAJE
«¿Por qué?» diréis…
Pues no… no me he ido de casa a vivir al bosque… aunque a veces no faltan ganas… En esa letra encontré cierto paralelismo en el proceso que hemos vivido algunas mujeres para romper con una forma establecida de hacer las cosas… sobre todo en lo relacionado con nuestra maternidad.
Seguramente es el puerperio que te hace vivir en una especie de nube hormonal especial de oxitocina y prolactina… pero oigo esa canción y pienso en mi parto… en cómo he llegado a él… en la fuerza que te puede dar, como mujer, vivir algo tan salvaje, sobre todo si lo haces por ti misma… Como la tortuga del vídeo…
Si sois seguidores del blog ya conocéis mi vida maternal… mis angustias, mis penas y alegrías… mis luchas, mis deseos, mis esperanzas… mis obsesiones incluso…
Y sabéis cuánto deseaba recibir a nuestra hija como se merece, como se merecen todos los hijos del mundo… no solo con amor, también con respeto, con intimidad, en penumbra… Sin prisas, sin forzar, sin miedos… o con miedos controlados…
Tenía tanto deseo de vivir un parto así, que en cierto modo, temía que cualquier complicación frustrara mis deseos, así que también trabajé mis expectativas. Confiaba por completo en que íbamos a poder hacerlo, Mencía y yo… pero a la vez no me cerraba a la posibilidad de que no todo fuera como queríamos… desgraciadametne no somos perfectos y las complicaciones, aunque rara vez, pueden surgir incluso en medio de las mejores condiciones… así que me «preparé» ( si es que es la expresión correcta) para parir como quería, pero tomando medidas por si no fuera posible. Por eso preparé mi plan de parto que presenté en el Hospital Materno Infantil, diciéndome a mi misma que no lo iba a necesitar… pero sabiendo que incluso así, cumpliría su función… si no servirme a mí… servir para las mujeres que vendrían detrás…
Y me disponía a esperar el momento con tanta ilusión y expectación como con mi primer hijo… o quizás más… Porque en cierto modo era primeriza… porque nunca me puse de parto, ni rompí bolsa , ni tuve contracciones espontáneamente… todo eso me robaron… esos momentos mezcla de emoción, temor y alegría… Ese no saber qué viene a continuación con exactitud…
Así estaba… una primeriza con 2 malas experiencias a cuestas… jugándoselo todo a una carta… porque esta era mi última partida en este juego… Una primeriza con años de leer, de compartir, de aprender y enseñar… con miles de lágrimas derramadas por mí y por amigas y por desconocidas… Lágrimas de pena a veces y de rabia y de dolor… y también de emoción y alegría ( y por qué no decirlo, de cierta envidia sana) cuando relataban un parto feliz, respetado.
Cada historia que leía u oía era un empujoncito en la dirección correcta, un impulso a mi convicción de que podía, de que YO PODÍA, como podíamos todas. Y en ese caminar entre fieras, entre otras madres-lobas como me gusta llamarlas, fui adquiriendo la seguridad que el sistema nos ha quitado.
Como dice la canción: «No sabéis lo alto que puedo volar». La mayoría de los profesionales médicos relacionados con el embarazo yparto nos tratan como si no pudiéramos, como sino supiéramos qué hacer… y al final, para lograr recuperar lo que era nuestro, lo único que de verdad siempre ha sido nuestro, hay que escapar. Escapar de quienes nos tratan como enfermas, escapar de quienes tienen como forma de trabajo el miedo, escapar de quienes nos esconden mucha parte de información, escapar de aquéllos que en el fondo nos tmeen… porque les podemos demostrar lo fuertes y valientes y autónomas que somos. Porque al final se trata de eso, como casi siempre en toda forma de abuso, se esconde el miedo.
Y con esa dosis de confianza preparamos lo necesario… poca cosa la verdad… el columpio y la piscina… porque yo, en el fondo sabía que daba igual si el cuarto tenía velas o no, si ponía cojines cómodos aquí o allá, porque no sabía dónde iba a parir. Recordaba relatos de amigas que parieron contra todo pronóstico en el baño… de alguna que leí había parido escondida tras una puerta. Así que yo lo único que sabía era que pariría en mi casa, pero no en donde.
Lo que sí hicimos fue volvernos locos mi marido y yo para ver cómo podríamos tapar el gran tragaluz de mi salón. Creo que probamos un montón de cosas… hasta compramos tela de esa de cortinas anti-luz… pero no funcionaba, y había que conseguir taparlo porque de ponerme de parto de día, sabía que necesitaba un lugar oscuro o eso o no podría usar el columpio y la piscina…
Mientras tanto la mañana del jueves 25 inflamos la piscina para ver que estuviera bien y el espacio que ocupaba. Y estuve trasteando en casa, limpiando y recogiendo. Por la tarde fui a la peluquería porque al día siguiente había quedado con mi amiga Maica para hacerme un reportaje de fotos como recuerdo de mi embarazo. Recuerdo que el lunes me preguntó si llegaría al viernes y le respondí: «¡¡claro, aún me falta!!»
