NO hace mucho reflexionábamos en grupo en nuestro lugar de debate habitual (las redes sociales) sobre los valores que inculcamos en nuestros hijos con nuestra forma de hablar, concretamente en las niñas, desde que son pequeñas.
Si generalmente el mejor cumplido que puede recibir un bebé es que es «bueno», cuando ese bebé, además es niña, el siguiente adjetivo más usado . Así, aparte de la belleza natural que le haya dado la genética a esta niña, alabamos su peinado, su ropa y accesorios con un «qué guapa eres» o «qué guapa estás» que a fuerza de repetirse puede ir grabando en su mente la idea de que lo que más ( o lo ùnico) que se valora o se toma en cuenta es su aspecto.
Desde entonces, y dado que ahora soy madre de una niña, cuando me acerco a hablar con niñas intento evitar esa expresión, al menos como única forma de relacionarme con ellas… y os aseguro que no es fácil buscar alternativas.
Estar frente a una niña de 4, 5 o más años y no usar la palabra «guapa» es todo un reto… haced la prueba. En general no sabemos comunicarnos demasiado bien con los niños y si nos sacan de decirles que son guapos, que qué tal les va el cole y que cómo se porta el hermanito… poco más recursos tenemos (da para un post aparte las conversaciones que tenemos con los niños :-P). Fijáos como casi siempre la conversación girará en torno a lo que hace bien o mal, es decir, o les decimos «así no « o les decimos el «muy bien». Perpetuando de esa forma el modo de educación continua basado en el sistema premios -castigos, o crítica-alabanza.
No voy a entrar ahora a hablar de ese método porque ya lo ha hecho gente que sabe mucho del tema. Os pongo aquí y aquí unos enlaces interesantes para que ahondéis en ese aspecto.
Yo quiero centrarme en el tema de ser/estar /verse y/o mostrarse guapa, en lo que representa para nosotros, más concretamente para nosotras, las mujeres y nuestras hijas.
Soy la primera que babeo con mi niña y me gusta cuando me dicen que es preciosa… pero claro que no me gustaría que creciera pensando que su valía o su aceptación se ha de basar solo en cómo es físicamente.
Pero antes de mirar qué hacemos con nuestras hijas deberíamos pensar cómo estamos nosotras. Que imagen de nosotras mismas tenemos y/o nos gusta proyectar.
No hace mucho leía en El Blog Alternativo esta entrevista a Catherine Hakim, autora del libro “Capital Erótico. El poder de fascinar a los demás».
Me encantó ese enfoque que reconoce el poder del atractivo personal. No existe solo la erótica del poder sino también, el poder de lo erótico.
Creo que negar lo que influye nuestra imagen en cómo nos ven los demás, y cómo consecuencia en cómo nos sentimos, es ser miope o hipócrita.
Ya escribí un post hace unos meses sobre mi visión del propio cuerpo y de la belleza (os recomiendo leerlo antes de seguir 😉 )
Sigo pensando que, como en muchos temas, vamos de un extremo a otro: o se practica el culto a la imagen o aborrecemos de ella. Como menciona C.Hakim, las feministas al uso, reivindicaban el papel de la mujer más allá del mero objeto sexual, sensual o atractivo, cosa con la que todas estamos de acuerdo, pero en ese camino muchas de ellas renegaban de lo femenino.
Así una generación de mujeres se vio entre la disyuntiva de ponerse minifalda y tacones y parecer tonta, superficial o poco implicada en la causa o dejar de depilarse, llevar el pelo corto y vestir con ropa masculina para ir en sintonía con sus ideales. Creo que ambos planteamientos nos limitan como mujeres y nos hacen disfrazarnos para representar el papel que creemos que debemos jugar en la escena. Papel que muchas veces ni siquiera hemos elegido nosotras.
Los clichés son todos igual de limitantes sean del extremo que sean. Conozco mujeres a las que les encanta arreglarse, llevar un corte de pelo favorecedor, mechas, ir conjuntada y armónica vestida, resaltando de su cuerpo lo más atractivo y son inteligentes, comprometidas y nada frívolas ni superficiales. Y conozco mujeres de las que llamaríamos «descuidadas con su aspecto», que no se preocupan nada o casi nada de ornarse ni adornarse y eso no significa que sean más luchadoras o comprometidas con la causa. Como en botica, hay de todo y no debemos pre-juzgar por la apariencia.