Y eso hice, ir a taparme mis canas y a cortarme un poco el pelo para salir en las fotos tan guapa como yo me sentía. Al volver a casa estaba tan hinchada que aunque tenía que salir decidí quedarme en casa acostada con las piernas en alto.
A eso de las 10 y pico de la noche al llegar C, noto aún acostada en la cama algo extraño… una pequeña cantidad de líquido que salía de mí… Se me pasó por la cabeza si no era que había roto aguas, pero pensé que era pronto, y me dije si no me estaría orinando sin darme cuenta, pero no, no era esa sensación, era algo diferente. Llame a C y le dije: «Creo que he roto aguas» y tendría que haber grabado su cara porque fue una mezcla de «no puede ser» y de «ahora qué hago yo».
Me levanté, fui al baño y comprobé que el líquido era claro. Salía en muy poquita cantidad así que supuse que era una fisura. Llamé a O, una de las matronas, quien me dijo que la llamara si durante la noche empezaba con contracciones seguidas. Hasta el momento mis contracciones eran imperceptibles. De hecho hasta la última visita de las matronas pensaba que eran solo estiramientos de Mencía en mi barriga. Ahora estaba expectante por ver cómo iba a desencadenarse todo.
Le dije a mi marido que acabara de hinchar la piscina no fuera a ponerme de parto a las 4 de la mañana y nos pusiéramos a hacer ruido conla bomba eléctrica. Llamé a Maica para avisarla de que la sesión de fotos iba a ser que no, a no ser que quisiera fotografiar un parto entre los árboles 🙂
Avisamos a una vecina amiga nuestra para decirle que estuviera al tanto por si de madrugada la llamábamos para dejarle a Iker.
Sobre la asistencia de Iker al parto, por un lado me hacía mucha ilusión que lo viera, pero por otro lado sabía que a no ser que pariera de noche y él estuviera dormido durante la dilatación, iba a ser difícil que se mantuviera tranquilo, esperando en silencio… Y con su actividad normal puede que no me dejase concentrarme en el parto, así que, una vez más, no me creé expectativas al respecto, y me dije que sobre la marcha veríamos si estaría presente o no. Lo que sí era seguro era que él iba a cortar el cordón umbilical, que llevaba todo el embarazo esperando ese momento. Ese era SU TRABAJO, su aportación al nacimiento de su hermana.
Y me acosté, Iker mamó y pensé si sería la última vez que mamaba estando embarazada.
Mientras tanto oía a C trastear por la parte de abajo de la casa, nervioso. Le llamé y le dije que se acostara para descansar que igual la noche se presentaba larga y necesitábamos coger fuerzas. Tardó un rato en hacerlo, y varias horas más en dormirse… He de decir que esa noche era su noche libre ( él trabaja de noche, así que cayó al final rendido), y hasta en ese detalle esta niña vino en un momento especial, cuando su padre estaba en casa.
Estaba tranquila, con una tranquilidad sorprendente y a la vez con cierta excitación por ver cómo iría todo. Recuerdo que puse un mensaje en Facebook con el móvil desde la cama diciendo que había roto aguas y que la cosa había empezado. En ese momento no sabía hasta qué punto ese lugar frívolo iba a convertirse en una especie de doula virtual, donde tanta gente iba a mandarme apoyo, ánimo, cariño y buenos deseos. Aprovecho para dar las gracias por cada comentario recibido, en este momento y tras el nacimiento de Mencía… lloré mucho viendo tanto cariño en forma de mensajes y me sentí una vez más, afortunada.
Empecé a tener contracciones, pero muy esporádicas e indoloras… A eso de las 4 y pico de la mañana dejé de mirar el reloj al ver que las contracciones más seguidas eran cada 15 minutos y me dormí. Y si no fuera porque me levanté a orinar como 10 veces habría dormido bastantes horas seguidas.
Por la mañana nos despertamos con una sensación extraña de que todo estaba igual. Le mandé un sms a O (para no despertarla) y le dije que todo seguía sin novedad… que me llamara al despertarse.
Por la noche antes de dormirme, pensando aún en cómo tapar el tragaluz, pensé en usar unos cojines grandes.. mi sorpresa cuando al bajar vi que C había tenido la misma idea y ya estaban tapados. ¡¡¡Un mes buscando la solución y al final nos vino la inspiración a la vez!!!
Me puse a desayunar como cada día, mientras revisaba el correo. Me sorprendí al ver la cantidad de mensajes que tenía en FB :-).
Contesté emails, hice algún pedido y hasta preparé algún paquete de la tienda para que C lo llevara a Correos. Entre eso y los viajes a la ferretería para buscar la forma de adaptar la manguera al grifo de la bañera, se le fue la mañana entretenido.
A eso de las 12 llegaron O y A .Oímos a Mencía con el doppler, todo iba bien. Me dijeron que no me preocupara, me explicaron que la pérdida de líquido era pequeña, que era solo una fisura. Que de todos modos la placenta sigue generando líquido y que sería cuestión de horas. Me aconsejaron que estuviera relajada, que muy posiblemente el parto empezaría cuando fuera bajando la luz y sobre todo el nivel de actividad. Dejaron ya sus cosas en casa y se fueron a comer, para dejarme tranquila.
Tenía sueño porque por la noche el ir al baño no me dejó dormir mucho así que me acosté.
Después del mediodía le dije a C que se llevara un rato a Iker al parque para yo intentar descansar en silencio y así me quedé sola. Empecé a tener contracciones más seguidas , pero no sentía dolor ninguno, solo excitación por si eran las que de verdad anticipaban el momento. Recuerdo que pensé que al final igual sí iba a parir sin dolor…
Sobre las 6 llamé de nuevo a O y le dije que tenía contracciones algo más seguidas pero que esperara porque sobre las 4 de la tarde había empezado así y al final pararon. Comí un gran plato de sopa riquísima que me trajo mi querida vecina S y al ver que seguían las contracciones empecé a usar el columpio. Ahí estuve un rato balanceándome apoyada a ratos en la pelota a ratos solo en la tela . Tuve ganas de ir al baño y pensé que el cuerpo sabe lo que hace y que para qué poner un enema…A las 6:37 llamé a C y le dije que fuera viniendo a casa que ya tenía las contracciones bastante seguidas. Dejó a Iker en casa de nuestra vecina (iban a hacer masa para preparar pizza) y llegó enseguida, Imagino que muy nervioso aunque no lo aparentaba. Le dije que fuera llenando la piscina y que llamara a las matronas que ahora sí había empezado.
Entonces ya me dediqué a esperar cada contracción y a dejarme llevar por ellas… Casi enseguida fue aumentando el ritmo y la intensidad de esa sensación de una corriente que me llevaba. Iba sintiendo esas contracciones fuertes, como olas que van y vienen. El columpio me ayudaba a descargar mi peso y a moverme al ritmo de la contracción. Intentaba ir a favor de ella, como tantas veces había leído : «déjate llevar por la contracción, no luches contra ella». Y así el fular servía para aliviar esas sensaciones. A veces me columpiaba, a veces me colgaba literalmente, unas veces sentada en la pelota con todo el tronco y brazos en la tela, otras veces enrollaba los brazos en él y me erguía… Nada planeado, ni pensado… solo moviéndome como me lo pedía el cuerpo. Era casi un cuerpo sin mente. Sin razón, solo sensaciones.
En un momento dado pensé en que O y A no habian llegado y me dije: «Al final tanta broma y va a ser verdad que pares sola».
C ni me hablaba… seguía ocupado con la piscina. Me imagino que porque el columpio estaba justo al lado del baño y no quería molestarme. Entonces oí el timbre y ya casi en total oscuridad noté entrar a O y A. Yo estaba casi todo el rato con los ojos cerrados. O se acercó, me besó en la mejilla y me dijo: «todo va bien». Y seguí en mi mundo con la total convicción de que sí, que todo iba a ir bien.
Cuando las contracciones iban siendo más dolorosas empecé a vocalizar intentando relajar boca y mandíbula: «AAAAAAAHHHHHH». Y mientras gemía con suavidad esas vocales abiertas pensaba en cómo mi cuerpo se iba abriendo igual que mi boca y mi garganta. Ese ejercicio me hacía no cerrar mi cuerpo o contraerlo por la sensación del dolor (gracias Gabriella). Recuerdo pensar que al final iba a ser que no… que no iba a parir sin dolor… Que igual no bastaba solo con estar segura del propio cuerpo y confiada en que era algo normal. De todos modos, como me dijo una amiga: «Es dolor, no sufrimiento».
En algún momento pedí agua porque tenía mucho calor… era finales de agosto y se notaba. Me dieron agua y A se acercó a limpiarme la cara con un paño mojado. Eso y una ocasión en la que sentada en la pelota una de las 2 matronas, creo que fue O , me hizo una ligera presión en forma de masaje en las lumabres fueron las únicas veces que noté que estaban allí. Recuerdo vagamente sus pasos amortiguados por los calcetines a mi alrededor alguna vez… luego supe que para decirle a C que parara con el agua que ya estaba muy llena la piscina. Pero como debía ser… estaban sin estar.
Una vez me apoye en el borde de la piscina y recuerdo mirarla y pensar… «ya me avisaran cuando pueda entrar»... porque sabía que meterse al principio del trabajo de parto no era lo mejor… y no quería anticiparme… pero tampoco quería hablar… me daba igual…
Otro flash que me llega es no ver a C, al que sabía todo el rato cerca ,y llamarle. Estaba en la cocina y le dije que viniera, que se quedara conmigo. Se sentó al pie de la escalera, le dí la mano, la apreté, la solté y volví a cerrar los ojos.Y en esas pedí un cojín porque estaba cansada y quería irme al suelo. El cuerpo me pedía tocar suelo, apoyarme, recibir fuerza del suelo, sentirme estable, como anclada a algo firme tras el balanceo.