A mí me gusta arreglarme, me encanta mi melena, me encantan mis ojos, me encanta un tacón… no salgo de casa sin mi máscara de pestañas ( de hecho, como con 2 niños soy la última en arreglarme si salgo sin maquillar aprovecho y lo hago en el coche… tengo perfeccionado un sistema de maquillaje total en 3 minutos que os asombraría O-O). Si por eso parezco superficial creo que el problema lo tiene quien me mira.
Me gusta todo eso y sobre todo me gusta mi cerebro. Una cosa no está reñida con la otra.
Mi seguridad y mi autoestima no vienen por mi aspecto, de hecho ya comenté que por años fue justo al contrario. Mi seguridad viene de mi YO completo. No es que sea guapa y eso me haga sentirme segura… creo que es justo al contrario…
Si nos sentimos bien, seguras, contentas con la mayor parte de nuestra vida… entonces nos vemos guapas, si nos vemos guapas proyectamos esa imagen y la gente nos ve guapas…. así nos volvemos guapas, de dentro hacia afuera.
Por otro lado si nos arreglamos y eso nos hace sentirnos más seguras, con más autoestima y más confianza, entonces el sistema puede funcionar a la inversa… nos volvemos guapas de fuera hacia dentro.
HAce un par de días puse esta foto en mi perfil de FB:
Aparentemente es una foto sin más… pero os aseguro que para mi no lo es… Como me comentó allí, casi leyéndome el pensamiento, mi compañera de La Tribu 2.0 Mónica, cuando dije que ahora me veía capaz hasta de posar de perfil :
» Eso es que estás empoderada, cielo»
Y sí… me siento empoderada, y me siento guapa.
A mí me cambió mi propia percepción mi maternidad. Con mi primer hijo aprendí a apreciar mi cuerpo no perfecto. Con mi última hija, mi cuerpo, ese que tantas veces deseé cambiar, me obsequió con algo más: me demostró mi capacidad de parir y toda la fuerza que ese acto nos da a las mujeres. Mi primer hijo me convirtió en madre y me hizo aceptar mi cuerpo, mi hija me ha reconectado con mi femineidad completa, me ha convertido en MUJER ( así en mayúsculas) y me ha hecho dar un paso más: ahora no solo me acepto, ahora me gusto.
Desde entonces han cambiado muchas cosas en mi, a nivel interno, a nivel emocional, a nivel físico… El empoderamiento de sentirte capaz, libre, salvaje incluso, ha roto algunas cadenas que me limitaban en muchos aspectos de mi vida.
Será que el hecho de haber tenido otra mujer dentro ejerce influencia. Por un tiempo mi cuerpo fue el doble de femenino. Tener una mujer dentro de ti sin prejuicios, sin tabúes, sin complejos, sin roles marcados, igual nos influye y se nos queda dentro algo de esa fuerza femenina en estado puro.
Hemos crecido pensando que hay que pedir perdón por ser guapa o por querer serlo. Las listas debemos estar por encima de eso… ¡¡Pues no!! Como dice ese slogan: «lo quiero todo». Quiero ser inteligente, quiero aprender, quiero enseñar, quiero compartir… y quiero sentirme guapa. Primero por mi, porque me gusta, porque me da seguridad y confianza. Y luego por los que me rodean: cuando nos sentimos de ese modo, todo lo que hagamos, sea lo que sea, nos sale mejor.
Y quiero poder transmitirle a mi hija que ES GUAPA.
NO porque la veamos guapa, sino porque ES, porque está viva, porque sonríe, porque hace feliz a mucha gente, porque como todos los bebés nos recuerda lo importante.
E intentaré que se sienta no guapa, sino PRECIOSA, que es una palabra que transmite mucho más porque indica no solo que algo es bello, va más allá, nos dice que es preciado, independientemente de su aspecto.
Recuperemos en nuestro vocabulario estas palabras tan significativas: «bonita» , «preciosa», «bella», «linda»,» radiante» … y demostremos que vemos a la gente que queremos, y a nosotros mismos, así: guapos en todo su conjunto.
!Cómo me gusta tu post, Nohemí¡ De eso hemos hablado mucho este fin de semana. Creo que el sentimiento que más se parece es estar enamoradas de nosotras mismas… !cómo cambiaría el mundo si las mujeres nos amáramos a nosotras mismas¡
Me animas a escribir sobre el tema.
Un abrazo enorme!
Me encanta como escribes chica… es que no se te escapa nada. Yo me planteé lo de las conversaciones con los niños, con mis sobrinos, cuando empezaron a hablar lo suficiente como para ello, y me sentí super tonta por no saber qué más decirles… Aunque ellos lo entienden bien, pero me planteé cambiar esto a partir de ese día y siempre intento indagar en las cosas que les interesan a ellos, solo observando lo que hablan entre ellos. No es tan difícil. Yo tampoco quiero dejar de decir a mis sobrinas lo guapas que son, o lo guapas que están. Pero sí me impuse también darle más importancia a otras cosas de sus vidas, como los amigos que tienen, a qué juegan, lo que les gusta, quizá a veces en vez de emitir halagos o recriminar continuamente lo que hacen o lo que son, podríamos hablarles más en tono de pregunta, para que vean que nos interesa su vida más allá de lo que vemos. O les podemos contar la nuestra por compartir, ya que a veces nos sorprenden y nos dan consejos a cerca de nuestros problemas, mejores que los que pueda darte cualquier adulto.
Hola Nohemi. Hace poco que te sigo y me encanta lo que escribis. Yo tambien creo que tenemos que decirle a nuestros hijos y a los que queremos que son lindos. Pero te digo algo que me llamo la atencion, claro no te conozco y solo vi unas fotos del blog, pero cuando vi tu foto lo primero que pense : que mujer mas guapa. por eso cuando lei tu post de tu vision de tu propio cuerpo y belleza me llamo la atencion. me alegro que te sientas mas guapa porque lo eres !!! un beso. Ceci.
no tengo palabras
=D
gracias por regalarnos sonrisas
Me has dejado sin palabras una vez mas, eres grande, eres plena, eres…luminosa!!!
Preciosa!!!!!! me encanta esta estrada estas toa empoderá como te ha dicho tu compi!!!!! que viva el empoderamiento femenino!!!!! desde hace muchos muchos años vengo diciendo que me encanta ser mujer toma ya!!!!! incluso antes de ser madre porque ese poder que tenemos sobre el sexo contrario es tan especial y magico que me flipa, despues de ser madre ya ni te cuento, es lo mas!!!!!
Me ha encantado!! Qué redondo y completísimo pensamiento. Admiro gente como tú que sabe poner por escrito ideas de este calibre. Gracias! 😉
¡Guapa!
¡Ay, qué tontería! ¡TARTA DE CHOCOLATE!
¡Macedonia!
¡Biblioteca!
¡Lunares!
Me ha encantado y me ha dado mucho que pensar. Gracias!
Sin duda alguna cuanto más nos queremos y aceptamos por dentro más lo hacemos por fuera, aunque haya días que es a la inversa. Totalmente de acuerdo en no sacar de nuestro vocabulario ciertas palabras que en realidad se han estado usando con un trasfondo erróneo y valores equivocados. Guapa o preciosa no significa que no haya más que ofrecer que un aspecto físico o que te esclavice a una sociedad superficial, va mucho más allá, es una forma de ser, es una forma de estar y de sentirse.