Me trajeron el cojín y a 4 patas apoyaba a veces los brazos y la cabeza en él, en una posición parecida a la de la foto:
Y de pronto, sentí una necesidad brutal de empujar. Es una sensación que no puedo asemejar a nada que hubiera sentido antes. Es como si mi cuerpo no fuera yo, como si no estuviera controlado por mí, como si el empujón me guiara a mí y no al revés. Exclamé: «quiere salir» y O me respondió tranquila con su voz serena: «pues déjala salir».
Me sorprendí porque aunque intenso , el trabajo de parto me pareció corto, y pensé para mí: «¿y cómo sé que estoy dilatada al completo, si no me han mirado siquiera? «. Y me di cuenta que no hace falta… que así deben ser las cosas, que las matronas con experiencia no necesitan tocar. Ellas estuvieron todo el rato detrás de mí, en silencio y a oscuras.
Y entonces experimenté la sensación más brutal y salvaje de mi vida. Era mi hija queriendo salir, o más bien, la VIDA empujando con ella. Es indescriptible la sensación pero me imagino que es el momento en que la confianza y el miedo se confunden, porque al final la vida y la muerte van juntas y ese miedo ancestral aflora.
En esos momentos en que mi cuerpo pujaba y yo creía romperme en 2, grité. Con un grito sordo y desgarrado, nada calmado como antes en las contracciones en que apenas se me habría oído desde la habitación de al lado. Ahora gritaba , o como diría mi comadre Trini, aullaba, no muy alto pero sí profundo, gutural, con la parte animal… lo dicho… como una loba.
Tampoco recuerdo exactamente en qué punto pero ya en el suelo rompí la bolsa. ¡¡¡Qué sensación tan agradable!!
Y en un momento pensé : «no puedo», «no voy a poder», porque sentía que no podía abrirme más y me daba la sensación que de un momento a otro iba a oír el crujido de mis huesos. Pero inmediatamente me dije: «sí, voy a poder, como han podido otras antes que yo» y empecé a repetir en voz alta como un mantra: «vamos a poder», «lo vamos a hacer las 2 cariño», «tú y yo vamos a poder», «tú y yo vamos a poder»... lo repetía una y otra vez, hablándole a mi hija y hablándome a mí misma, moviendo la cabeza y a 4 patas como en trance.
Y en otro empujón noté una sensación de calor intensa que reconocí por haberla leído tantas veces en los relatos de partos de muchas de vosotras: el aro de fuego. Y exclamé: «quema, quema, quema» y O me dijo: «sí, quema y todo va bien» ( o algo parecido).
Entre pujos recuerdo que intentaron usar el Doppler para escuchar los latidos pero me moví y se retiraron para no molestarme. No sé lo que duró pero no creo que fueran más de 10 pujos. En un momento me puse en cuclillas y toqué y noté la cabeza de mi hija. No sabría describir lo que supuso tocar esa cabecita húmeda, peluda, resbaladiza… fue una inyección de fuerza, como diciendo… «estoy aquí ya mamá, y sí lo estamos haciendo tú y yo, solas, porque sabemos y podemos… un poco más mamá, un poco más solo».
Y por fin en otro pujo intensamente salvaje salió Mencía por completo. Yo esperaba que saliera la cabeza y luego cogerla con mis manos. Pero esta niña fuerte y decidida quiso salir sola del mismo modo que su madre quiso parirla sola. Eran las 8:47 PM
Así, asombrada por la rapidez me giré y la vi aún unida a mí, en el suelo, sobre toallas y empapadores que habían colocado mis matronas. O me dijo: «cógela», y de ese modo, mis manos fueron las primeras en tocarla. Húmeda, pequeña, resbaladiza, llorando ya y enseñándome sin tener que preguntar que todo estaba bien, que lo habíamos hecho, nosotras solas y la abracé y la coloqué apretada sobre mi y no sé si lloré o reí.
Sé que me pareció todo como increíble pero natural , lógico, como si ahora todo cobrara sentido. Como si todo lo anterior hubiera tenido por fin sentido, dentro de lo absurdo, para conseguir este momento. A la arropó sobre mí con una toalla caliente y mientras yo seguía tumbada en el suelo, bajo el columpio donde todo empezó, ella buscó mi pecho. Y lo cogió y mamó con fuerza, con la misma fuerza con la que llegó a este mundo.
Enseguida le dije a C que fuera a buscar a Iker para que viera a su hermana… Y al llegar su cara era todo excitación. Me dijo: «mamá es verdad que hoy nacía Mencía» y la miraba con una mezcla de curiosidad y excitación. Salió corriendo a contárselo a las vecinas y a terminar las pizzas que me estaba preparando para cenar ( Le llamamos después para que por fin cortara el cordón como había estado esperando tanto tiempo).
Entonces y solo entonces A y O tomaron parte algo más activa. Esperaron a que saliera la placenta (cosa que pasó a los pocos minutos sin dificultad) y me limpiaron y suturaron el pequeño desgarro que tuve en la cicatriz de la episiotomía anterior. Y ese punto de sutura era como una metáfora. Con ese punto cerraban no solo una herida física, sino la herida emocional que supuso aquél parto robado y que este parto esperado, soñado, cerraba por fin.