Hola GUAPA! Pues muy de acuerdo 🙂 Yo les digo todas estas palabras a ambos hijos, la mayor y EL pequegno, pero siempre les hago incapie (aunque aun son pequegnines) en que son / hay que ser guapos POR DENTRO y por fuera, porque yo les veo tan bonitos sobretodo por que lo son por dentro 😉 besos
Cuánta razón!!! Y qué complicado… Mi hija con 3 años me pregunta si es guapa, le preocupa mucho serlo, estarlo en todo momento… En el sentido físico… Intento inculcarle que lo es, en la medida en que ella se vea así, no los de fuera; y por muchas más cosas que el físico, por sus valores amables, por su forma de ser cariñosa y natural, etc. … Es triste que en esta sociedad parece que es tan importante serlo sólo en apariencia, ella me viene del cole rebotada pq le han dicho fea, insisto para que no le afecte, porque si ella no cree que es fea, no lo será… ¿Qué más da lo que opinen de uno?. Lo importante es lo que uno piense de sí mismo… Pero vete a explicárselo y que lo entienda, siendo niña como es… Ahí seguiré, insistiendo. Ayudándola a valorarse por muchas cosas, alimentando su autoestima.
Qué sabias palabras nos regalas siempre, me inspiran… Guapaaaa!!!
No conocía este blog, pero tu post me ha encantado. Según lo leía pensaba en todas aquellas mujeres que en algún momento de su vida se sintieron guapas, pero que a base de no saberse queridas en su conjunto y al ir envejeciendo su cuerpo con los años, dejaron de creer y de quererse a si mismas.
A partir de ahora, te seguiré de cerca. Gracias.
Nohemí, mis felicitaciones por lo que escribes y de la forma que lo haces, claro y directo, resultado de la experiencia de vida que no todos saben transmitir y mucho menos detenerse a revalorizar el camino transitado.
Quizá el secreto esté en que sepamos descubrirnos, descubrir la riqueza que cada uno llevamos dentro para poder compartirla y dar y recibir, que en definitiva de eso se trata.
Un beso y gracias, Juan Zapato.
http://latorredebabel.wordpress.com
Yo no lo consigo aún, algunos días más que otros, pero aún no puedo, espero conseguirlo…Aunque una cosa si es verdad, me he sentido mucho más guapa en este embarazo y a las fotos me remito, es que me veía preciosa, ¿será por llevar una niña? Que curioso…Y yo tb le digo a mi chiqui que es preciosa y luego le digo «y lista, simpática, graciosa y que cree en ella misma»…No quiero que sea como yo, no quiero que tenga tantos complejos, no quiero…Y pensar que pueda ser como yo, me da una pena terrible y quiero cambiar eso, pero si no me cambio yo primero por mi, por ella, ¿cómo haré que ella no sea yo?
Gracias Nohemí!! Preciosas, toda tú y tu hijita!!
Me ha encantado tu reflexión, no tiene desperdicio. Viva la oxitocina, el empoderamiento, la feminidad…..
I love you baby!!!!! Me ha encantado la entrada, me encantas tú y te echo muuuucho de menos.
Felicidades por el post! Me ha hecho resonar muchas cosas! Y también entender y dar gracias por salirme la palabra preciosa para dirigirme a mi hija y no otras que no me gustan como princesa 😉 Y también me gusta creer que tener a otra mujer dentro me ha dado mucha fuerza, porque la noto y me siento fuerte! Un abrazo
Gracias Laura 🙂
La verdad es que eso de engendrar mujeres tiene algo como de doble fuerza femenina… al menos yo lo he sentido así . Me alegra saber que no soy la única.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Hola Noemí, me ha gustado mucho tu artículo, soy universitaria y como muchas otras jóvenes hago ejercicio no por pasatiempo o salud, sino por imagen, cuento las calorías que consumo y desde hace ya un tiempo me he hecho amiga del hambre, siempre que me veo al espejo veo algo horrible; en muchas ocasiones he llegado a pensar que en parte la culpa la tuvieron mis padres al no criarme adecuadamente porque pase toda mi infancia y adolescencia pensando que era fea, tal vez si ellos me hubieran dicho desde pequeña «eres una princesa hermosa» hubiera crecido pensando eso; en la actualidad muchas personas dicen que soy bonita pero yo no me siento así, por eso esta parte de tu artículo me ha sacado las lágrimas «Y quiero poder transmitirle a mi hija que ES GUAPA. NO porque la veamos guapa, sino porque ES, porque está viva, porque sonríe, porque hace feliz a mucha gente». Felicidades por tu reflexión.
Te admiro profundamente! ♥