Esta niña ha venido a traer, como todos, alegría, pero sobre todo paz. No es justo que nadie venga a este mundo para arreglar historias ajenas. Mencía nació así no PARA hacerme feliz a mi, sino PORQUE así deben ser todos los nacimientos: íntimos y respetados. Y cuando respetamos así a nuestros hijos y a nuestros propios cuerpos, ellos, ambos, en cambio, nos regalan esta sensación: PAZ y la posibilidad de cerrar heridas. Al menos así ha sido en nuestro caso. Fue un fin, no un medio.
En algún momento durante y sobre todo tras el parto, pensé mucho en mi otro bebé, Altair, aquél que no llegó a nacer, en mi madre que no llegó a saber que esperábamos una niña, y en Amanda… la niña especial que estuvo tan poquito tiempo con su familia.
Para estas 3 mujeres va dedicado este relato con la confianza de que las volveré a ver a las 3.
Para todas las mujeres que han contribuído a darme fuerza y confianza para llegar aquí, las que conozco ( mis comadres) y las que no.
A mis matronas, poque no hicieron nada cuando no hizo falta, pero su presencia callada y segura contribuyó a saberme protegida.
Y sobre todo va dedicado:
A mi marido, porque a pesar de sus miedos confió en mi y en que esto era lo mejor para toda la familia: Gracias amor por el mejor regalo de mi vida.
A mi hijo Iker, porque algún día le hablaré de todo esto sabiendo que lo entenderá y le repetiré lo que ya le he dicho y susurrado muchas veces en estos años: que siento no haber podido o sabido darle el nacimiento que merecía… pero que no fue en vano.
A Mencía por demostrarme que sí podíamos.
Sólo puedo decir una cosa: Guauuuuu!!!
me ha emocionado profundamente!
Qué emoción!!! qué maravilla!!! a moco tendido puedo decirte que me siento identificada porque viví mi parto como una loba y con muchas de las sensaciones que describes. gracias a gente como tú, de esta maravillosa tribu en mi caso ha podido ser en el primer parto (aunque en un hospital, lo hicimos todo mi niña y yo :)) y sé que aunque tus heridas se hayan cerrado con esta maravilla de vivencia, te gustará saber cuánto tiene q ver lo que escribes en que otras podamos vivir la experiencia del parto como se merece, como se lo merecen nuestros bebés y como nos lo merecemos nosotras. gracias por todo ello. por el relato, por lo que me acabas de hacer revivir y por tu labor. felicidades por todo mujer madre, feliz y empoderada!!!
Sin palabras….me encanta leer las cronicas de estos partos tan salvajes, increibles, naturales….en fin, vuelvo a felicitaros por ese parto tan maravilloso y deseando que alguna vez tenga esa misma valentía para tomar una decisión así….Un beso enorme família!!
Precioso el relato!! Enhorabuena por TU PARTO!.
Un beso, reinas…
Ay, Nohe… hice bien en traerme la caja de Kleenex para sentarme a leerte. Qué grande eres y qué animal… y sabes que lo digo como cumplido, cuando yo decía tras mi parto que sentí que el animal que había en mí había salido, que la cabeza y todo lo demás estaba callado y que yo miraba casi como una espectadora lo que mi cuerpo hacía solito, lo encontraban un poco rudo. Me encanta saber que sentiste eso, ¡es inteeeeenso! Bienvenida Mencía 🙂
Un abrazo inmenso,
Louma
Qué precioso guapa, y me ha recordado muchísimo a mi parto, dos semanitas antes, tantas similitudes… Tanto amor…
Nohemí, me acabas de traer tantas sensaciones… tantos recuerdos… Yo tengo dos muy fuertes, uno en la azotea del hospital, abrazada a mi marido, acompañada de mi matrona. Saludando a mis padres que nos veían desde el parking, bajo nuestros pies. Sobre nosotros la luna llena, grande y clara. Repartiendo luz para todos por igual.
El otro recuerdo es cuando me encomiendo a las mujeres de mi vida. A mi abuela que me acompaña sin que nadie más lo sepa, a mis comadres recién paridas (Loli acaba de parir un mes antes y parecía que me estuviera agarrando la espalda). Pensé en ti, que hubieras parido poco después, y pensé que parías conmigo, que tenía que empujar un poquito de tu parte. Pensé en tantas mujeres… En Noemix4, que acaba de tener a su 4ª hija, la segunda después de dos cesáreas. En Virginia, que parió a 4 patas en el hospital. En tantas…
Gracias por poner palabras, porque así puedo leerte siempre que quiera.
Te quiero.
Gracias porque también has descrito mi parto (aunque en el hospital). Tuve la misma suerte de recibir de esta manera a mi segundo hijo unos días antes de que naciera Mencía. Cada vez más mujeres podemos ser mujeres, gracias a todas.
Precioso, Maestra, precioso, gracias por compartirlo y abrirnos tu corazón, eres una mujer Impresionante, una Madre maravillosa.
Besos, loba.
Yendéh.
Impresionante!!! Yo aun esperando cerrar esa herida mi segundo parto sera muy diferente!!! Mil abrazos y muchas gracias por compartir el nacimiento de Mencía!! Os deseo lo mejor a tí y tu familia!!
Ay, caray que llorera….. cuantos recuerdos me has despertado. Recuerdos no sólo mentales, sino más bien físicos. Casi volvía a sentir la fuerza de las contracciones, mi cuerpo empujando sólo, independiente de mi cerebro racional como si ya no me perteneciera…….. Precioso, preciosísimo. enhorabuena Nohemí, a ti y a tu hija
Enhorabuena por ese parto, qué emoción, te escribo con un nudo en la garganta… que envidia de la sana, a mi me lo robaron… espero poder algún día vivir algo como lo que escribes… Enhorabuena otra vez, disfruta de tu pequeña, un beso gordo!
Dioooooooosssss, ¡cuánta belleza! ¡cuánto poder femenino! ¡cuánto amor! muchas felicidades.
Qué bonito Nohemí. Me has emocionado. Hacía tiempo que esperaba leer este relato. Estoy muy contenta por tí y toda tu familia.
No puedo evitar sentir un poco de envidia. Me hubiera gustado sentir algo así. Quizá algún día…
Muchos besos
Lo leí en el trabajo y no podía responder… me alegro tanto tanto por tí… por vosotras, por vosotros.
Ya no envidiarás más partos maravillosos porque tú has tenido el tuyo – otras seguiremos haciéndolo y soñándolo-
Gracias por compartirlo. Me ayuda mucho, a mí y a mucha gente seguro.
Enhorabuena por dar ese nacimiento a Mencía. Enhorabuena a Mencía por venir demostrando tantas cosas.
Un abrazo enorrme y emocionado
¡Qué bonito y emotivo compartir nuestros partos! Al final no te pude ver en agosto, ni embarazada ni ya con Mencía, pero estaba al ladito, acordándome mucho de ti 🙂
Un abrazo muy fuerte, y muchos besos.
Ay Nohe, qué relato tan hermoso!! Gracias, muchas gracias por esta preciosa celebración de la vida. Algún día te daré en persona este abrazo sin tacto que te envío.
Normalmente no lloro mucho, pero ahora tengo los ojos aguados de la emoción. ¡Qué dicha saberse parte del milagro de la vida!
Katrina
Cuánta emoción al leer tus palabras. Me alegro muchísimo por ese parto tan soñado. Y como bien dices, lo pasado no ha sido en vano, pues cada acto, cada situación, nos va reafirmando en lo que queremos en el futuro.
Enhorabuena a ambas por poder parir y nacer del modo salvaje que toda mujer e hij@ debería poder hacerlo.
como me alegro por vosotras¡¡ mil felicidades comadre!!…espero cobtarte el de Enzo ambien cono tu el tuyo. besos
Muchas gracias… muchas gracias. Y por supuesto, enhorabuena.
Snifff… estoy llorando de la emoción, Nohemí. Os mandamos un beso enooorme desde Menorca.
Cris + Gabriel + Inés + Irene + Abril
Me alegro tanto por ti….y porque esa pequeña que tienes entre tus brazos ha elegido a una GRAN familia para estar a su lado y esas 3 mujeres a las que va dedicado este maravilloso parto están a tu lado pq son prate de esa familia
Muchos besos
salvaja, animala, fuerte, poderosa, mamá… esa es mi amiga Nohemí, y me siento muy afortunada de haberla conocido, y me alegro muchísimo de que tuviera el parto que ella y su familia se merecían.. enhorabuena guapa, te quiero muchisimo!
Nohemí, ya te lo dije, eres grande, eres sabia, eres mujer poderosa.
Te admiro profundamente por lo que eres, por lo que has luchado…y conseguido.
Te amo mujer loba…
Ay que no hago más que llorar. ¡Qué bonito Nohemí! Que parto tan natural, tan íntimo, tan especial. Enhorabuena a los 4!
No tengo ni un minuto, es tarde, mañana madrugo… pero no podía dejar de leer.
Me compraron el disco de Amaral, mañana lo volveré a escuchar… y me acordaré ahora de vosotras. Enhorabuena por conseguir tu sueño luchado. Mil besos.
ha sido muy emotivo, y me alegro mucho de que al final lo has conseguido,ahora entiendo,porque he tenido 3 partos tan largos,me has enseñado mucho, y te doy gracias por ello,seguramente te hubiese imitado si Arely hubiese nacido despues de Mencia,seguramente la pobre no hubiese sufrido tanto como sufrio,gracias y muchos besos.
Waauu, sin palabras…. Gracias por compartirlo, me alegro muchísimo de que al fin pudieras hacer ese sueño realidad. Un abrazo
Como este finde estaba fuera y tenía minutos contados de conexión a internet, vi por encima que ¡por fin! lo habías publicado :)))) y no quería leer los comentarios de los numeros ‘compartidos’ porque quería leerte de primera mano…
Sólo te puedo decir, otra vez, FELICIDADES, por haberte dado la oportunidad de vivir la experiencia más grande de tu vida y VIVIRLA 🙂 Y por supuesto, GRACIAS, a kilos, a puñaos, a montones, por la INSPIRACIÓN que supones. A mi personalmente, y estoy segura de que a los miles de mujeres que te leen (y leerán)
Cada vez necesito más el conocerte en persona y darte por fin un abrazo 🙂
Tu si que sabes hacerme llorar!! maravilloso relato, maravillosa experiencia, un poquito de envidia SANA porque nunca tuve un parto como deberia, les deseo toda la felicidad del mundo y mas, besos
No había tenido oportunidad de felicitarte a ti y a tu maravillosa familia.
ENHORABUENA!!!!!!!
Un gran abrazo.
Que pasada!! es precioso me ha emocionado muchisimo. Felicidades porque al fin lo conseguiste, porque sabías que podías, y disfrutaste cada momento del nacimiento de tu niña.
Como he llorado, reviviendo el parto de mi hija que no pudo ser como quería y espero que para el próximo pueda celebrarlo como tu! Gracias por compartirlo!
nohemí, enhorabuena por vivir algo así. Siento que este relato me ayuda, no sé muy bien por qué, pero así lo siento.
Creo que es el relato de un parto con el que más he llorado. Dios, estoy en el trabajo, comparto oficina, y no paro de llorar. Gracias por llevarme a esta catarsis.
¡Ya chiquilla!, mira que me ha dado llorona, pero de alegria, y alguna cosa mas que te puedes imaginar. Gracias por compartirlo, Felicidades a ese papi tambien que ha sido muy valiente y a estado a tu lado, Bueno …. y a A que no conozco tanto y O que es maravillosa ¡Que lujazo Nohemí!.
Un abrazo
Me alegro mucho de que Mencía tuviera la llegada que merecía y que ese proceso te ayudara a sanar algunas heridas. Me ha emocionado todo el proceso, pero especialmente tu dedicatoria. Y también verte rebosante de oxitocina en esas fotos tan bonitas. Ahora viene lo mejor, seguir disfrutando de tu maravillosa familia 😀
No tenia duda de que tu parto seria precioso, lleno de fuerza y amor tal y como tu eres….. gracias por compartirlo con todas.
Sabes que eres muy especial para mi, te quiero un monton
emocionante, intimo, salvaje. Nohemi cuando sea mayor quiero ser como tu. y tu dedicatoria, simplemente me ha llegado al alma.
No tengo palabras para describir lo enormemente emocionada que estoy tras leer tu relato… tu precioso parto. De nuevo ¡¡¡Felicidades Mamá y Felicidades Familia!!!.
Maravilloso! Gracias!
Nohemí, varias veces pospuse le lectura de esta entrada por falta de tiempo y porque sabía que necesitaba hacerla con tranquilidad y en soledad, no me equivoqué, ha sido una experiencia muy intensa y enriquecedora y aunque no conozco de ti más de lo que leo, sentí un gozo enorme por lo que has podido vivir junto a tu hija.
Varias veces, cómo ahora, he llorado al leer un algún relato de un parto tan maravilloso, he llorado conmovida y contagiada por la emoción de quien lo narra, pero también, tengo que reconocerlo, muy en el fondo he llorado de tristeza y de una sensación de desolación.
Hace dos años nació mi primer hijo a través de una cesarea que aún no me queda claro si fue justificada, pero aunque lo hubiera sido sé que no fue respetada, me robaron tantas cosas que sólo la lactancia pudo regresarme, otras no volvieron. Hoy estoy embarazada de nuevo, y aunque a penas tengo poco más de 2 meses, no puedo dejar de pensar en el parto y en lo que nos espera esta vez. Yo deseo con todo mi corazón un parto humano y natural, pero en la ciudad donde vivo (Hermosillo, en México), nadie trabaja bajo esa filosofía, son temas practicamente desconocidos, no hay a quién acudir, sé que en Distrito Federal hay mucho avance en este sentido pero no puedo tranasladarme, económicamente no estamos preparados. En fin, me siento sola en todo esto.
Disculpa si he usado este espacio para desahogarme, es que leer tu relato me hizo aflorar tantas cosas. Gracias por compartirlo, gracias por ser tan valiente, gracias. Te envío un fuerte abrazo,
Precioso relato Nohemi. Precioso parto….me he emocionado mucho leyendolo…sobretodo cuando explicas la sensación de empujar, que no lo puedes controlar…simplemente necesitas empujar….a mi me llamó mucho la atención eso en mi parto, que yo pensaba que cuando se hablaba de ganas de empujar eran ganas de que naciera ya, pero ya está…pero no…..es una necesidad!!!!!! De verdad que me ha gustado mucho!!!!! Lamentablemente no todo el mundo cuenta con medios económicos para poder parir así, en la intimidad de una casa, pero ojalá algún día podamos conseguirlo como una opción más, sin que nos cueste dinero, porque como tú dices, es algo que es nuestro…desde siempre.
Precioso. Enhorabuena. Sobran las palabras…
Cómo me alegra leer tu parto, y que tu parto haya sido así. Me alegra por ti y por todas las mujeres que te estamos leyendo y volviendo de nuevo a creer que podemos. Gracias por este relato lleno de tanta fuerza y tanta vida.
y sí, yo también estoy llorando, pero llorar de alegria es siempre un placer 🙂
Hermoso! Me das esperanza.
Querida Nohemi… querida amiga!!
No sé si es la tercera o la cuarta vez que leo tu relato… si pudiera darle más veces al «me gusta» lo tendrías borrado ya. Gracias como siempre por compartir y compartirte, por acordarte de tantas personas, pero sobre todo de esas tan especiales que aunque ya no están no serán nunca olvidadas.
Leer las reacciones de C. me han encantado y me han emocionado, como no podían ser de otra manera. Un abrazo para él muy especial!
Solamente me surge una duda, ;P ¿fue al final sin dolor? aunque el dolor es subjetivo, por supuesto. No recordamos igual el dolor con un final tan felíz, pero estoy segura que sabrás a qué me refiero.
Un abrazo enorme de una admiradora! :*
Felicidades por un parto poderoso. Gracias por compartirlo.
Que emocionante… que hermoso, que lindo sería que todos los bebés nacieran así! Que valiente Nohemí, y que orgullo poder haber tenido el parto que deseabas y recibir a Mencía, tal cual merece! besos desde Buenos Aires!
Fer
Gracias Nohemí por compartir los momentos salvajes del nacimiento de Mencía, me siento muy identificada, sobre todo con esa sensación de PAZ posterior y de que todo, por una vez en la vida, sea natural y sencillo.
Un beso muy grande y ya sabes que en los Madriles tenéis tribu amiga!!!
Cris-Thor-Theo y Martín
Gracias Cris preciosa…. espero verte de nuevo y que conozcáis a Mencía en persona… Por cierto… esta semana he conocido a tu hermana 🙂
gracias ,de corazon,me he enocionado tanto q ahora no puedo escribir .deseo tomar una decision asi y poder hacerlo realidad .un abrazo
Madre mia como he llorado!!!!!!!! Y como he recordado algunas sensaciones….
Empoderada y feliz,como debe ser!!!
Nmuchas felicidades familia!!
Brown
Tengo dos hijos, ambos por parto natural, pero en clínicas… al leer tu relato, confieso que me parecía estar leyendo lo que yo misma hubiera escrito, en cuanto a sensaciones del parto, en cuanto a cómo deben ser.
Ambos trabajos de parto los pasamos en un 80% en casa, a oscuras, cómodos… respirando y concentrados: bebé y mamá logrando que esta tarea que lleva miles de años sucediendo, una vez más se repitiera y nos recordara el milagro de la vida, la maravilla de nuestros cuerpos y el poder de ese momento tan especial.
Concuerdo con tu amiga que dice: dolor no es sufrimiento… no tiene que serlo!
Ojalá más madres podamos contar nuestras historias, más padres apoyaran y escucharan lo que es también su instinto. Porque un parto natural, respetado, oscuro, siguiendo las señales de tu cuerpo, es algo que el más profundo instinto siempre sabrá guiar.
La conversación que llevaste con tu hija para lograr darse ánimos juntas en ese momento crucial en el que sus músculos y los tuyos no podían estar más sincronizados… es la misma conversación que yo tuve con mis dos niños…
Parece increíble, pero debe ser parte de nuestra memoria colectiva, está en nuestra especie y aunque la modernización y los avances médicos han alejado a las madres humanas de su tarea de parir… está allí toda esa información en nuestro subconsciente… lista para que si dejamos una ventana, ella reclamará su lugar.
Felicidades a tu familia… y gracias por tu página, que descubrí hoy curioseando, pero que sin duda seguiré leyendo para descubrir más de lo que cuentas.
🙂
Gracias Mel… por todo… por hacerme partícipe de tu experiencia y por dedicarme esas palabras tan bonitas. Un abrazo
Ains,si es que siempre que leo un parto,acabo llorando,de emoción.
Es precioso Nohemí.
Aprovecho para decirte que tienes un premio en mi blog,porque tu blog inspira.
Un ABRAZO! me alegro muchísimo de que lograras tu sueño.
Gracias a madres como tu,sabemos que podemos 😉
Gracias Ana preciosa…
Es lo que nos hace falta a las mujeres verdad?? escuchar desde niñas historias como esa y no las otras… así seguro que la cosa sería diferente…
Muchas gracias por tus palabras y por el premio… se agradece muchísimo… es un honor saber que lo que una hace «inspira» a otros 🙂
Muak
No sé cuántas veces lo he leído, pero ahora es diferente.
GRACIAS. En nombre de todas las mujeres, de todas las que somos madres.
Ya te dije el otro día que son las malas experiencias las que nos mueven a cambiar el mundo establecido. Y aunque creas que no diste un buen recibimiento a Iker, ahora le estás dando el mejor de los regalos: una madre absolutamente entregada, con tanto amor que tienes que donarlo, porque te sobra.
Gracias a gente como tú el mundo es un sitio un poco mejor.
Muchas gracias por compartir ese momento tan especial con nosotr@s, y enhorabuena no solo por haber logrado cumplir un sueño, sino por la suerte de haber tenido el apoyo incondicional de tu pareja…un beso